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XEITO I ESPENTa / OPINIÓN

Un año para olvidar

2020 pasará a la historia de la humanidad y a la nuestra propia como un auténtico drama. A muchos se les han roto sus sueños de futuro y otros se han quedado en el camino víctimas de algo con lo que no contaban. Un virus traicionero ha arrasado con nuestro bienestar y la sociedad intenta rehacerse y plantarle cara. A pesar de todo ¡Feliz Navidad!

25/12/2020 - 

La pandemia que no esperábamos. La covid-19 nos pilló a todos con el paso cambiado. Nuestra sociedadcreía tener todo controlado. Algo inopinado, una pandemia de salud nos ha cambiado. Muchos han dicho que a partir de ahora seremos otros, nuestras prioridades han cambiado, nuestros objetivos también. La situación que muchos viven no tiene nada que ver con nuestra trayectoria anterior. Ahora fiamos nuestra existencia y nuestro futuro al mantra de la vacunación para inmunizarnos y conseguir salir adelante. Nos enfrentamos a una nueva realidad. En el futuro se analizará y escribirá mucho sobre ello. Y a lo mejor los sentimientos que tenemos en estos momentos serán cuestión del momento. El análisis será otro. Se estudiará si la sociedad y los políticos estuvieron a la altura, si la investigación y la respuesta médica fue la correcta. Ahora estamos de lleno en la pandemia y queremos soluciones urgentes y en ocasiones nos olvidamos de lo importante y el futuro.

Gestión política caótica. Estamos inmersos en una crisis de graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas. En nuestro país palabras como Erte, Ere o teletrabajo se han convertido en habituales. Pero también contagios, inmunizados, cepas, curvas, vectores y la más dolorosa fallecimientos. Los datos no los sabremos hasta pasado un tiempo. La disparidad en las cifras de personas muertas que han aportado distintos organismos oficiales como el INE, o el Instituto Carlos III chocan con las que se ofrecen desde el ministerio de Sanidad. Los inputs o casuística utilizada han normalizado el dolor de las víctimas y sus familias. En ocasiones se nos ha olvidado el sufrimiento de estas personas y les hemos incluido en estadísticas frías. A todo ello ha contribuido la gestión caótica desde las administraciones. No ha habido unidad de acción, como ejemplo las 17 navidades que estamos viviendo o el período de desescalada descontrolado tras el primer estado de alarma. No se supo hacer. De acuerdo que el virus y sus mutaciones nos ha superado, pero no hemos sido conscientes los ciudadanos y sobre todo los políticos de las decisiones erróneas. Se estableció el binomio contradictorio de salud/economía sin ver que el uno es consecuencia del otro. Y en medio de este caos con un gobierno de coalición con decisiones encontradas se ha afrentado incluso el orden institucional y constitucional. El Jefe del Estado, Felipe VI,  ha estado en solfa por la conducta inapropiada de Juan Carlos I, su padre y anterior Jefe del Estado. Muchos han querido aprovechar la oportunidad para cambiar el modelo que nos rige. Rentabilizar cuestiones mayores en plena pandemia puede volverse en contra de quien lo propugna.

Actitud ciudadana. A pesar de esta situación si algo nos tiene que reconciliar con la sociedad,  es la actitud que hemos tenido y tenemos los ciudadanos. Hemos/ han ayudado, han cuidado,-impagable el trabajo de sanitarios, científicos, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, Ong´s, reponedores y dependientes en el transporte, comercio, supermercados, psicólogos, pequeño comercio, grandes empresas-,…En momentos de gran zozobra y de futuro incierto hemos sacado a relucir lo mejor de nosotros mismos. Aunque parezca una obviedad y una expresión hecha es real. Somos solidarios y generosos. Evidentemente ha habido irresponsables,- muy irresponsables-, que han contravenido todas las medidas de seguridad sanitaria. Algunos han pagado incluso con la vida o con el contagio de su gente más cercana. Nuestra fortaleza futura está en este empuje solidario y generoso. Entre todos tendremos que salir adelante. Lo lograremos más pronto que tarde.

El Tablero

PSOE: Pedro Sánchez, el resiliente. Aunque sea un contrasentido este ha sido su año. Sigue en La Moncloa con el inestable apoyo de Pablo Iglesias, que algún que otro sueño le ha perturbado, y seguirá para rato. Ha conseguido la aprobación de los Presupuestos y la  ley Celáa casi como en un paseo militar. En ambos casos ya no es necesaria la segunda vuelta en el Congreso. Hasta la ley de educación se ha aprobado sin ninguna enmienda, lo nunca visto desde hace 35 años. Y  para remate y vanagloria de su gestión Sánchez se busca el  aval técnico y profesoral de expertos y sabios para decir que su gestión y el grado de cumplimiento de su programa de gobierno es excelente. Vamos, una rendición de cuentas muy flamígera y laudatoria. Para olvidar este año, el tratamiento informativo. Hemos ido de crisis en crisis de comunicación. Ruedas de prensa que no eran tales, comparecencias sin preguntas y cuando las había, las respuestas eran confusas, evasivas o incluso distópicas. Todo un despropósito, pero Sánchez ha hecho de su resiliencia todo un valor a pesar de las disensiones y encontronazos con su socio Iglesias y con los pactos frankenstein  con radicales e independentistas.

