Deja la marca delikia tras romper su alianza con la Gallega Maxelga

Teika: la transformación del 'vending' hacia productos frescos y saludables

18/08/2019 - 

VALÈNCIA. De instalar máquinas de café en las empresas a controlar el vending en la Comunitat y Murcia y superar los 25 millones de euros de facturación en 2018. La empresa Teika ha experimentado una verdadera transformación en sus más de 40 años de trayectoria con una importante apuesta por la innovación tanto en sus máquinas como en sus productos. Ahora, la compañía que nació bajo el nombre de Cafemax, pasó a ser Delikia en 2011 y hace unos meses ha sido rebautizada como Teika va un paso más allá en el 'vending' con la incorporación no solo de productos frescos, sino de temporada, saludables y de proximidad con una idea clara: que la máquina sea como la nevera de una casa.

Su historia se remonta a los años 70 cuando su fundador Vicente Barber decide instalar las primeras máquinas de café en las fábricas de la comarca de La Safor, unos aparatos muy rudimentarios que con el paso del tiempo han ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de los consumidores. En la actualidad, la compañía cuenta con 150 trabajadores y unas 5.000 máquinas repartidas a lo largo de la geografía valenciana y en Murcia tanto en empresas privadas como en espacios públicos como hospitales, universidades o estaciones de metro. En 2018, superaron los 40 millones de servicios realizados y los 25 millones de facturación y la previsión de crecimiento para 2020 es del 8%. 

Sus inicios no fueron sencillos. Con tan solo 21 años, Vicente Barber viajó a Italia o Dinamarca, países donde las máquinas de monedas para tomar café estaban muy asentadas y volvió con la determinación de implantarlas en la Comunitat. Así nació Cafemax. "Al principio le costó un montón arrancar e instalar las máquinas porque cuando iba a las empresas en aquellos años el responsable de la empresa siempre tenía la visión de que a los trabajadores no les hacia falta nada. Era una mentalidad distinta", relata Berti Barber, segunda generación de Teika y directora de marketing de la compañía. Sin embargo, en zonas industriales como Alcoi u Ontinyent donde las empresas comenzaban a internacionalizarse hubo menos reticencias y la idea cuajó introduciendo estas máquinas en sus instalaciones.

 

Nueva gama de productos y cambio de la marca

Fue hace 20 años cuando comienza su incursión en la venta de alimentos con el despliegue de sus primeras máquinas expendedoras. Esa transición más allá del café se produjo con la llegada a la empresa familiar de Nicolás Barber, el actual director gerente, quien comienza a informatizar todos los procesos e introducir nueva gamas de productos: snacks, sandwiches y bebidas. Para ello, contaban con proveedores externos que les facilitaban los productos para incluirlos en sus máquinas.

Sin embargo, en 2011 se produce un importante cambio de guión en la compañía fruto de la necesidad de incorporar el fresco en su oferta. "Decidimos apostar por una marca nueva porque nos dimos cuenta de que en las máquinas los sandwiches eran un producto maltratado con 20 días de caducidad y sin sabor", explica Barber. Esa nueva marca paraguas fue Delikia Fresh, una alianza con la gallega Maxelga con la vista puesta en cubrir el ámbito nacional. "Nosotros cubríamos la zona mediterránea y ellos el norte", indica.

Además, la empresa con sede en Gandia construyó un obrador propio que diariamente recibe la materia prima para preparar de forma artesanal las ensaladas y bocadillos en función de la demanda en las distintas zonas donde están distribuidas sus máquinas. "Aquí en la zona mediterránea gusta mucho el bocadillo de sobrasada, mientras que en otros puntos no tanto", puntualiza. Una información obtenida a base de "prueba y error" a través de encuestas internas realizadas por el departamento de calidad. 


