ALICANTE. La startup alicantina All in Biking, fundada por José Julio Becerril y Juan Antonio Cano para aplicar el blockchain al mundo del ciclismo amateur, sigue atrayendo el interés de los inversores. Tras levantar 1,2 millones en la ronda de financiación abierta a través de la plataforma especializada Fellow Funders (el objetivo era 1 millón y se consiguió en apenas tres días), All in Biking ha cedido ampliar el plazo de dicha ronda, que finalizaba este viernes, ante el interés de nuevos inversores que no llegaban a tiempo en agosto.
En estos momentos, el proyecto de All in Biking, que a los 300.000 euros iniciales aportados por sus fundadores ya sumó otros 600.000 en una primera ronda hace un año y medio, ha captado 1,21 millones de euros (el ticket mínimo es de 585 euros (lo que da derecho a adquirir cinco participaciones en el capital), lo que supone un 14% más que el objetivo marcado. No obstante, Fellow Funders anunció este jueves que "ante la petición de inversores interesados en la ronda y debido a las fechas vacacionales, se decide prorrogar la ronda como máximo hasta el 15 de septiembre".
La startup alicantina podría llegar a captar hasta 2 millones de euros a través de esta plataforma, lo que dejaría el porcentaje de equity (la parte de la empresa en manos de sus fundadores) en un 20%, según el proyecto, que ofrece un dividendo de un 10%. De captar dicha cantidad, All in Biking prevé destinar casi la mitad, unos 900.000 euros, a marketing. Consolidar el producto en el mercado es la apuesta irrenunciable de Becerril y Cano, tras haber alcanzado ya los 45.000 usuarios activos de su app. El resto iría a Personal (700.000 euros), estructura (160.000) y desarrollo (240.000).
Definida por sus propios fundadores como una 'comunidad ciclista', la app ideada por Becerril es en realidad revolucionaria no por poner en contacto a aficionados de la bicicleta, sino por emplear blockchain para establecer la trazabilidad de los vehículos y que sea más difícil robar una bici. O, al menos, que sea posible recuperarla si eso sucede, cosa que en la actualidad es una utopía. "Estando de vacaciones en un camping, en 2020, me volvieron a robar la bici, porque no era la primera vez, y la de mi hijo", recuerda Becerril. "Esta vez decidí denunciar, pero sabía que por una pura cuestión tecnológica la policía iba a ser incapaz de encontrar mi bicicleta".
El fundador de la startup se lanzó a hacer un estudio de mercado y constató que en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa tenían el mismo problema: se puede encontrar un coche robado, pero es imposible saber dónde ha terminado una bici robada, ni detectar cuándo una lo es. Becerril estaba terminando una certificación en el MIT sobre la aplicación del blockchain a la trazabilidad industrial, y decidió llevarlo a su terreno. All in Biking genera un título único de propiedad sobre la bicicleta, quedando marcada de por vida para que cualquier usuario pueda identificarla de forma sencilla en cualquier parte del mundo, en caso de robo o pérdida.
A partir de esta idea inicial, la app alicantina ha terminado convertida en una auténtica red social con "un ritmo de crecimiento muy potente". La empresa tiene seis verticales de negocio: la propia red, la publicidad personalizada que pueden contratar empresas del sector, el marketplace, la gestión de talleres, la herramienta para las administraciones públicas, y la organización de pruebas deportivas. El ciclismo mueve más de 3.000 millones anuales solo en España con más de 7 millones de ciclistas heavy users, o sea, que salen como mínimo una vez a la semana, con lo que sus impulsores esperan multiplicar por cuatro el valor de la empresa a corto plazo.
