ALCOY. Ser rico nunca fue fácil. Y menos, ocupando el quinto lugar, cual 'segundón' en esta escalera de valores en metálico, por decirlo así. Y para denunciar precisamente esta situación ha llegado el escritor de Ciudad Real afincado en Alicante Roberto Aliaga y su nueva propuesta, Curso intensivo para hacerse rico, lanzado al mercado editorial este martes gracias a Edebé, con la ayuda de Elena Valencia en este proyecto. Se trata de una "parodia de este tipo de libros de autoayuda", comienza explicando Aliaga. "Todos los jóvenes quieren ser youtubers, influencers... ganar dinero y no ser famosos por hacer algo, sino por nada. Es descorazonador", sentencia.
Y de esta reflexión brotó el personaje de Sir Francis Mylioneri, un tipo que podría ser el primo, en versión más 'bondadosa', del mismísimo Montgomery Burns. "Todo comenzó casi como una broma", allá por la primavera-verano de 2018, como explica Aliaga. Lo cierto es que el cartel inconfundible en letras doradas de la cubierta de su nuevo libro guarda una historia "un poco triste", añade. "El señor Mylioneri se escapó de un orfanato a los diez, once años, precisamente la edad del lector del libro. Se hizo a sí mismo. Tiene un gran delirio de grandeza y, con 97 cumplidos, cuenta con una de las mayores fortunas de Inglaterra, cosa que le molesta porque no es el primero", bromea el escritor manchego, Premio SM El Barco de Vapor 2017. "El protagonista de Curso intensivo para hacerse rico no es un personaje que se recomponga, él sigue en sus trece".
Pero, ¿de qué color es este señor con tantos 'intereses'? ¿Qué valores -en cifras, claro- se le atribuyen? Otro alicantino, en este caso original de Aspe, Miguel Ángel Díez, se ha encargado de imprimirle una personalidad auténtica a este magnate. Ambos llevan tiempo trabajando juntos, como en la colección de ocho libros que hicieron para Anaya, y también el álbum cofirmado de Luciérnagas. En este caso, la grandeza de darle trazos y color a Mylioneri ha sido, explica el ilustrador, verlo crecer, literalmente. "Es una caricatura del siglo XIX", estilo victoriano y cercano al cómic, un terreno al que el ilustrador no se acercaba desde hacía tiempo. "Empieza de joven y se va haciendo mayor; por dentro, las ilustraciones son en blanco y negro". Confiesa que, aunque ha habido muchos Mylioneri, el resultado final ha dado en el clavo. "Es un personaje sin trampas, limpio, a pesar de que busca la riqueza. Ha sido muy divertido dibujarlo", detalla.