CASTELLÓ. En L'Adam es marturbava al paradís, la nueva exposición fotográfica que ocupa el espacio Cúmul, Álvaro Romero ha tejido su propia idea de paraíso. Un paraíso más plural e integrador que puede encontrarse, como él mismo afirma, en "momentos super cotidianos" del día a día, pero para los que hace falta detenerse un momento y buscar.
La forma en la que tradicionalmente se ha representado el jardín, el paraíso o el deseo -desde una visión claramente heteronormativa- no encaja con el de las personas, como él, disidentes. "Lo de Adán es una metáfora, una provocación, un desplazamiento del significado. Nadie le imagina haciendo eso, por supuesto. Es una excusa para construir otros mundos, otras miradas. Quería mostrar que el paraíso en la Tierra existe para todos. Y, a pesar de que el presente ahoga a muchas personas -sobre todo disidentes-, hay resquicios de un futuro mejor. Muy cerquita. Esa utopía es posible si sabes dónde buscar. En este sentido, las imágenes nos pueden ayudar, porque hacen una labor increíble".
Cuando Álvaro Romero tomó estas fotografías, hace dos años, no había en ellas ninguna pretensión inicial. Cuenta el artista de Tarragona que en su tiempo libre suele registrar momentos del día a día y, por eso, acumula tantas imágenes que ilustran varias escenas de su vida. Playas, bosques, plantas, camas, habitaciones, mesas, ventanas.... todo queda registrado a su paso. Fue, en cambio, un tiempo después, al reencontrarse con ellas cuando se dio cuenta de que escondían un modo de ser desde la disidencia sexual y de género que se escapa de la realidad más objetiva.
"A priori no parecen hacer alusión directa a mi identidad de género y mucho menos parecen reflejar un modo de ser disidente. Sin embargo, creo que una interpretación de lo queer aparece aquí de forma mínima", reflexiona Romero, que añade: "a través de pequeños guiños a una vida aparentemente ordinaria, asistimos a la negociación entre una vida hegemónica o, mejor dicho, heteronormativa, y la imperante necesidad de provocar una salida de nuestro abrumador presente. En esa encrucijada es donde encontramos elementos efímeros de una posible utopía, que nacen de la necesidad de encontrar momentos fuera de la heteronorma y de desviarse de los caminos y las rutas que culturalmente nos vienen predestinadas".
L'Adam es marturbava al paradís refleja dos conceptos claros y que entran, a su vez, en conflicto: la naturaleza y el hogar. Si bien ambos se presentan como una vía de escape, un lugar donde vivir desde el anonimato y el ámbito privado, también se convierten en un lugar problemático. "En muchas ocasiones se ha asociado las identidades disidentes como algo antinatural. Esto me lleva a pensar en cómo la idea de lo natural, al igual que la idea de jardín, está super construida y blanqueada", afirma Romero.
El artista toma por caso tres imágenes que pueden verse en Castelló. En la primera aparecen unos barcos en el horizonte de un pequeño mar mientras el cielo se abre en toda su inmensidad; en la segunda aparece un ordenador tirado sobre una cama deshecha y dos personas apunto de besarse en la pantalla; en la tercera, una ventana abierta da paso a un exterior iluminado. Todas ellas representan ventanas para el artista, pero además el creador ve la naturaleza como un espacio de liberación y en la tecnología e Internet encuentra "virtuosidad". Sin embargo, éste se pregunta: "Entre la máxima intimidad de las escenas del hogar y las imágenes de una naturaleza bucólica, ¿qué es lo que debemos preservar las personas disidentes? ¿Dónde situamos la experiencia del vivir y en qué lugar proyectamos el deseo? ¿Qué tipo de ventanas queremos abrir?".
En conclusión, Álvaro Romero pone 'en jaque' la visión doméstica de la naturaleza y utiliza la metáfora del jardín para provocar la creación de multiplicidad de escenarios que pueden llenarse de otros mundos y miradas. En su caso, su universo creativo está altamente influenciado, por ejemplo, por el cineasta y activista LGTBI Derek Jarman. Precisamente en Naturaleza moderna, Jarman se pregunta qué relación puede establecer con la naturaleza una subjetividad marcada, desde la cultura, por el sesgo de lo 'antinatural'.
Así mismo, el artista catalán también ha tenido en cuenta a la hora de crear esta muestra el propio espacio expositivo. "La posibilidad de desarrollar mi proyecto en un cubo en blanco me hizo pensar que podía aprovechar las estrategias del formato y profundizar conceptualmente en lo que es la construcción de los espacios". De ahí la inclusión en el interior de Cúmul de un gran panel de madera, a modo de falsa pared; una imagen en gran formato simulando un telón, el cual recuerda a los visitantes que son espectadores de este paraíso; y la misma caja donde se han transportado los propios elementos de la muestra. "Son elementos que no suelen estar expuestos en un museo, aunque forman parte de ellos. Esto me ayuda a incidir en el planteamiento de las obras", concluye Rompero.
Hasta el 3 de noviembre puede encontrarse en Cúmul su trabajo. Una obra con la que además el espacio- ubicado en el barrio Crèmor- ha inaugurado una nueva temporada. En este sentido, cabe recordar que Cúmul es una asociación de arte contemporáneo que funciona a través de la autogestión, por lo que se mantiene activa gracias a lo recaudado en las actividades que celebra, así como a través de las cuotas mensuales que aportan sus socios y personas que ocasionalmente desean colaborar.
No obstante, antes de iniciar la presente temporada, Cúmul explicó que el número de socios ha bajado, por lo que mantener el espacio se ha vuelto más complicado. Es por este motivo que la asociación decidió lanzar a finales de septiembre una nueva cuota mensual para colaboradores, que da derecho a quienes ayuden a participar en el espacio tanto en las reuniones como en la propuesta de ideas. "Cúmul es uno de los pocos espacios de Castelló que se dedica a la cultura de manera independiente, por eso consideramos importante mantenerlo", señalan sus miembros, quienes dejan la puerta abierta a quien quiera involucrarse en el proyecto.
En cualquier caso, el centro continúa generando programación cultural a su alrededor. Además de la exposición de Álvaro Romero, el próximo 9 de noviembre acogerá la presentación del libro El diablo vino a mí: género, drogas y rock and roll, de Monty Peiró. Un acto enmarcado en la décima edición del Tremenda Fest (que se celebrará el 9 y 30 de noviembre) y que contará con la participación de la propia escritora, además de las cantantes Sophia Bodí y Aroa Morillo, en una mesa redonda moderada por Babi Rodríguez. Posteriormente, la misma Bodí protagonizará un concierto en Cúmul.
