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la atleta del playas de castellón logró una marca de 18,64 en el europeo 

Toimil irá a Tokio con "ambición ilimitada" tras batir el registro nacional

15/03/2021 - 

CASTELLÓ. (EFE). La lanzadora de peso gallega Belén Toimil acabó con una marca que parecía eterna, con una vigencia de 25 años, de Martina de la Puente en el reciente Europeo de Torun (Polonia) y ya enfoca, una vez lograda la mínima exigida, el camino hacia su debut olímpico en Tokio, donde su "ambición es ilimitada", según ha explicado en entrevista concedida a Efe.

La explosión de Toimil ha sido tardía, fruto del trabajo de años a la órdenes de todo un "moldeador" de talentos en los lanzamientos, el leonés Carlos Burón, que ha logrado pulir una "nueva" atleta, identificada con sus métodos y disciplinada en el trabajo.

"Era Carlos el que tenía más en la mente que yo, la posibilidad de que saliera esta marca -18,64-", relata la lanzadora del Playas de Castellón, que llegó a la cita continental repescada y salió como una de las grandes triunfadoras, aunque no alcanzara el podio -fue séptima en la final- de la amplia expedición española en los campeonatos.

Toimil se llevó por delante en tierras polacas ese "muro" que ella misma se había fijado en los 18 metros y, de paso, encontró como premio no solo acabar con el registro nacional sino también una más que exigente mínima olímpica de 18,50.

Ha tenido que ser el entrenador de las últimas reinas del lanzamiento de peso femenino -también lo es en el masculino con el ya retirado Manuel Martínez-, el que decidiera que el salto cualitativo de su discípula pasaba por un obligado cambio en el estilo, pasando del lineal, al giratorio.

"Sin Carlos está claro que no estaría donde estoy, llegué a León con 18 años -ahora tiene 26- y le precedía su historia, sus resultados de tener varios atletas olímpicos que pasaron por sus manos y su calidad en los entrenamientos", resume.

Pero en este proceso evolutivo, la atleta gallega también ha tenido que cambiar dos aspectos que considera fundamentales en la llegada de los resultados "la actitud y el compromiso".

"Me costó adaptarme a su forma de trabajar y también implicarme más, pero desde el año pasado, justo con el cambio de estilo, cambié mi actitud y quizá se empezaron a alinear todos los engranajes para que llegaran los resultados", afirma.

En la pista de Torun se encontró "muy cómoda y con confianza" desde el calentamiento, lanzando cercana a los 18 metros y quizá por ello "fruto de estar suelta y tranquila", acabó llegando la marca que le ha catapultado a aspirar a cotas mayores mucho más ambiciosas.

Ahora lo que necesita, reconoce, "es adquirir la regularidad necesaria después de que este lanzamiento lo cambiara todo con un cúmulo de sensaciones, aunque resultaran extrañas en un entorno como el actual, sin el calor del público".

Por ello, no cree que lo logrado en el Europeo "sea flor de un día, porque solo demuestra que el trabajo realizado permitía pensar en hacerlo antes o después y ahora se trata de, una vez superada la barrera mental, competir regularmente por encima de los 18 metros".

Después de su primer europeo absoluto y de tres años ausente de la internacionalidad por una lesión de rodilla, Toimil afronta "desde otra mentalidad" el reto olímpico en Tokio y espera que se haya iniciado su "momento, porque por edad quedan muchos años para dar guerra y plantearse objetivos más ambiciosos".

Entre estos se encuentran hacer papeles destacados en las grandes citas, algo a lo que ya ha estado acostumbrado su entrenador con otros discípulos aventajados y por eso cree que Burón es "un visionario y cuando hace comentarios y sugerencias hay que escucharlos porque él siempre suele acertar por su experiencia".

Tokio era un sueño para Toimil y Burón, ahora ya cumplido tras superar la marca mínima exigida más amplia de la historia olímpica en esta disciplina, ambos se han visto obligados a "replantear y reestructuras toda la temporada y el trabajo desde la tranquilidad de haberse logrado el objetivo con mucha antelación".

Toimil, a pesar de su ambición que también le transmite su entrenador, es consciente que será una recién llegada a la elite internacional y sitúa el sueño de una hipotética final olímpica "en torno a los 19 metros, una marca muy difícil", pero nunca imposible para la atleta de Mugardos que ya ha colocado su nombre en lo más alto del escalafón nacional.


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