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El billete / OPINIÓN

Apuntes de campaña

Foto: EFE/BIEL ALIÑO
21/05/2023 - 

"Si no quieres comer mierda frita durante los próximos cuatro años, igual deberías ir a votar". Circula por Whatsapp un vídeo que explica escatológicamente lo que no es tan evidente para muchos ciudadanos: no ir a votar el 28M es una opción, pero quien no vote debería saber que el domingo se decide el menú que vamos a comer los próximos cuatro años y quiénes van a cocinarlo. Puede que todo te parezca comida basura, pero también ahí cabe elegir la menos mala.

Percibo poco ambiente electoral en la calle y echo de menos aquellas campañas institucionales de invitación al voto, desde la exitosa Habla, pueblo, habla (1976) a las de tono más informativo de las décadas siguientes. Unas campañas necesarias y objetivamente buenas para la democracia, que desde 1994 están prohibidas por un absurdo cambio en la ley y una interpretación estricta por parte de la Junta Electoral Central y el Supremo, que dicen que una "verdadera democracia" debe garantizar un marco de neutralidad que permita al ciudadano decidir con "absoluta libertad", incluso la abstención. "Habla, pueblo, habla, tuyo es el mañana…", tarareo, mientras escribo.

Programa, programa…

La búsqueda del voto visceral por parte de los dirigentes nacionales no debería tapar la didáctica campaña que están haciendo la mayoría de los candidatos autonómicos y municipales en la Comunitat Valenciana. A estas alturas nadie puede decir que no conoce las propuestas de los partidos porque todos los medios de comunicación hemos publicado entrevistas —en nuestro caso, desayunos con los candidatos—, análisis, comparativas de programas, debates y la lluvia de propuestas y promesas que todos los días llegan a las redacciones. Y lo que vendrá, que falta una semana. No se crean eso de "no he escuchado una sola propuesta de…", que se suelen arrojar los unos a los otros en los debates.

Foto: RTVE

¡Por qué no te callas!

Cada vez que Pedro Sánchez saca un número de la tómbola que ha organizado sube el pan en su partido. Ya le deben de haber dicho, pero le da igual, que en determinadas autonomías resta más que suma. Ximo Puig, con su lema "El president", quería una campaña en clave valenciana porque tiene logros que vender, mientras que a Carlos Mazón, menos conocido que Puig excepto en Alicante, le conviene que el debate a cara de perro nacional movilice a los votantes del PP. De ahí que a Puig no le haga ninguna gracia que el otro presidente vaya regalando indiscriminadamente pisos, avales, interraíles y entradas al cine hasta provocar la hilaridad en forma de memes.

Asesinos en las listas

Sorprende ver a cierta izquierda arremeter no contra Bildu por colar en sus listas a más de 40 exetarras, siete de ellos "con delitos de sangre" —como eufemísticamente se denomina a los asesinos—, sino contra Feijóo por criticar a los filoetarras y poner en evidencia a Sánchez por sus pactos con ellos. Habría que oírlos si un socio del PP metiera en sus listas al asesino de Guillem Agulló o a García Juliá, uno de los autores de la matanza de Atocha, quien, por cierto, a punto ha estado de concurrir por Falange en Bilbao. 

Me maravilla también ese periodismo, muy de Madrid, cuya forma de evaluar al Gobierno consiste en criticar lo mal que 'gobierna' la oposición, que debería ser más "leal". Ese periodismo que, en aras de esa lealtad mal entendida, pontifica sobre qué materias pueden ser objeto de crítica a Sánchez y cuáles no. Si los de Otegi dieron marcha atrás, como antes con los ongi etorri a los asesinos salidos de las cárceles, no fue gracias a los que callaron.

Corrupción

En esta campaña en la Comunitat Valenciana se habla menos de corrupción porque hay menos corrupción y, sobre todo, la que hay es de mucha menor cuantía. La mayoría son corruptelas, al lado de lo que vivimos no hace tanto. De hecho, el caso más gordo de los que se investigan en la actualidad es Azud, que afecta a los dos grandes partidos, que son hechos de hace más de una década. El PP se ha agarrado a lo del hermano de Ximo Puig, que es un caso menor —salvo porque salpica al presidente y candidato a la reeleccion—, un típico ejemplo de pillería, de aprovechategui, un 'mihenmano' que caza contratos y subvenciones por ser vos quien sois, al filo de la ilegalidad. Desgraciadamente, este tipo de corruptelas no ha desaparecido y poco empeño se pone en acabar con ellas. Los partidos deberían llevar en su programa reforzar la transparencia y la Agencia Valenciana Antifraude, que ha hecho un gran trabajo en los últimos años.

Foto: BIEL ALIÑO/EFE

Poco se habla

Vivienda, impuestos, atención primaria y movilidad copan los discursos y anuncios electorales de los partidos. Poco se habla, a mi juicio, de la atención a mayores y a menores tutelados, de inmigración, de medio ambiente y de educación, asuntos en los que hace falta mucha política de la buena.

¿Mande?

"Hemos acabado con el copago farmacéutico". Se oyen mantras en campaña que chocan con la realidad más cotidiana. Los medicamentos en España no son cien por cien gratis desde hace muchos años, ni siquiera para los pacientes crónicos que tienen que copagar durante toda su vida por padecer una enfermedad. Para la mayoría, los medicamentos están parcialmente financiados y cada cierto tiempo, desde Felipe González, los gobiernos de uno y otro color nos regalan un medicamentazo que el partido de la oposición critica con tanta dureza como cara dura.

Otrosí: Podemos propone una cadena de supermercados pública para bajar los precios. Salvo que pretenda vender a pérdidas, algo que está prohibido en toda Europa, para conseguirlo tendría que hacer pública toda la cadena alimentaria y cargarse la competencia. Podría empezar por intervenir los precios en Mercasa, empresa que ya es cien por cien pública, donde unos 100.000 comercios de alimentación se abastecen durante todo el año y 3.000 empresas productoras les suministran, con unos precios similares a los de los malos de la película.

Pedid (en campaña) y se os dara

Lo comenté en mi artículo de hace 15 días "Hora de pedir": numerosos colectivos han aprovechado que los gobernantes, con las encuestas tan empatadas, no quieren ninguna foto de huelga o movilización en la calle para apretar con sus reivindicaciones laborales, en muchos casos salariales. Y han conseguido justo ahora, a veces después de muchos años de lucha, doblegar la resistencia de los encargados de velar por el erario público. La lista continúa creciendo: jueces y fiscales, personal del Hospital de Alzira, plantillas de las  ITV, médicos, abogados del turno de oficio, taxistas…

El foco nacional

España está pendiente de lo que pase en la Comunitat Valenciana el 28M. El éxito o fracaso de Sánchez y Feijóo se mide por lo que pase aquí y los focos son tan potentes que empiezan a deslumbrar. Ya verás como, pase lo que pase, acaban echándonos la culpa.

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