"Desde el minuto uno trabajaré por la comarcalización del juzgado de violencia de género Vila-real y Nules, algo que está ya muy avanzado y lo tenemos a la vuelta de la esquina"
CASTELLÓN. El acuerdo alcanzado entre populares, socialistas, con el beneplácito de Podemos, llevará al hasta ahora senador del PP por Castellón, Manuel Altava, a ocupar una plaza en el nuevo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Será el primer castellonense que lo logre y será, en este mandato de cinco años, el único representante de la Comunitat Valenciana en el órgano de gobierno de los jueces. Atrás quedan cuatro lustros en la carrera judicial y dos legislaturas en el Senado, donde ha sido presidente de la comisión de Justicia y desde donde ha auspiciado cambios dirigidos a la implantación de la custodia compartida, entre otras iniciativas de calado social.
De cumplirse las previsiones, el día 7 de diciembre comparecerá ante el Rey para jurar o prometer su cargo y tras la celebración de la correspondiente sesión en la Cámara Alta -el 27 o 28 de noviembre- en la que se debatirán estas propuestas al CGPJ.
Dice sentirse muy arropado por mucha gente, de izquierda, de derecha, por su familia, y amigos, porque "lo importante en la vida son las personas y poder elegir siempre, sin renunciar a la libertad y a ser dignos de ella, que es lo mejor que tenemos", explica. Su reto más próximo: ayudar a la comarcalización del juzgado de violencia de género en Vila-real y Nules, algo muy demandado por todo el ámbito de la justicia castellonense. Y en cuanto a ser la única voz valenciana en el Consejo, "sin duda pelearemos por esta tierra y seré su mejor aliado en Madrid, independientemente de las ideologías, porque mejorar la Justicia es algo que nos atañe a todos, y digo bien, a todos".
-¿No se siente mercancía un juez como usted, en medio de una negociación política que tiene como finalidad ocupar un puesto en el Consejo del Poder Judicial?
-No. Y le explico. Eso sigue siendo así desde siempre, desde 1985. Cuando Felipe González llegó en 1982, él decidió modificar la Ley Orgánica del Poder Judicial y se eligió este método por el que la mayoría de los tres quintos de Congreso y Senado tenía que elegir a estos ocho miembros del órgano judicial. No me siento mercancía porque siempre se ha hecho así, pero creo que tiene que ser así. Incluso si fuera a través de las asociaciones judiciales, cada una de ellas tiene sus diferentes sensibilidades, como la tienen los partidos y estaríamos en lo mismo.
Qué pasaría con los no adscritos. Ahora tienen la posibilidad de presentar candidato y les basta con presentar 25 avales de compañeros, que es lo que se estableció en la etapa de Alberto Ruiz gallardón, una reforma acertada, por cierto en ese sentido. Porque creo que los no adscritos también deben tener su espacio.
-Usted conoce bien cómo se resuelve este asunto de la elección en otros países. ¿España es diferente?
-Unos lo tienen como nosotros y otros no. La fórmula que se emplea en España es la más eficaz para el funcionamiento del sistema judicial, como así se constata en el contexto internacional. Le aseguro que aquí los jueces son muy independientes, están muy preparados y son muy competentes. En todos los órganos.
Que el órgano de gobierno sea asignado, tutelado o acordado por los políticos, entra dentro del sistema democrático de controles entre los poderes. El legislativo controla al Ejecutivo, el judicial controla al legislativo y ejecutivo.. y así sucesivamente. No es mala esta fórmula.
Lo que sí le puedo decir es que soy consciente de dónde vengo pero no estaré al dictado de nadie. No debe caber duda de mi imparcialidad como juez y de mi deseo de buscar la mejor justicia para todos
-¿Cómo hace y piensa una persona que se acuesta como político por la noche y por la mañana se levanta juez?
-Permítame que le dé la vuelta a la pregunta. Voy a empezar por el principio. Yo estaba de juez y, como tal, me situaba, en una situación equidistante entre la acusación y la defensa, entre el demandante y el demandado. Todo giraba en conciencia y libérrimamente, con base a la prueba decides en conciencia y absoluta libertad. Entonces paso de esta situación a una esfera política y a ser fiscal. Era pasar a decir y pensar que Rajoy lo hacía todo bien y Zapatero lo hacía todo mal. Y eso me costaba al principio y, sobre todo en los mítines, donde tenía que arengar a las masas en uno u otro sentido. No hace falta decir, como muchos me lo recuerdan, que era evidente que no era político, porque hasta entonces yo me movía en otro ámbito. Se me notaba, y era lógico.