PP: Pablo Casado, el contumaz. Es corredor de fondo aunque por momentos su débil liderazgo se ve atacado por la pro actividad  de sus barones. En Madrid con una pertinaz Isabel Díaz Ayuso, en Galicia con un estratega Alberto Núñez Feijóo, en Andalucía con un gestor a prueba de crisis, Juanma Moreno y un descubrimiento con el presidente de Castilla León, Alfonso Fernández Mañueco. Lo de Cayetana Álvarez de Toledo ya es una anécdota superada a pesar de lo atrabiliario. Con su vuelta a la centralidad ha desactivado a Ciudadanos y sobre todo a Vox. Casado tenía que dejar claro quién es el líder de la derecha y de la oposición. Aunque Sánchez le ha ninguneado todo lo que ha querido y más,  ha conseguido dejar claros sus postulados. Poco a poco va ganando terreno. La crisis actual le puede dar réditos en un futuro

Vox: Santiago Abascal, el silente. Más le hemos conocido por sus ausencias que por sus presencias. Lanzó antes de hora una moción de censura que pretendía mediática y se quedo con un palmo de narices porque Pablo Casado, a quien iba dirigida, no a Pedro Sánchez, le salió respondón y con la consolidación del liderazgo en la derecha. Han sorprendido y mucho sus pocas comparecencias más allá de sus respuestas parlamentarias. Ha dejado hacer a sus portavoces a veces esperpénticos y vociferantes llevar la voz cantante. Todavía están en shock por el golpe de mano de Casado en su moción de censura. El clásico asunto que se ha convertido en un “le salió el tiro por la culata”. A pesar de todo parece que los sondeos les siguen manteniendo en la misma posición.

Unidas Podemos: Pablo Iglesias, el superviviente. Vaya año nos ha dado. Respondón, gestor, hombre de Estado que se dice él, muñidor de acuerdos imposibles, incomodando al presidente, pero como es garante y sostén necesario de Sánchez. Por momentos ha dado la sensación de que era quien manejaba el timón. Aunque ha tenido un año negro en los tribunales, y ahí está en apariencia incólume aunque los sondeos le dan una persistente desafección de los que les votaron. Ha querido controlar a Sánchez, y así lo parece. Sí es cierto que en determinados asuntos, en especial de carácter social, ha conseguido doblegar a las ministras Calviño y Montero. En otros temas de calado institucional aunque ha forzado la máquina el PSOE partido de Gobierno histórico y consolidado le ha ganado la partida.

Ciudadanos: Inés Arrimadas, la voluntariosa……Tras el fiasco de Albert Rivera, una Arrimadas con pocos argumentos parlamentarios con esos diez escaños, ha tenido nulas herramientas para visibilizarse. Intentó ser bisagra con el PSOE, sin ser consciente que Sánchez como es habitual  la engañaría pactando con sus socios de investidura y sumando a radicales e independentistas. Tampoco ha podido rentabilizar su perfil centrista porque Casado está ahora o eso pretende en la centralidad, con lo que el campo de acción se le queda reducido. Y encima se barrunta un nefasto resultado en Cataluña en los próximos comicios autonómicos. En los anteriores Arrimadas al frente ganó esas elecciones. Confía en reescribir y reinventar el futuro de su formación y evitar una absorción por parte del PP como muchos populares barruntan.

Las frases de la semana

Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno: “El Rey sabe leer muy bien este país” ¡¿Lo dice para tranquilizar a sus socios de Gobierno o para auto convencerse de que realmente es así? Presionar al Rey, al Jefe del Estado, puede volvérsele en contra!

Pablo Iglesias, vicepresidente social del Gobierno: “Muchos españoles se preguntan en las cenas navideñas si son monárquicos o republicanos” ¡Contumaz en sus argumentos que son más un desiderátum que una realidad!

Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior: “Las pequeña disensiones en el Gobierno luego convergen porque de las diferencias de matiz surgen las mejores consecuencias” ¡Pues miel sobre hojuelas. Se necesitan tanto matemáticamente que no habrá ruptura!

Pablo Casado, presidente del PP: “El Gobierno ha decidido legislar sin consenso y por decreto los fondos europeos de reconstrucción. Los fondos no son para el Gobierno, son para los españoles que peor lo están pasando” ¡Desde la oposición se reclaman otras medidas, pero no hay consenso. Es un diálogo de sordos!

Carles Puigdemont: “Me honra tener la oportunidad de ayudar a hacer que Laura Borrás sea la primera presidenta de Cataluña” ¡Inasequible al desaliento. Ya creíamos que en su Waterloo de adopción estaba apartado, pero sigue mandando aunque sea por persona interpuesta!

Salvador Illa, ministro de Sanidad: “No es el fin. Hay que ser cautelosos. Es el principio del fin” ¡La vacunación no es la solución definitiva. Hay que reclamar sentido común!

Mª Jesús Lamas, directora de la Agencia  Española de Medicamentos y Productos Sanitarios: “Las personas vacunadas tendrán que seguir llevando mascarillas” ¡Nos espera un camino largo para superar esta crisis sanitaria y tendremos que hacer caso a los técnicos, a los sanitarios,…son los que saben!

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