VALÈNCIA. El líder de Vox, Santiago Abascal, fue este lunes más allá en sus declaraciones altisonantes dirigidas a su socio de gobierno en cinco comunidades autónomas, el Partido Popular que preside Alberto Núñez Feijóo, al advertir de que romperá los pactos en los ejecutivos que ahora ostentan si se cede en el reparto de menores migrantes que propone el Gobierno de Pedro Sánchez. Una amenaza que podría afectar directamente a la estabilidad de la Comunitat Valenciana, puesto que es una de las regiones donde se produjo un acuerdo en 2023 tras las elecciones autonómicas.
"La política migratoria impulsada por PP y PSOE aumenta la inmigración masiva e ilegal. No vamos a colaborar con la estafa de la dirección nacional del PP y del señor Feijóo a sus propios votantes", manifestó Abascal tras la reunión del Comité de Acción Política de Vox, para subrayar que si sus ahora socios deciden finalmente "colaborar" con el citado reparto de menores y mostrar "complicidad" con el ejecutivo socialista, "no les quedará otro remedio" que "abandonar inmediatamente" los gobiernos regionales de los que forma parte Vox en alianza con los populares.
No es la primera vez que Abascal lanza un órdago de estas características sobre el PP. Ya lo hizo el pasado mes de noviembre, cuando amenazó con dejar de apoyar a la formación liderada por Feijóo si no actuaba contra la Ley de Amnistía en el Senado, donde los populares gozan de mayoría absoluta. Unas palabras que llegaban días después de intentar forzar al PP a celebrar "manifestaciones institucionales" contra la citada ley, una posibilidad que terminaron esquivando desde el partido de la gaviota. La sangre no llegó al río, pero fue uno de las primeras advertencias mas serias por parte de Vox.
Aunque en líneas generales, los dirigentes del PP consultados consideran que estas manifestaciones de Abascal son más bien un "farol", lo cierto es que en esta cuestión llueve sobre mojado. A finales del pasado mes de junio ya comenzó el sonido de sables por este asunto, con algunas declaraciones críticas de Abascal y también de líderes autonómicos como el caso del vicepresidente primero del Consell, Vicente Barrera, quien avisó de que la Comunitat Valenciana no sería la "moneda de cambio" para los "chanchullos" de Feijóo con Pedro Sánchez, en relación a que los populares dieran luz verde al citado reparto de menores migrantes no acompañados. Unas declaraciones que venían precedidas de otras protagonizadas por el presidente del Partido Popular en las que se comprometía a garantizar "la solidaridad de las comunidades" gobernadas por su formación.
Este lunes, Barrera también hablaba, para dejar claras dos realidades dispares pero al mismo tiempo ciertas en ambos casos. "Estoy adscrito a un partido y haré lo que el partido decida. El puesto no es mío, es del partido, eso lo he tenido siempre claro y lo sigo teniendo claro. Pero dicho esto, le digo que a día de hoy, seguimos teniendo un gobierno de coalición y un gobierno fuerte". Unas declaraciones donde, por primera vez, y aunque fuera a preguntas de los medios, se contemplaba directamente -y aunque fuera con cierto pesar- la posibilidad de una ruptura del ejecutivo, lo que supone una novedad respecto al discurso mantenido hasta el momento.
Desde el PP, tanto Feijóo como el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, reaccionaron al unísono frente a las palabras de Abascal exigiendo más recursos al gobierno para aplicar la "solidaridad" que reclama el ejecutivo de Sánchez con el reparto de menores migrantes. "La práctica que hemos tenido durante muchos años en España y entiendo que sigue siendo, es ser solidario en la recepción de menores siempre que tengamos capacidad en las comunidades autónomas para recibirles, para tratarles y para cuidarles. Nadie puede dar lo que no tiene", señaló el líder nacional de los populares, una senda que siguió también el jefe del Consell: "Hemos mucho más esfuerzo del que ya incluso nos tocaba, con recursos que no tenemos, con recursos que el Gobierno no pone a nuestra disposición. Aquí estamos al borde del colapso también, en nuestros centros y todo eso se tiene que poner encima de la mesa". En cuanto a la amenaza de Abascal, fuentes de Presidencia aseguraron que el pacto en el Consell es "sólido" y "fuerte", e insistieron en que se está trabajando "con responsabilidad y convicción para desarrollar el acuerdo de gobierno" alcanzado.
Unas manifestaciones públicas, las de Feijóo y Mazón, que apuntan a una posición de fuerza de los populares en la negociación con el ejecutivo central para lograr más recursos y que, a la vez, permite al PP ganar tiempo para no tener que tomar una decisión inmediata ante la amenaza de Abascal, que indudablemente ha caldeado notablemente la conferencia sectorial que se celebrará este miércoles en Canarias entre el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas para abordar precisamente esta cuestión. La posición para los populares no es cómoda; a priori no parecen decantarse por apoyar la reforma de la Ley de Extranjería que pretende llevar a cabo Sánchez, aunque sí se muestran proclives a aceptar repartos puntuales de menores migrantes en las autonomías dentro de un orden y en pos de la solidaridad.
El principal objetivo del encuentro será abordar la reforma del artículo 35 de la Ley de Extranjería para que las comunidades autónomas acojan a niños migrantes no acompañados de forma "solidaria y vinculante" con los territorios de llegada. Canarias tiene actualmente cerca de 6.000 menores y la propuesta del Ejecutivo es que el tope contemplado esté entre 2.000 y 3.000. Precisamente lo que llama la atención esta vez respecto al órdago de Abascal, es lo inminente del encuentro entre Gobierno y CCAA, lo que pone de manifiesto el deseo de Vox de incrementar la presión sobre el PP.