la roldana pide una revisión en clave de género

¿Y las mujeres? Una enmienda a la totalidad al currículo de Historia del Arte

26/05/2021 - 

VALÈNCIA. La historia, entendida como disciplina de conocimiento- es en realidad la manera en la que echamos un ojo a los espectros del pasado para configurar un saber que nos haga entender el presente y dibujar un futuro. Por eso, en un presente con busca ser mejor a ritmos frenéticos, la gestión de los currículos académicos se suelen quedar atrás. Se han quedado atrás. Ya no entendemos un solo rincón en el mundo -mucho menos del conocimiento- en el que se obvie la presencia de las mujeres. Pero hay una importante excepción que escapa de toda lógica: la educación.

Montse Amorós, historiadora del arte xativina, quiso corregir la ausencia crónica de las mujeres en los libros de texto de algunas asignaturas de Bachillerato y empezó a hacer divulgación a través de la cuenta de Instagram Donesartistes. Allí se encontró con Miriam Varela, que estaba haciendo el mismo trabajo a través de la cuenta La Artista Olvidada. Decidieron entonces unir fuerzas para crear algo más grande: La Roldana, una plataforma que busca impulsar el cambio en los currículos escolares para que las mujeres no estén desplazadas o directamente desaparecidas de estos. “Las artistas están o en un capítulo diferenciado o totalmente ausentes, pero ha habido mujeres influyentes en todas las etapas de la historia del arte y queremos que se vea reflejado así”, explica a este diario Isabel Ortega, una de las portavoces del movimiento.

Por lo pronto, han recogido más de 58.500 firmas para decirle al Ministerio de Educación que “las mujeres no somos una anécdota” y que corrijan las ausencias machistas en las asignaturas de Historia del Arte, Fundamentos del Arte e Historia. Una enmienda a la totalidad en clave de género que ha conseguido aglutinar a más de 140 personas implicadas (más de medio centenar de ellas trabajando en distintos grupos de trabajo). La enmienda en concreto, clara y concisa: “No basta con recuperar sus nombres y sacarlos a la luz. Debemos reflejar esos nombres en los contenidos que estudian los alumnos en colegios e institutos. Y pasar por fin de los anecdóticos monográficos de mujeres a una única Historia real e inclusiva en la que las mujeres son parte del discurso general”, dice la petición de Change.org.

El Ministerio de Educación se encuentra en la fase final de la preparación de la próxima Ley Orgánica 3/2020 (la mediáticamente conocida como Ley Celaá), y La Roldana busca poner este asunto encima de la mesa: “Es el momento idóneo para cambiar el currículo”, explica Ortega. Por eso, desde la misma plataforma están diseñando catálogos con los nombres de las artistas que faltan, una selección de imprescindibles, unas cuantas de tantas. Lo han hecho ya con Historia del Arte y Fundamentos de Arte 1 y están en proceso de hacer lo mismo con Fundamentos de Arte 2. Los catálogos son accesibles de manera gratuita a través de su página web, pero ahora quieren dar el paso de que se pase de ser un complemento a un contenido obligatorio y evaluable.

Se trata de una selección de 36 artistas fundamentales de la Historia del Arte que han sido seleccionadas teniendo en cuenta los currículos actuales, las horas de docencia y el resultado de una encuesta a más de 80 profesionales del arte y la educación para hacer la propuesta final. A partir de entonces, un equipo de redactoras, correctoras y diseñadoras han preparado el material didáctico que ahora ponen a disposición del Ministerio y la comunidad educativa.

“El hecho de que haya ausencia de mujeres en la historia hace que la juventud no tenga una realidad completa donde reflejarse, tanto para niños como para niñas es necesario saber que hay mujeres que han llegado a las mismas posiciones que los hombres. Desde la plataforma se quieren crear referentes femeninos, que todas sepan que el género no es un impedimento para poder llegar a donde quieran”, analizan en el manifiesto que lanzó la plataforma. “Estamos cansadas de musas, queremos genias, artistas en sus contextos. Queremos la historia del arte completa. Queremos a las artistas en el currículo educativo”, concluyen en el escrito.

Cuatro de las imprescindibles

Concretemos algunos ejemplos.

Sofonisba Anguissola es considerada la primera mujer que logró reconocimiento por su trabajo como pintora en toda Europa. Nacida en 1532, se suma al Renacimiento italiano y produce retratos de gran realismo, a los que sabe otorgar una gran carga psicológica. “Nunca pudo cobrar por sus obras, ya que trabajó en su juventud para la Corte y formó toda su vida parte de la nobleza, y el hecho de cobrar la equipararía a una mujer de clase baja, incluso a una prostituta. Sí recibirá a cambio de su trabajo regalos como telas, pequeñas joyas u otros objetos valiosos”, recogen en el catálogo de La Roldana.

Artemisia Gentileschi tal vez sea una de las mujeres más conocidas de la Historia del Arte, siendo su obra más conocida Judit decapitando a Holofernes. Aprendió pintura con un maestro privado, ya que las academia de bellas artes eran exclusivamente masculinas. Este le agredió sexualmente, y Gentileschi marchó a. Florencia siendo la primera mujer en ingresar en la Accademia del Disegno. “Se interesó principalmente por personajes femeninos de la Biblia, a los que dotó de una mayor personalidad, heroísmo y realismo que en representaciones previas de otros autores”. Es una auténtica maestra en las expresiones faciales, que lleva al extremo de sus posibilidades.

La obra de Luisa Roldán es de temática religiosa y responde al arte de la Contrarreforma promovido por el Concilio de Trento. La sevillana, nacida en 1652, aprendió en el taller familiar de su padre, Pedro Roldán, aunque fue ella la que acabó trabajando para Carlos II o Felipe V. Destacó en el terreno de la escultura. “Muchas de sus obras se han atribuido a su padre, su marido o escultores coetáneos. Recientes investigaciones y una revisión historiográfica han permitido actualizar las atribuciones de sus obras”.

Camille Claudel también es una de las grandes maestras de la Historia del Arte, a través de la renovación que propone ella en el siglo XIX de la escultura. Su biografía es todo un ejemplo del machismo de su época. Aprendió en el taller del mismo Rodin, y aunque fue cuando se desligó de él cuando realizó algunas de sus experimentaciones y rupturas más relevantes, mucha bibliografía le cuenta bajo la sombra de él. Sus últimos treinta años de vida los pasó encerrada en un sanatorio por una serie de crisis nerviosas contra su voluntad. En esta etapa no produce una sola obra.