MADRID (EP). El presunto 'cerebro' financiero del saqueo a Emarsa y sus supuestos socios en el blanqueo de los fondos han admitido este viernes ante el tribunal que les juzga en la Audiencia Nacional que lavaron dinero durante unos seis meses utilizando cuentas bancarias andorranas, pero han negado que esas cantidades, que la Fiscalía cifra en un total de 690.108 euros, procedieran de la empresa pública.
El primero, Jorge Ignacio Roca, ha explicado que en la época en que se cometió el delito, entre 2009 y 2010, tenía varios negocios y que efectivamente realizó trabajos para la depuradora de Pinedo (Valencia), pero ha insistido en que desconocía que las facturas infladas que recibió por ello procedían de dinero público.
Roca ya ha sido condenado en la Comunitat Valenciana por el desvío de 24 millones de euros de Emarsa y por el blanqueo del dinero del que se le acusa ahora se enfrenta a una petición fiscal de cinco años.
Por su parte, los presuntos socios de Roca, el empresario Vicente Gil Usedo y sus dos hijos, han afirmado que sus fondos de Andorra procedían del dinero 'en b' que ingresaban en su negocio familiar y que utilizaban después para pagar a sus proveedores de China.
Roca, que entonces era titular de 70 cuentas bancarias y tenía varias sociedades instrumentales en Malta, Belice y Panamá para blanquear los fondos --tal y como él mismo ha reconocido--, ha explicado al tribunal que en 2009 conoció al hijo de Gil Usedo y que le propuso ayudarles a llevar su dinero a Andorra por una cuestión de "comodidad", pero ha negado que cobrara comisión a cambio.
Sin embargo, tanto Vicente Gil Usedo como sus hijos han declarado en el juicio ante la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que el acuerdo al que llegaron con Roca fue que éste se llevaría una comisión del 2%.
Esta operativa se extendió entre octubre de 2009 y abril de 2010, momento en que se desactivó porque, según han indicado los cuatro acusados, Andorra ya no les "garantizaba el secreto bancario".
Según el escrito de acusación de la Fiscalía, para dar apariencia lícita a las ganancias que obtuvo Roca de Emarsa a través de sus empresas, se sirvió de la ayuda de la familia Gil, que colaboró en la simulación de pago de servicios comerciales a través de diversos traspasos de cantidades entre cuentas bancarias.
Por tanto, el Ministerio Público no se cree la versión ni de unos ni de otros, ya que pone en duda que Roca no conociese la ilicitud de sus cobros de Emarsa y que la familia Gil no se beneficiase de ello, pues cuestiona que los fondos que acabaron en su cuenta andorrana procediese de los fondos en negro de su negocio particular.
Según el relato de la fiscal Teresa Sandoval, Gil Usedo abrió una cuenta en la Banca Privada de Andorra en octubre de 2010, cuyo titular era una mercantil en Panamá y cuyo representantes eran éste y Roca. En cuanto a la participación de los hijos, la Fiscalía apostilla que consistió en el "encubrimiento o enmascaramiento del origen ilícito de los fondos públicos presuntamente malversados" aparentando relaciones comerciales.
El 'modus operandi' consistió en realizar una serie de transferencias entre octubre de 2009 y abril de 2010 desde la empresa domiciliada en Malta Walnut Grove LTD a la cuenta andorrana de la empresa constituida en Belice, Hesse Darmstadt INC, ambas administradas por Roca Semper. Después estas cantidades, que ascienden a un total de 690.108,50 euros, se ingresaban a los fondos de los Gil. Todos han admitido en el juicio que su relación no se basó en una relación comercial.
A su vez, Walnut recibía dinero de la cuenta de PrinterGreen SL, que fue una de las mercantiles que Roca utilizó para "incrementar artificiosamente" el valor de los trabajos realizados para Emarsa. Para el Ministerio Fiscal, esta empresa y otras no "tuvo medios, ni humanos, ni materiales, ni financieros para desplegar las supuestas actividades económicas".