sin complejos / OPINIÓN

¡A por el 2023!

26/12/2022 - 

Vaya por delante mi deseo de que hayan pasado durante estos días de Navidad unas jornadas muy felices rodeados de los suyos. Eso para mí es la Navidad, la reunión con los tuyos, la excusa perfecta para reunirse si puede ser alrededor de una mesa para compartir. No manjares ni productos exquisitos, sino experiencias y sentimientos compartidos, donde lo importante no son los platos, sino las sillas.

En muchas casas de nuestra España y nuestra Comunitat Valenciana este año quizás no hayan entrado las gambas; quizás las hayan cambiado por los langostinos congelados. Mi deseo es que no haya faltado en ninguna un plato de puchero o de caldo con pelotas, que es lo que comemos en la Vega Baja.

Que Navidad es reunirse en torno a una mesa y contar, contarse muchas cosas, abrirse con familia y amigos, que hay muchos amigos que son más que familia. Ojalá nunca les falten ni unos ni otros. Solo entonces serán verdaderamente ricos. Y que la única inflación sea la de aumentar su número, que esa es la buena.

Es un periodo de pausa y reflexión, donde vemos quiénes somos y cuántos estamos. Son días diferentes en los hogares, donde hacemos repaso de quiénes han venido y quiénes se han ido. Cada uno como pueda o quiera brinda por los nuevos y alza la copa al cielo por los que ya no están.

Son tiempos de risas y alguna lágrima. Que no son malas si salen del corazón.Porque alguien decía que todo en esta vida gira en torno al agua salada, de las lágrimas y el sudor.

Pero, permítanme que por una vez corrija estos días. Cuento en mi alma con un elemento que deseo compartir con ustedes: esperanza. Ese es mi deseo para todos ustedes en el año venidero.

Porque solo la esperanza es la que nos permite seguir adelante sin saber qué nos deparará el futuro.

Por mucho que lloremos o que trabajemos, si no vemos un objetivo, una meta, todo es inútil. En eso, para mí, consiste la esperanza.

Terminamos un año muy difícil, y ya llevamos unos cuantos. Muchos de mi generación empezados a entender a nuestros abuelos. Ellos sufrieron una guerra y nosotros crisis jamás pensadas y hasta una pandemia mundial. Pero la vida nos va haciendo callo.

Por eso les pido que confíen en el futuro. Soy plenamente consciente de que son días en que pedir fe en el futuro es muy complicado.

Vemos cómo algunas de nuestras creencias se desploman fruto de la avaricia en quienes hemos encargado que velen por nosotros. Cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abandona a su suerte a los españoles solo pensando en la suya. Rebaja el delito de malversación y elimina el de sedición, no porque sea lo mejor para España, sino porque cree que es lo mejor para él.

El Congreso aprueba una Ley Trans que, sinceramente, me genera dudas. Creo en la libertad de las personas para elegir su destino, su futuro, su amor. Pero también creo en la responsabilidad personal y en proteger a los más débiles, los menores, y educarles para que sean personas íntegras física, mental y emocionalmente.

Que esta norma la hayan hecho las mismas personas que han creado la ley del ‘sí es sí’, que ha sacado a la calle a decenas de delincuentes sexuales, me provoca escepticismo.

Les entiendo cuando caen en el pesimismo o, peor aún la indiferencia. Pero vengo hoy aquí a prenderle la mecha de la esperanza. Porque en 2023 tenemos la oportunidad todos de anteponer nuestros principios a los que no tienen ninguno, de cambiar el destino al que nos guían y ser, como decía Nelson Mandela, capitanes de nuestra alma.

Parece que no haya solución, que no tengamos salida. Pero también les digo que la noche es más oscura justo antes del amanecer. Somos Comunitat Valenciana, somos España. Podemos con eso y con mucho más.

Por favor, compartan conmigo esta esperanza y confianza en el futuro. Sin dudas, ¡a por el 2023!

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