La expansión mundial y la crisis sanitaria provocada por la pandemia global del coronavirus han provocado el aplazamiento, por cuarta vez en la historia, de los Juegos Olímpicos de Tokio de este año hasta 2021, según anunció este martes el Comité Olímpico Internacional (COI).
Aunque los Juegos Olímpicos se han visto afectados por guerras, conflictos políticos, epidemias y boicots, ésta es la cuarta vez que se suspenden desde la primera edición de la era moderna, en 1896 en Atenas, tras los de 1916, 1940 y 1944 debido al estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Desde aquel remoto 6 de abril de 1896 en Atenas, los Juegos Olímpicos de verano se han disputado cada cuatro años, excepto los de Berlín en 1916, Helsinki en 1940 y Londres 1944 por estos conflictos bélicos, aunque las capitales alemana, finlandesa y británica los albergarían más tarde en 1936, 1952 y 1948, respectivamente.
Inicialmente, los Juegos de 1940 se otorgaron a Tokio, pero en un telegrama fechado el 16 de julio de 1938 el miembro del COI de Japón Togukawa Soyeshima anunció que, debido a las "prolongadas hostilidades sin perspectivas de paz inmediata", decidieron cancelar la cita olímpica.
Posteriormente, el COI la trasladó a Helsinki, aunque en abril de 1940 se les retiró porque era imposible su celebración debido a la "situación internacional" y el presidente del COI, Baillet-Latour, anunció en una circular del 2 de mayo de 1940 que, de conformidad la Carta Olímpica, los Juegos "no tendrían lugar".
El ataque terrorista en la Villa Olímpica el 5 de septiembre de 1972 provocó la suspensión durante 36 horas de los Juegos de Múnich. Once miembros del equipo olímpico israelí fueron secuestrados por el comando terrorista palestino 'Septiembre Negro'. Los terroristas asesinaron a dos atletas y asesinaron al resto después de un intento fallido de liberación. Sin embargo, el entonces presidente del COI, Avery Brundage, decidió que "los Juegos deben continuar".
Otro atentado, el del 28 de julio de 1996 en el Parque Olímpico del Centenario de Atlanta (Estados Unidos), con dos muertos y 111 heridos, provocó también un aplazamiento de 24 horas, aunque el español Juan Antonio Samaranch, máximo mandatario del COI en aquel tiempo y padre del actual vicepresidente, ordenó que no se aplazaran.
Al margen de ello, en los años de la 'Guerra Fría' los boicots fueron una constante en el último cuarto del siglo pasado. En 1976, algunos países africanos no participaron en los Juegos de Montreal en respuesta a la actuación de Nueva Zelanda, que había violado el boicot internacional a Sudáfrica, entonces aún bajo el 'apartheid'.
La invasión soviética de Afganistán impulsó a Estados Unidos y a otros 64 países aliados a no viajar a los Juegos de Moscú en 1980, lo que redujo el número de participantes a 81, la cifra más baja desde Melbourne en 1956.
Los exsoviéticos respondieron de igual forma cuatro años más tarde en Los Ángeles'84, donde no estuvieron la Unión Soviética y 14 naciones del bloque del Este. Las naciones que boicotearon estos Juegos organizaron los Juegos de la Amistad ese mismo agosto.
En Seúl'88, Corea del Norte presionó al COI para organizar una edición conjunta con su país vecino del Sur, pero ante la negativa del máximo organismo olímpico llamó a boicotear los Juegos y éste fue apoyado únicamente por Cuba, Nicaragua, Albania y Etiopía.
La última gran crisis relacionada con los Juegos fue hace cuatro años por la amenaza del virus Zika, una enfermedad que se transmitía por la picadura de un mosquito y que podía traer complicaciones especialmente a las mujeres embarazadas. Algunos deportistas, entre ellos los españoles Pau Gasol y Mireia Belmonte, expresaron su preocupación, pero los Juegos de Río se celebraron sin problemas.
En cambio, las secuelas del coronavirus, con más de 390.000 casos y 16.000 muertos en 185 países hasta la fecha, ha provocado el aplazamiento durante un año de los Juegos que, como apuntó la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, pretenden ser "los del abrazo" y no los del miedo y la desigualdad.