CASTELLÓ. Avanza el concurso de acreedores de castellonense Airnatech Antiviral, la compañía castellonense que nació hace más de tres años para abastecer el mercado de mascarillas ante la irrupción de la pandemia de coronavirus. La firma se acerca así pues a su liquidación después de que el administrador concursal remitiera al juzgado que tutela el proceso el informe preceptivo sobre el estado de la firma. Hay una quincena de demandantes en el concurso.
Así figura en uno de los últimos edictos judiciales del proceso, emitido por el juzgado el pasado 23 de enero, donde confirma la presentación del informe por parte del administrador y abre el plazo -ya concluído- para que se presentaran posibles impugnaciones al inventario y la lista de acreedores, entre los que se encuentran fundamentalmente entidades financieras y cajas, tal como figura en el listado de demandantes del procedimiento.
Así, bancos como el Banco Sabadell, Caixabank, Deutsche Bank, Abanca Corporación Bancaria o el BBVA se encuentran entre la quincena de corporaciones y organismos demandantes, donde también se encuentra la Agencia Tributaria, el Fogasa, la Agencia Tributaria Valenciana, el Institut Valencià de Finances o la Sociedad de Garantía Recíproca de la Comunidad Valenciana. También el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Cajamar Caja Rural o Caja Rural San José de Alcora.
El pasado 30 de octubre, el juzgado de lo mercantil número 1 de Castellón dio luz verde al concurso de acreedores voluntario, solicitado por la firma castellonense para hacer frente a sus deudas acumuladas pese a sus intentos de reinventarse tras la remisión de la crisis sanitaria. A la postre, la castellonense fue uno de los ejemplos de relocalización y reindustrialización en sectores estratégicos como el sanitario y puso en marcha una de las principales factorías de mascarillas en España y también en Europa
Así, fabricó desde Castelló un tipo de mascarillas que no existían en el mercado: una FFP2 con una eficacia bacteriana del 99,9% pero que mejoraba la respirabilidad en un 70% y ofrecía más comodidad. En poco tiempo, se convirtió en líder continental en este segmento y llegó a producir 30 millones de unidades al mes, exportando a más de una quincena de países y aglutinando a cerca de 400 empleados en los picos más altos de actividad.
En 2021, la firma llegó a facturar 8,5 millones de euros, casi tres veces más que el año de la pandemia, y ganó 1,2 millones de euros. Sin embargo, la propia evolución a la baja de la pandemia, la vuelta a la normalidad, primero intermitente, y luego definitiva, y la eliminación final de la obligatoriedad de las mascarillas supuso un punto de inflexión para la firma, que tenía en las mascarillas su razón de ser. Fue aquí cuando Airnatech tuvo que buscar otras vías de negocio, como la fabricación de complementos vitamínicos.
Sin embargo, este camino hacia la innovación no resultó suficiente para garantizar la continuidad de la firma, que entre otras cosas se ha visto ante la dificultad de volver a competir con productores extranjeros como los asiáticos, con costes mucho menores. En el último año, las ventas se centraban en otros países europeos ante el desplome de los pedidos en el mercado nacional.