VALÈNCIA. Este domingo saltaba la noticia, adelantada por The Diplomat, de que Fernando Villalonga había presentado su dimisión como cónsul general de Rabat apenas un mes después de ser nombrado, el pasado 19 de octubre. No llegó a incorporarse al puesto. Una dimisión "por motivos personales" extraña, puesto que el diplomático valenciano estaba muy feliz con el nuevo destino en Marruecos.
El motivo real, que no es personal, es una 'invitación' de la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a abandonar el cargo debido a unas manifestaciones recientes, anteriores a su nombramiento oficial, en las que se mostraba muy crítico con el PSOE y con el Gobierno. Según publicó este lunes OK Diario y confirmaron fuentes del entorno de Villalonga, se le instó a dimitir para no cesarlo por "pérdida de confianza", aunque el puesto de cónsul general es más funcionarial que diplomático y no se puede considerar estrictamente de confianza.
Según Ok Diario, las manifestaciones fueron hechas en el programa El Periscopio, que dirige el periodista Jorge Mestre en la emisora Estado de Alarma TV, el pasado 9 de octubre. En ellas, el que fue secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica en el primer Gobierno de José María Aznar afirmó, entre otras cosas, que "la financiación de la caja B del PSOE siempre ha estado en Venezuela; primero con Felipe González, luego con Rodríguez Zapatero y ahora con Ábalos con la vicepresidenta venezolana". También se mostró crítico con la política internacional de España, que dirige González Laya, al afirmar que "se ha desvinculado de su tradición más americanista, de Felipe González; se ha lanzado a esta locura, que es el proceso de ruptura de las democracias liberales en Iberoamérica". Lamentó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez siga "sin reconocer a Juan Guaidó y la oposición legítima y democrática de Venezuela como las autoridades reales". En su opinión, "esto es una desgracia nacional, que nos va a llevar a perder mucho peso en América Latina, a no tener interlocución con Estados Unidos, que no nos toma como un aliado, sino como un enemigo".
Villalonga ya sufrió las consecuencias de su ideología, que nunca ha ocultado, y de su pasado político vinculado al PP, al ser relevado como embajador de España en Brasil después de solo 15 meses, al poco de llegar Pedro Sánchez a La Moncloa.