Fotos: ITT
MURCIA.
Le faltó continuidad, además de consistencia en los momentos clave, y eso le costó la derrota en la final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Carlos Alcaraz Garfia cedió en dos sets resueltos en sendos tie break ante el serbio Novak Djokovic y se consoló con la medalla de plata al perder por 6-7 (3) y 6-7 (2) en 2 horas y 50 minutos. El murciano, que aspiraba a ser el tenista más joven en ganar un oro olímpico -lo hubiera sido con 21 años y 91 días-, se quedó con las ganas y y fue decisivo que no aprovechara ninguna de las ocho bolas de break que tuvo en la primera manga, cinco de ellas en un mismo juego.
El séptimo duelo de competición entre ambos llegaba con un 3-3 en ese cara a cara -ahora domina Novak por 4-3- y se daba por cuarta vez en una final estando reciente el triunfo de Carlos en la final de Wimbledon el pasado 14 de julio (6-2, 6-2 y 7-6 (4)).
El envite entre el número 2 y el 3 del mundo, ambos por detrás del italiano Jannik Sinner, comenzó en la pista Philippe Chatrier, la central del estadio Roland Garros, con tres errores seguidos de Alcaraz, lo que facilitó a Djokovic anotarse ese juego inicial sobre la tierra batida parisina. El español, quien se afeitó para la ocasión, quería un ritmo de juego alto, todo lo contrario que su rival, que amenazó al resto con su primera bola de break, la cual salvó Carlos para nivelar la contienda. Respondió bien ante la presión.
CA fue a continuación el que dispuso de un 0-30 pero varios errores propios le privaron de conseguir la primera ruptura del encuentro. Esta bien pudo llegar también a favor del balcánico, que tuvo un 0-40. Otra vez reaccionó un exigido Alcaraz, al que está claro que le van los retos. Un ace a 207 kilómetros por hora le ayudó a salir del apuro (2-2).
La batalla estaba servida, con españoles y serbios animando a su jugador de forma apasionada desde las gradas de un recinto absolutamente lleno con 15.000 espectadores. Ese golpe de efecto que buscaban ambos lo pudo dar Carlos pero desperdició tres bolas de quiebre.
El choque siguió transcurriendo ahora con los sacadores llevándose sus servicios con más autoridad y se sucedieron las igualadas hasta el 4-4, que llegó con Alcaraz dejando en blanco a su oponente. Eso le impulsó y en el siguiente turno de resto volvió a tenerlo en su mano con hasta cinco opciones de break. Dejó pasar una tras otra, lo cual le podía inundar de dudas.
Alcaraz, quien vio en la grada a su entrenador, Juan Carlos Ferrero -no se lo quiso perder en unos Juegos en los que el técnico para todos los integrantes de la delegación española es David Ferrer-, sacaba para evitar que Djokovic se llevara el set. Lo hizo bien para establecer el 5-5 ante un rival presionante.
El de Belgrado, subiendo a la red de forma recurrente, siguió llevando la iniciativa en el marcador y se aseguró el tie break. Lo hubo porque Carlos, aunque sin la continuidad que sí tuvo en partidos precedentes, resistió. Se vio 30-40 abajo pero tres puntos seguidos del murciano llevaron al desempate, lo lógico teniendo en cuenta que el español salvó cuatro bolas de ruptura y el serbio ocho en este set.
La muerte súbita arrancó 0-1 y prosiguió con un 2-1 y luego con un 2-3 . Las alternativas se sucedían siendo sacar sinónimo de ganar el punto hasta que Nole rompió con esa dinámica y pareció poner la directa (3-6). Dos tiros largos del murciano le dejaron tocado y Djokovic logró su primer objetivo con el 3-7 tras nada menos que 1 hora y 34 minutos de intensísima pelea tenística. El 53-54 para ND del puntaje global lo mostró.
A Alcaraz, quien perdía su primer set en el torneo -su rival en la final no ha cedido ninguno-, le tocaba remontar, algo que no se le da mal, pero la tarea era harto difícil. Lo empezó bien (40-0) y, aunque se lio un poco, hizo subir al tanteador el 1-0.
Las sensaciones no eran las mejores para el de El Palmar, al que las cruzadas se le iban fuera y Djokovic puso el 1-1 en blanco y luego tuvo un 30-40 al resto. Lo salvó el palmareño y gritó con fuerza para que lo escuchara París entero y por supuesto Djokovic: "¡Vamoooos!".
El balcánico, muy serio y ordenado en su tenis, sumó su segundo saque consecutivo sin conceder nada al contrario (2-2) y acto seguido se puso 15-30. CA, pese a faltarle esa finura mantenida que le suele acompañar, continuó sumando (3-2).
Continuó la contienda sin bolas de break y llegaron otras igualadas a 3 y a 4. Alcaraz siguió mandando en este parcial y logró el 5-4 con grandes dosis de épica ante un Djokovic que pasó a jugar sin gorra. Carlitos se echó el dedo a la oreja pidiendo rugir a sus hinchas. Y rugieron, como lo hicieron los desplazados desde Serbia con el 5-5 de su jugador.
La tensión iba en aumento porque el margen para el español era cada vez menor. Supo manejar la situación y fue él ahora el que se aseguró el tie break y además en blanco. Otro desempate que llegaría con el de Belgrado llevándose su servicio igualmente sin ninguna concesión.
Novak Djokovic aguardó su momento y, jugando a gran nivel, cobró ventaja con el 0-2. Carlos Alcaraz buscó reaccionar e igualó a 2. El serbio, no obstante, seguía enchufadísimo y, con cinco puntos seguidos, puso el 2-7 definitivo ante un adversario errático. Un derechazo ganador lo cerró después de 1 hora y 16 minutos de un encuentro en el que hizo 100 puntos por los 90 del subcampeón.
Concluyó un torneo en el que el 24 veces ganador de torneos de Grand Slam inscribió a sus 37 años su nombre como campeón olímpico -sólo tenía una presea, el bronce de Pekín 2008-. Quien también aspiraba a serlo tendrá más ocasiones para hacerlo después de una competición en la que, pese a no dar su mejor versión en la finalísima, peleó como siempre y sólo cedió en los dos desempates. Lloró tras la derrota pero a buen seguro que tendrá muchas más ocasiones para sonreír. Los siguientes Juegos serán los de Los Ángeles 2028. Entonces tendrá 25 años.
Con la medalla de plata colgada del cuello y algo decepcionado por el hecho de que no fuera la de oro, el tenista de El Palmar no ocultó su desilusión pero al mismo tiempo le dio valor a lo hecho.
"Estoy un poco triste porque tenía muchas ganas de llevar la medalla de oro a España y de obtener algo que es de lo más grande que se puede conseguir. En todo caso, me voy con la cabeza alta porque lo di todo y me dejé el alma por el país", declaró.
"Una medalla de plata no se gana todos los días y tengo que disfrutar y aprender", comentó a continuación.
"Durante estos próximos cuatro años trabajaré esperando dar todo lo mejor de mí en Los Ángeles 2028. Sé que llegará mi momento y haré que España y mi gente sientan orgullo por ese oro que acabará llegando", añadió con su habitual seguridad.