Aunque lograr la Paz es muchas veces un objetivo difícil de alcanzar en ciertas regiones de la Tierra, no por ello hay que dejar de intentarlo
En estos tiempos de zozobra, que podrían definirse como el de las sociedades gaseosas, más allá de la modernidad líquida de la que escribió Zygmunt Bauman, en numerosas ocasiones hablamos de forma facilona de eventos históricos como aquel encuentro interplanetario , que parece no fue tal , entre Barak Husseín Obama II y José Luis Rodríguez Zapatero. Pero estos días sí que hemos podido ver un hecho realmente importante, la visita del Papa Francisco a la tierra que vio nacer a Abraham el padre de las religiones monoteístas del Libro Sagrado, judaísmo, cristianismo, e islamismo, llegando a visitar la ciudad donde nació el primero de los Patriarcas, la antigua Ur de los caldeos, ubicada en la antigua desembocadura del río Éufrates, en el extremo occidental del golfo Pérsico.
Ese territorio antaño Mesopotamia es hoy el devastado Irak, por culpa del Estado islámico y el fanatismo de los Yihadistas tanto Chiíes como Sunnies, aunque su inestabilidad viene de hace tiempo. Primero fue la guerra entre Irak e Irán, iniciada por el líder del partido Baaz (renacimiento Árabe Socialista) Sadam Husseín, contra una convulsa y recién nacida república Islámica y teocrática de Irán; después el líder del socialismo panárabe realizó entre 1986 y el 1989 la Operación al-Anfal, contra el pueblo kurdo en la que se arrasaron miles de poblaciones y se masacro con armas de destrucción masiva, del tipo químico, entre 150.000 y 180.000 personas; en 1990 Sadam invadió Kuwait que sería liberada en la llamada guerra del Golfo y su operación militar Tormenta del Desierto al año siguiente; y ya como remate tuvo lugar la guerra de 2003 en la que se depuso al presidente Hussein y la inestabilidad se apropió de aquellas tierras, permitiendo la aparición del DAESH-ISIS en 2014.
También el antiguo cardenal Jorge Bergoglio ha visitado la llanura de Ninive, así como Mosul y Qaraqosh arrasadas por la guerra contra el terrorismo. De gran importancia ha sido la visita al Ayatolah al Sistani en Nayaf, una de las autoridades principales de los chiíes, que expresó al Papa que “los ciudadanos cristianos vivan como todos los iraquíes en paz y seguridad, preservando todos sus derechos constitucionales” mensaje fundamental para que los cristianos puedan sobrevivir en ese entorno. Por su parte, y en la anterior línea, el primer ministro de Irak Mustafá al Kazemi ha llegado a afirmar que el Papa ha logrado un consenso nacional y que su mensaje ha llegado a todo el mundo. También el ministro de cultura y de la juventud de los Emiratos árabes unidos también ha dicho que en Mosul y todo Irak celebran la visita del Papa Francisco con la esperanza de que de un nuevo impulso a la fraternidad humana.
Aunque nunca olvidemos como los cristianos han sufrido una auténtica limpieza étnica religiosa pasando de ser en Irak un millón y medio antes de la guerra, a los poco más de 300.000 que son ahora, por lo que la propia visita tenía sus propios y serios riesgos de seguridad. Tengamos siempre presente como la guerra contra la insurgencia del Estado islámico en Irak y en Siria provocó una oleada de personas que huían para salvar sus vidas y que tras llegar a Turquía y atravesarla sorprendentemente, pues lo hicieron en número millonario, se lanzaron a cruzar el mar Egeo, ocasionando además de muchísimas y tristes dramas humanos, separaciones, trata de seres humanos, muertes, etcétera, una profunda crisis en la Unión Europea que ha tenido diferentes resultados, desde en parte el Brexit, hasta la creación de un grupo llamado Visegrado, formado por Polonia Chequia Hungría y Eslovaquia que actúa muchas veces como contrapeso a las actuaciones de la burocracia de Bruselas más cercanas a la vía federalista globalista en el proceso de integración europeo, frente a la otra propuesta confederal más en línea con la soberanía de los estados.
Ya saben la evolución de los pueblos, naciones y Estados son muy particulares, y la estabilidad en aquellas tierras se puede lograr, como se produjo antaño con un poder central muy muy fuerte que contuviera o limitase las singularidades de los tres grupos iraquíes, chiíes, suníes y kurdos, o intentando parece ser uno de los caminos propuestos, la confederalización del país en la práctica; porque cuando los problemas nacionales-internacionales no se solucionan a tiempo, surgen las tragedias humanas.