Poco a poco, y antes de que llegara el frío, el virus fue cerrando puertas y fronteras. el Territorio-Europa se preparaba para hibernar con el miedo acechando en las esquinas. Los países del norte, esta vez los más azotados por la pandemia, echaron la persona y ordenaron el toque de queda. Ningún ciudadano podía deambular por la calle a determinada hora del día o de la noche. París, Bruselas, Londres, Berlín. Madrid entraba en Estado de Alarma. Las grandes capitales habían sucumbido. El invierno se preparaba crudo mientras se culpabilizaba a los jóvenes, de nuevo, y a los niños en las escuelas. No tardarían en cerrar…
Escuelas y universidades se preparaban para otro confinamiento. Hoteles, bares y restaurantes estaban obligados a cerrar. En todos los países se generalizaba el denominado “lockdown”. Acababan de prohibir Halloween y los mercadillos de Navidad, cuando el cielo se volvió gris. Las compañías aéreas comenzaban a desaparecer de nuevo, cancelando vuelos hasta la primavera de 2021, cuando se suponía que la milagrosa vacuna, el Bálsamo de Fierabrás, habría hecho acto de aparición.
Hasta que llegó la salvación a través del teléfono móvil, que garantizaba una forma segura de deambulación, cierta libertad de movimientos y de contacto social. Durante los primeros meses de la pandemia, el gobierno de la Unión había estado probando, en fase piloto, el potencial de las aplicaciones móviles de rastreo de contactos de proximidad y de alerta “para romper la cadena de infecciones por coronavirus y salvar vidas”.
Desde el estallido de la pandemia de coronavirus, los Estados miembros, con el apoyo de la Comisión, han estado evaluando los aspectos de eficacia, seguridad, protección de datos e intimidad de las soluciones digitales para hacer frente a la crisis. La primera pasarela fue desarrollada y creada por T-Systems y SAP, y gestionada desde el centro de datos de la Comisión Europea en Luxemburgo. Comenzó a funcionar en octubre.
La Comisión había creado un servicio de pasarela de interoperatividad que conectaba las aplicaciones nacionales en toda la Unión Europea. En el otoño de 2020 se logró “un hito importante”, ya que un grupo de Estados miembros comenzó a probar la infraestructura. La Comisión puso en marcha las pruebas entre los servidores finales de las aplicaciones oficiales de la República Checa, Dinamarca, Alemania, Irlanda, Italia y Letonia, y un servidor de pasarela de nueva creación.
Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, declaró: «Muchos Estados miembros han implantado aplicaciones nacionales de rastreo de contactos y alerta. Ha llegado el momento de que interactúen entre ellas. Los viajes y los intercambios personales son el núcleo del proyecto europeo y del mercado único. La pasarela lo facilitará en estos momentos de pandemia y salvará vidas». En un momento en que los casos volvían a aumentar, las aplicaciones móviles podían ayudar a romper las cadenas de transmisión.
En la lucha contra el coronavirus, los Estados miembros pusieron en marcha una aplicación nacional de rastreo de contactos y alerta. El servicio de pasarela de interoperatividad ofrecía una solución europea para garantizar un intercambio seguro de información entre los ordenadores finales de las aplicaciones nacionales de rastreo de contactos y de alerta sobre la base de una arquitectura descentralizada. Los usuarios solo tendrían que instalar una aplicación y podrían notificar una infección o recibir una alerta, incluso si viajaban entre los distintos países de la Unión.
Para tranquilizar a la población más celosa de su intimidad, de la privacidad de sus datos personales, de su vida…, la información intercambiada se seudonimizaba, se encriptaba y se reducía al mínimo. Sólo se almacenaba el tiempo necesario para rastrear las infecciones y no permitía la identificación de personas individuales. Esto es lo que garantizaron LasTec a los gobiernos nacionale, …en el inicio de la pandemia.
Con la garantía de respetar plenamente las normas de la Unión, las aplicaciones de rastreo de contactos prometieron desempeñar un papel fundamental en todas las fases de la gestión de la crisis, especialmente cuando llegara el momento de ir suprimiendo gradualmente las medidas de distanciamiento social. Pronto sería indispensable para volar…
Para ello, se comprometieron a cumplir con las directrices sobre la protección de datos para aplicaciones móviles, la Recomendación de la Comisión, las directrices de interoperatividad y la Decisión de ejecución. De toda esta normativa, ya nada quedó, excepto la obligatoriedad de la app móvil -hoy, chip-. Ya nada se interpone entre LasTec y el ToqueDeQueda…, que se quedó entre nosotros, como el chip, para siempre.*
*(Extracto de la tarjeta SIM que me dejó en herencia la Tieta, en los momentos previos al CaosPrevio y a la llegada de ELLA).