El impeachment, las negociaciones entre chinos y americanos, datos macro y los resultados empresariales marcarán el rumbo de los mismos
MADRID. Las negociaciones entre Estados Unidos y China para encontrar una solución al conflicto comercial podrían reanudarse los días 10 y 11 de octubre. Las discusiones previas fueron calificadas de "productivas". La cuestión sigue siendo si llegan a un acuerdo global o sólo un acuerdo parcial, en el que China se comprometa a aumentar sus importaciones de productos agrícolas estadounidenses a cambio de un aplazamiento de los aumentos de los derechos de aduana previstos para octubre y diciembre.
Entre tanto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, inició la semana pasada un proceso para destituir a Donald Trump de su cargo. Como primer paso, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes investigará los hechos. Si éstos se consideran suficientemente serios y la Cámara de Representantes vota por mayoría simple para destituir al presidente, el asunto se remitirá al Senado. Luego se necesitarán dos tercios de los votos para destituir al presidente de su cargo. Este es un escenario poco probable dado que los republicanos tienen la mayoría en el Senado y que Donald Trump mantiene una alta tasa de aprobación dentro de su partido. Sin embargo, el apoyo al presidente dependerá de los hechos.
Por ello, los índices bursátiles de Estados Unidos apenas han reaccionado. Sin embargo, algunos aspectos de la política del presidente se verán afectados. La cooperación con la Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, puede quedar paralizada y los proyectos en curso (como la aprobación por la Cámara del tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá) pueden posponerse hasta después de las elecciones presidenciales. Además, una vez más, podría haber dificultades para aprobar los presupuestos.
En Estados Unidos el mercado residencial se está recuperando ayudado por las menores tasas de interés hipotecario. El indicador PMI industrial subió de 50,3 a 51,0 en septiembre, mientras que el de servicios subió ligeramente de 50,7 a 50,9. A pesar de este aumento en comparación con agosto, las cifras siguen siendo relativamente bajas.
La confianza de los consumidores (medida por el Conference Board) volvió a disminuir más de lo previsto, de 134,2 a 125,1 en septiembre. Este nivel sigue siendo alto dentro de una perspectiva de largo plazo, pero se encuentra en el fondo del rango de los últimos años. Las cifras del gasto de los hogares de agosto fueron positivas, pero muestran una desaceleración del consumo privado en comparación con las buenas cifras del segundo trimestre. Por lo tanto, los indicadores económicos apuntan a una ralentización del crecimiento en Estados Unidos.
Los mercados observarán con interés los resultados de las empresas que comenzarán a publicarse a partir de mediados de mes. El consenso espera que los beneficios de las compañías del S&P500 disminuyan un 3,7% (en términos anuales). Este sería el tercer trimestre consecutivo de resultados negativos de los beneficios. Las previsiones en este ámbito se han revisado a la baja en los últimos meses y afectan a todos los sectores. De hecho, en el sector tecnológico la mayoría de las empresas han revisado a la baja sus perspectivas de beneficios.
Departamento de Análisis de Bank Degroof Petercam