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grand place / OPINIÓN

Ya nada será como antes…

2/06/2020 - 

“Poco a poco nos acostumbramos a que ELLA nos cambiara la hora, hasta que un día nos cambiaron el paso. Ya nada sería como antes”. Esta frase recurrente de la Tieta era como su mantra. Ahora pienso que tampoco está tan mal que las puertas se abran solas, que los ascensores funcionen con la voz, que la nevera nos haga la compra con el teléfono móvil o que cerremos la puerta al salir con un guiño del ojo. Con el 5G y el internet de las cosas la vida se fue haciendo más fácil en una época en la que estaba prohibido tocar.

Las barreras invisibles creadas por el covid-19 se levantaban como muros infranqueables en el imaginario colectivo. La policía ciudadana se había puesto en marcha con la Desescalada I. Como las mascarillas y los guantes, la distancia mínima había llegado para quedarse. Ya nada sería como antes.

El Gobierno del Territorio-Europa dio instrucciones para “viajar seguro” tras el primer confinamiento del Año Zero. En todos los transportes públicos y en sus instalaciones era obligatorio llegar con el billete digital, usar mascarilla si no se podía guardar el distanciamiento social, respetar las barreras de protección con el conductor, bajar por la puerta trasera, usar el gel desinfectante… Todo estaba ya normalizado cuando la gente salió a la calle. Era la vuelta a la nueva normalidad.

Con el Alarm State VI comenzaron los disturbios en diversas partes del mundo. El gobierno de la Unión Europea acaba de prohibir el comercio e importación de los pangolinos, “posible vector del Covid-19”, que se utilizaban en determinados productos médicos chinos. Las diferencias raciales y sociales dieron paso a una conciencia de clase que el liberalismo se había encargado de destruir en la segunda mitad del siglo XX. La evidencia era que el Covid-19 mataba más a los pobres.

El Parlamento Europeo invitó al Dr. Michael Ryan, Director Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien rebeló que “la pandemia de coronavirus representaba una amenaza para los grupos marginados y las comunidades sin acceso a saneamiento básico y alojamiento digno”. Europa se volcó en garantizar el acceso equitativo a las vacunas y el tratamiento contra el coronavirus”. Los donantes debían llegar a los más vulnerables. El director de la OMS vaticinó que "nadie está seguro hasta que todos los demás estén seguros”.

El nuevo programa de la Unión Europea EU4Health dedicó 9.400 millones de euros para 2021-2027, con el objeto de construir sistemas de salud resilientes abordando las amenazas a la salud transfronterizas con medicamentos disponibles y asequibles para sus ciudadanos. Fue un cambio de paradigma para que los sistemas de salud de la UE pudieran enfrentar futuras amenazas.

Ahora sabemos lo que pasó. Estaban buscando dinero para patrocinar la vacuna y su distribución. La Comisión Europea anunció los próximos pasos en la Respuesta Global al Coronavirus, “la acción global para el acceso universal a la vacunación, el tratamiento y las pruebas asequibles del coronavirus”. El maratón de promesas que comenzó el 4 de mayo lanzó una nueva campaña con Global Citizen llamada “Meta Global: Unite For Our Future”. La gran fiesta de la recaudación se celebraba el 27 de junio.

Junto con Global Citizen, la Comisión intensificaría la movilización de fondos “para permitir que el mundo supere esta pandemia y evite otra, con una movilización de ciudadanos a nivel mundial”, alertó la presidenta Ursula von der Leyen. Global Citizen lideraba la campaña, con la Comisión Europea como mecenas. “Bloomberg Philanthropies”, la Fundación Bill y Melinda Gates y “Wellcome Trust" aparecían como socios.

Con este festival se intentaba recaudar 8.000 millones de euros. Los destinatarios eran la Coalition for Epidemic Preparedness Innovation (CEPI), Gavi, Vaccine Alliance, Therapeutics Accelerator,, UNITAID, Foundation for Innovative New Diagnostics (FIND), Global Fund y la organización Mundial e la Salud (OMS).

Y esto fue lo que pasó. Todos los ciudadanos del mundo tendrían acceso al test, la vacuna y el tratamiento a través de estas sociedades. ¿Todos? No. Una recóndita aldea gala resistió al paso del virus y se resistió a pasar por el chip subsiguiente tras desarrollar su propia pócima que les hizo invulnerables en la segunda fase de la pandemia. Fue en el invierno de 2021, cuando nací. Cuando nació David. Por cierto, sigo sin poder contactar con él… Debe ser cosa del chip.

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