CASTELLÓ. Acaba de ratificar su cargo como presidente del Col·legi de Treball Social de Castelló por la Asamblea General Extraordinaria celebrada de forma virtual este martes. Jaume Agost afronta su segundo mandato consecutivo. Graduado en Trabajo Social y Máster en Prevención y Tratamiento de las Conductas Adictivas, ha estado muy ligado al Colegio al que representa como miembro de la Junta, donde ha sido tesorero (1993-1997) y vocal (2006-2012). Tres ejes guiarán su gobierno: dar servicio al personal colegiado con más formación, participación en los grupos de trabajo y bolsa de empleo; la defensa de los derechos sociales y asegurar la interlocución con las administraciones locales y autonómicas.
-Cuatro años más por delante, y ya irán ocho consecutivos. ¿Qué espera de este mandato?
Seguir creciendo como colectivo y como organización y consolidar los logros de la anterior etapa, que no han sido pocos. Nos hemos hecho un hueco importante como interlocutores válidos ante la administración, no solo en la defensa de la profesión, sino también en la de los derechos sociales de las personas, grupos y comunidades. Esperamos poder aportar nuestro granito de arena desde el Trabajo Social para que esos derechos se amplíen y se respeten.
-Su candidatura ha sido la única presentada. ¿Ha echado de menos más competencia?
En los casi 40 años de historia del Colegio sólo en una ocasión hubo dos candidaturas. Creo que esto ocurre por ser un Colegio pequeño, aunque en crecimiento. Si seguimos sumando en número de colegiadas y en relevancia, es probable que dentro de cuatro años haya más de una candidatura y eso será muy positivo si hay un debate respetuoso y rico en contenido.
-¿Qué aprendizaje incorpora para esta segunda etapa?
Hemos aprendido a defender mejor los derechos sociales de toda la ciudadanía ante las distintas administraciones. También que el Colegio tiene que ser un ente muy dinámico, que dé servicio a sus colegiadas y colegiados. Nuestra obligación es dar respuesta a sus necesidades de formación.
-Le acompañará en la aventura un equipo renovado. ¿Qué diría de la nueva Junta?
Hemos conseguido reunir un equipo fantástico, con profesionales de gran nivel y altamente comprometidas, integrado por seis mujeres y tres hombres de diferentes áreas de intervención, lo que nos vendrá muy bien para poder defender el espacio del trabajo social en servicios sociales, sanidad, centros penitenciarios, justicia, educación, etc. Hemos renovado el 70% de la Junta y supone una inyección de energía muy importante. Estoy convencido de que el Trabajo Social seguirá fortaleciéndose en Castelló con este equipo.
La Junta anterior ha sido excelente, ha trabajado muchísimo y ha aportado conocimientos, criterio, diversidad y buen ambiente. Le estoy muy agradecido y me consta que las colegiadas también.
Los Servicios Sociales, aunque han reaccionado de manera ejemplar, son, todavía, un sistema infradotado
-Afronta el mandato en un contexto complicado. ¿Qué ha destapado la pandemia del Covid-19 en el plano social?
Que el nuestro es un colectivo muy comprometido socialmente y 100% vocacional y que los Servicios Sociales, aunque han reaccionado de manera ejemplar, son, todavía hoy, un sistema infradotado que merece las mejoras que llevamos reivindicando de manera histórica.
-Ha sido testigo, en su primer mandato, de uno de los hitos sociales de los últimos años: la aprobación de la Ley Valenciana de Servicios Sociales Inclusivos. Ahora acaba de salir a la luz el Ingreso Mínimo Vital (IMV). ¿Qué está cambiando a nivel social?
Se está ganando mucho en derechos sociales y esta es la única manera de llegar a ser lo que dice la Constitución: un estado social y democrático de derecho.
El IMV es la conquista social más importante desde la aprobación de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en situación de Dependencia. Con esta prestación de la Seguridad Social, los Servicios Sociales van a tener oportunidad de dedicarse más a lo que realmente es su objeto: la interacción entre el sujeto y su entorno social, acompañar a las personas, familias o comunidades en procesos de cambio que redunden en un mayor bienestar social, la atención a la dependencia, la protección de menores, la promoción de las comunidades…
-Retos pendientes…
Nos queda muchísimo por hacer. Para empezar, hay que formar y activar el grupo de emergencias de trabajo social, para ponernos a disposición del 112 y que cuenten con nosotros en las futuras situaciones de emergencia (incendios, inundaciones, accidentes, catástrofes…) en las que el Trabajo Social va a ser una pieza clave en la ayuda a las víctimas.
La nueva Ley Rhodes de Protección a la Infancia abre la puerta para que las y los profesionales del trabajo social educativo puedan intervenir en mejores condiciones que hasta ahora, como coordinadores de bienestar y protección. En Servicios Sociales hay que desarrollar todo el marco legislativo a partir de la nueva ley de 2019, y queremos participar en ese proceso para por fin tener un sistema propio del siglo XXI. Además hay que sentarse a hablar con los sindicatos para conseguir mejores convenios laborales en servicios sociales. En sanidad tenemos que presionar para que haya trabajadores y trabajadoras sociales en todos los equipos: desde centros de salud a planificación familiar, salud mental, unidades de conductas adictivas…, y reforzar las plantillas en los hospitales de la provincia. También necesitamos que se cree la figura de coordinador/a de trabajo social en cada departamento de salud y en la misma Conselleria de Sanitat.
Hace tiempo que estamos luchando tanto desde Castelló como desde todos los colegios y el Consejo General por reconocer legalmente el trabajo social sanitario como profesión sanitaria.
-¿Qué le quita el sueño?
Formar el grupo de emergencias cuanto antes.
-¿Cuál es el papel del trabajo social en el Castelló vacío?
El interior de la provincia es de una riqueza natural y cultural increíble. El Trabajo Social, desde los servicios sociales, centros de salud o recursos comunitarios, va a ayudar a fortalecer estas comunidades para que las personas que viven en estas comarcas tengan los mismos derechos y tengan acceso a los mismos recursos que los habitantes de las ciudades. Este es el camino para que el interior comience a repoblarse y fortalecerse social y humanamente
