La lactancia materna es una de las herramientas de salud más potentes para proteger a toda una comunidad; protege a bebés y a sus madres. La lactancia materna fortalece y es la herramienta de prevención contra el hambre más efectiva. La lactancia es uno de esos privilegios que no gozamos todas las mujeres por igual. Esta semana se celebra la Semana Mundial de Lactancia Materna.
Poder elegir dar de mamar o no es un privilegio que disfrutamos algunas mujeres hoy en día. Todo un camino que viene de atrás y que cuenta con profesionales tanto mujeres como hombres que han luchado para que hoy día podamos gozar del mismo con un amparo legal existente ya en algunos países.
Existen diferentes entidades y organizaciones que luchan y asesoran por una lactancia digna y de calidad en nuestro entorno más cercano como Amamanta https://amamanta.es , por ejemplo , que nació en el año 2000 como grupo de apoyo a la lactancia materna en un Centro de Salud, en Vilamarxant ,València, de la mano de su matrona Rosario Rozada y con 6 madres que estaban criando a sus bebés. Un trabajo maravilloso que ha cambiado la mirada y la vida de muchas mujeres.
Amamanta ha puesto su granito de arena en conseguir una realidad sobre la lactancia materna respetada y protegida que gozamos algunas mujeres y que todavía no se extienda a todas por igual.
Por ello hoy ponemos el foco en la realidad internacional . Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra desde el 1 al 8 de agosto, desde Acción contra el Hambre quieren dejar constancia que este derecho todavía no es universal en la realidad. Las dificultades para dar el pecho son muchas y variadas según el contexto.
No puedo evitar comprar la lactancia que acabo de vivir yo, y no ponerme en la piel de esas mujeres que se enfrentan a dificultades para encontrar el lugar y el tiempo para amamantar.La lactancia es un reto en muchas ocasiones para las mujeres .
A veces la lactancia materna es un paseo en barca que cumple todas las expectativas previstas y dictadas en los manuales; y otras veces, la lactancia genera situaciones complicadas tanto en temas de salud como por el contexto que vivimos.
Si ya es complicado amamantar en sociedades desarrollados y confortables donde la lactancia esta protegida, remunerada y sostenida …. me cuesta imaginar amamantar en países donde la inseguridad, conflictos, cuestiones culturales y situaciones que incrementan la vulnerabilidad de la mujer está a la orden del día.
En estos contextos más lejanos la entidad Acción contra el Hambre https://www.accioncontraelhambre.org/es construye espacios seguros, Baby Tends, en los que las mujeres pueden dar pecho a sus bebés en cualquier momento, acompañadas por expertas que les ofrecen apoyo sanitario y psicológico porque amamantar tiene mucha parte de psicología, tranquilidad, sostén emocional, paz y amor. Esta imagen y contexto ideal, deseado y soñado a veces choca con la realidad en países en conflicto como pueda ser Ucrania o Afganistán en estos momentos.
Es el caso por ejemplo de Nadia que cuida a su hijo menor, de sólo 2 meses, en su casa en la provincia de Daikondi, en el centro de Afganistán. Su embarazo, como el de la mayoría de las mujeres de la zona, fue una gran fuente de preocupación porque la única clínica sanitaria disponible está muy lejos de su casa, y es de muy difícil acceso. Además, a menudo está desabastecida de medicamentos. Durante el embarazo, tanto ella como su hijo estuvieron muy débiles, pues la familia no contaba con suficiente comida para cubrir sus necesidades nutricionales; tan solo algo de arroz, trigo y harina.
Por ello la formación y el apoyo profesional a mujeres en situación de vulnerabilidad es vital e imprescindible tanto por la mujer como por su bebés. Recordamos que la lactancia materna es la herramienta de prevención contra el hambre más efectiva.
La formación en lactancia desmiente prejuicios, como el de que solo se puede amamantar con un pecho, y acaba con prácticas perjudiciales para la salud y nutrición de los bebés y las madres. En definitiva, salva vidas. Por ello Acción contra El Hambre cuenta con programas de formación a personal local en asesoramiento de lactancia y como promotoras de salud voluntarias.
En Kenia, por ejemplo, el proyecto de Acción contra el Hambre impacta de manera directa y positiva en casos como Agnes Lomukereng. Ella tiene 20 años y recibe formación sobre la importancia de la lactancia materna, así como a alimentarse ella de la forma más adecuada, con pautas específicas para los meses en los que continúe amamantando a su hijo Filex, de 9 meses.
Filex es su segundo hijo y Agnes ha notado diferencias significativas en la salud y resistencia de su hijo, que enferma mucho menos que su primogénito, gracias a las visitas de Irene, una de las promotoras de salud que la organización ha formado en Kenia.Hasta hace poco, las mujeres de este pueblo, en el oeste de Kenia, interrumpían la lactancia a los 3 meses y comenzaban a alimentar a sus bebés con leche de vaca o de cabra. Ahora, el impacto de la educación sanitaria es tangible en todos sus hijos e hijas.
Todas estas realidades en principio nos resultan lejanas porque vivimos en un sistema que protege la lactancia materna aunque sigue con grandes carencias.
Normalmente según las estadísticas, una vez la mujer vuelve a su vida laboral termina dejando la lactancia materna por incompatibilidad con el trabajo y el estrés que eso genera. Y es que la flexibilidad laboral y conciliadora en este país que deja mucho que desear. Un tema que abordaremos en otra ocasión.
En nuestro país aún quedan asignaturas pendientes como, por ejemplo, extender los permisos de maternidad al menos hasta los 6 meses de vida de los bebés que es el tiempo mínimo que recomienda la OMS para la lactancia materna exclusiva.
Todas estas experiencias vienen avaladas por datos de la OMS que hablan por si solos. Las posibilidades de fallecimiento en los primeros cinco años de vida de un niño o una niña se deducen entre un 12 % y un 20 % si ha sido amamantado o amantada por su madre.
Aunque la lactancia materna exclusiva se ha incrementado en todo el mundo en los últimos años, con el 44 % de los bebés de menos de seis meses alimentados de esta forma en 2019, esta cifra aún está por debajo del objetivo del 50 % para 2030, según el último informe ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’, elaborado por Naciones Unidas.
La Organización Mundial de la Salud advierte que, en muchas regiones, el riesgo de mortalidad es 14 veces mayor en los niños y niñas que no son amamantados, en comparación con los que sí se alimentan de leche materna
Como denuncia Acción Contra el Hambre, muchas mujeres experimentan dificultades para dar el pecho, pero estas se agudizan cuando las madres viven momentos de estrés post-traumático, y su salud mental se ve afectada por crisis o conflictos.
Este deterioro en la salud mental de la madre impacta el cuidado de los hijos y la lactancia, lo que puede llevar a malnutriciones y otros problemas de salud. Es el caso de Nyalat Kuni que sostiene a su bebé durante una sesión de terapia individual con trabajadores de Acción contra el Hambre. Nyalat es beneficiaria del programa de Salud Mental y Prácticas de Cuidados que la organización implementa en Etiopía y que busca prevenir la malnutrición al reforzar la salud mental de los padres y sus hijos, reforzar prácticas de cuidado positivas como el juego o la lactancia y evitar que esta herramienta vital para la salud de los niños se pierda durante situaciones de crisis.
La semana que viene… más!
Dos años celebro de mi nueva vida, de mi otra vida, de la vida que empezó cuando nacieron mis hijas Manuela y Luna. Dos años de una nueva vida llena de amor y llena de vida. Hace dos años que me convertí en madre monoparental especial de familia numerosa de tres niñas.