 

El 'vending', un sector denostado

Barber recuerda que la constitución de Delikia surgió ante la necesidad de lanzar el mensaje a la sociedad de que el vending puede ofrecer calidad y productos frescos. "En este sector es muy difícil comunicar que vendes cosas frescas porque la gente identifica la máquina con una barrera. El vending siempre ha estado maltratado. Si miras las películas estadounidenses siempre hay alguien dándole una patada a una máquina", lamenta. Parte de la culpa de esta concepción la achaca a las malas conductas de algunos de los operadores del sector que han propiciado esa mala imagen. "Nosotros queremos mostrar al consumidor que hay un buen producto, que el zumo es exprimido y de naranja valenciana y que los bocadillos se hacen de manera manual en el obrador y caducan cada cuatro días", remarca.

La supervisión de las máquinas es una tarea que llevan a cabo los 'gestores de ruta' que reponen el producto y comprueban el estado de los aparatos que se encuentran en el área que les ha sido asignada. "Conocen lo que se consume y qué va a hacer falta en la máquina. Por ejemplo en un hospital hay una trabajadora que le gustan las rosquilletas de queso y el repartidor suele dejar más paquetes en esa máquina porque conoce sus preferencias", ejemplifica Berti Barber. Los aparatos están conectadas por telemetría con las oficinas de la empresa para que en caso de alguna incidencia solucionar el problema de forma inmediata. 

Su origen vinculado al café hace que le den especial importancia a esta bebida. No solo sus máquinas ya incluyen varios tipos de leche como la semidesnatada o de soja, sino que cuentan con una finca en Nicaragua de un productor local que les proveé sin intermediarios de un grano especial con poca dosis de cafeína. Una instalación en la que unas 300 personas recogen a mano el café, lo secan de forma tradicional y lo distribuyen directamente a la compañía valenciana que ha invertido en una guardería y un centro sanitario anexo a la finca para los trabajadores y sus hijos.


 

Teika: hacia una mayor sostenibilidad 

El último gran hito de la empresa llegaría hace un mes, cuando Delikia anunció su transformación en Teika tras finalizar su acuerdo con Maxelga. "En enero llegamos a un punto en el que vimos que las empresas querían tomar caminos diferentes. Habían valores compartidos, pero nosotros nos vimos en la necesidad de añadir otros nuevos como igualdad, deporte femenino, proximidad, productos de cercanía y sostenibilidad", explica. "Voy a tener que vender agua embotellada, pero en la medida de lo posible estamos invirtiendo para ser lo más sostenibles posibles", subraya. Una de sus medidas ha ido encaminada a la incorporación de paletinas para el café biodegradables, así como vasos y envases de cartón.

Otro de sus retos es reformular su oferta con una nueva gama de referencias que incluya productos 'bio', más saludables e incluso para personas con alguna intolerancia. En esta línea se enmarca su acuerdo con la cooperativa Anecoop para la distribución de fruta fresca, limpia, pelada, cortada y lista para consumir. Entre sus novedades, este mes de septiembre incluirán una macedonia a base de frutos rojos. También han incorporado a las máquinas de alimentación el zumo de naranja 100% natural exprimido, fruto de un acuerdo con Zuvamesa. "Nos estamos esforzando mucho para encontrar opciones y ponerlas en la máquina con productos más saludables y adaptados a las necesidades de los consumidores. Aunque se trata de encontrar un equilibrio entre estos productos y los snacks porque la gente sigue demandando chocolate", asegura. 

Ahora la compañía se encuentra inmersa en el cambio de imagen y nombre, una renovación para la que han invertido cerca del medio millón de euros y que están realizando progresivamente con el objetivo de culminarla a finales de año. En el largo plazo, el objetivo es convertirse en referente del vending en la Comunitat y hacer frente a los nuevos competidores en el mercado como son Glovo, Just eat o Deliveroo. "Nos afecta su llegada, pero más que nada en la urgencia de ponernos las pilas. Nosotros vamos a seguir trabajando para ir mejorando", concluye.


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