Pasé de juez a fiscal y ahora hago el camino contrario, pero no paso como juez en el estricto sentido de la palabra, el de dictar sentencias, sino a la gestión judicial, a la organización, la comisión permanente, a las cuestiones disciplinarias, la formación, contactar con el resto de compañeros. Sigo en el ámbito institucional. No paso a ser juez como tal.
-¿No tiene vértigo a esta nueva responsabilidad?
-No. Siempre me he sentido libre. No soy una persona que se amilane ante las presiones y me encanta la responsabilidad, un ejercicio muy sano que llevo a rajatabla. Es verdad que mi carácter cercano y extrovertido ha hecho que, entre mis amigos y conocidos haya gente de muy diversa ideología, de derechas, de izquierdas, porque yo no hago distinción en este sentido. Me importan las personas y sus comportamientos, más que sus ideales, aunque sienta por éstos un profundo respeto.
Y es verdad, además de miembros del PP, me han felicitado mucha gente de izquierdas, gente de base, pero también altos cargos de otros partidos muy distintos del que vengo.
-Usted es el único valenciano que se sentará en el nuevo Consejo y el primer castellonense que alcanzar este puesto. ¿Qué puede hacer por esta Comunitat?
-Debo decir que tengo una muy cordial relación con la actual consellera de Justicia, Gabriela Bravo, y así ha sido desde que ella estaba en el CGPJ y yo estaba de senador. Tanto ella como yo estamos por trabajar para hacer una mejor justicia para todos. Sin duda, los valencianos tendrán en mí el mejor aliado en el Consejo General del Poder Judicial, no faltaría más. Vamos a pelear por mejorar la justicia y eso debe estar por encima de los partidos políticos, porque a todos nos atañe este objetivo. Si hace falta jueces y funcionarios, pues habrá que trabajar para atajar este asunto.
-Y desde la óptica de un castellonense...
-Ya anuncio que desde el minuto uno vamos a trabajar por la comarcalización del juzgado de violencia contra la mujer de Vila-real y Nules. Que sea comarcal, que es lo que quieren los jueces, los fiscales, la Audiencia Provincial. En eso me voy a poner las pilas y lo vamos a lograr más pronto que tarde. Me voy a poner a muerte y ya puedo anunciar que está muy avanzado y en muy poco tiempo lo vamos a lograr.
-¿Ha sido la justicia la hermana pobre de las inversiones en estos 40 años de democracia?
-En este tiempo no se ha invertido todo lo que se debiera en la justicia y, a veces, se ha invertido mal. Hoy uno de los grandes problemas es que hay ocho sistemas procesales de gestión distintos, más uno que es de fiscalía y eso hay que solucionar ya. No tiene sentido que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no estén plenamente conectados o que un juzgado no pueda saber si una persona está requisitoriada en otra parte del Estado. Hemos sabido de casos sangrantes que no deben pasar más.
No se ha resuelto y creo que hay que resolver sin menoscabar las competencias de las comunidades que ya disponen de esta autonomía. Habría que ceder solo algo en esta parte de la gestión procesal o trabajar para tener un sistema compatible. Ese avance beneficiaría a todos.
Por otro lado, hay que dar respuesta a una cuestión fundamental, que todos estos datos del sistema está en una nube, pero ¿quién tiene estos datos?, porque detrás hay empresas privadas que son las que han diseñado todo esto. Pues como es lógico, la Administración compra o alquila estos servicios a empresas privadas que son dueñas de este big data. ¿Dónde están estos datos? Son del Estado. Pero el Estado ha tenido que ceder parte de esta autonomía. Hay a mucha gente que le preocupa y eso hay que resolver para dar las mayores garantías a los ciudadanos. El Estado debe ser el último en todo este proceso de gestión.
- Reitero la pregunta, ¿pero no hay un sistema mejor para acceder a una vocalía en el máximo órgano de gobierno de los jueces?
-Las leyes están para cambiarse y si hay un sistema mejor, pues se cambia la norma y punto. Los que administran la justicia lo hacen de la mejor manera posible y con todas las garantías, se lo aseguro. Pero quiero dejar claro que la justicia en España no está politizada.