La banda lanza un nuevo tema homónimo dedicado "a la gente que no respeta"
VALÈNCIA. Tras seis meses de parón, vuelve el grupo queer valenciano Malabbabba, y no puede hacerlo en un momento más oportuno. Integrada por Azucena Martínez, Diego Ferrando y Javier Sagredo, la banda ha aprovechado el confinamiento para lanzar un nuevo tema cuyo videoclip, al igual que el resto de creaciones culturales más recientes, se ha hecho íntegramente 'desde casa'. Su nombre es homónimo al del grupo, y si han esperado hasta ahora para sacar un tema titulado como la misma banda, es, según Azucena, porque los tres se dieron cuenta de que“la letra lo pedía”.
La canción Mala Baba se lanzará el próximo 20 de abril, pero la banda ya ha publicado un adelanto en redes sociales. Si bien a Malabbabba todavía le queda un largo recorrido por delante para darse a conocer, este adelanto ha tenido más de 10.000 reproducciones en menos de una semana. “Realmente no hemos dado el boom -aclara Azucena-, pero esta canción ha tenido una repercusión que hasta ahora no habíamos vivido. Nos ha sorprendido mucho, porque no estamos acostumbrados a tanta gente compartiendo nuestra música”. Esto supone, como mínimo, un gran incentivo “para seguir trabajando. Tenemos mucho que hacer de ahora en adelante”, explica Javier.
Y si por algo se caracteriza esta particular banda, eso tiene que ser la irreverencia. Tanto en sus letras como en la estética de sus videoclips, se puede apreciar de manera evidente una gran despreocupación. “¿Que no quieres parar?/¿Más por culo vas a dar?/Si toco la chochona nadie me puede frenar”, reza este nuevo tema. “Nuestro lema es ir un poco a la marcha, no estar todo el tiempo preocupados por las cosas, go anywhere”, destaca Azucena, de anglicismo en anglicismo. “Lo importante es pasarlo bien, no tomarse la vida tan enserio”, añade Javier.
Por otro lado, la 'mala baba' es, según Diego, “hacia la gente que no te respeta”. Especialmente, hacen referencia al colectivo LGTBI, de ahí que se definan como una banda queer.“El tema -pero también el grupo en general- es un mensaje para toda esa gente que ni come ni deja comer”, afirma Azucena. “Para todos aquellos que no están de acuerdo con nada que vaya más allá de sus pensamientos e ideales”. Y no contenta con esa explicación, lanza un mensaje: “Tú no sabes quién soy, ni cómo puedo reaccionar. No sabes si puedo desmontar tus argumentos o no, así que ten cuidadito. No te metas donde no te llaman y deja hacer a la gente lo que le salga de los cojones, hablando rápido y mal”.
En este sentido, según la banda, cada artista crea una canción queriendo plasmar alguna cosa, pero luego es la persona que la escucha quien le da su propio significado. Ellos suelen usar mucho la palabra 'maricón', por ejemplo. “When yoy say that you know me/ Te digo: ¿qué me estás contando, me estás vacilando?/ The centre of the world/ Maricón, maricón”, se puede escuchar en su tema Venenosa. Y lo hacen con un objetivo claro: “No hay nada más guay que poder usar esa palabra, que siempre se ha utilizado para denostar a los gays, como algo diferente y guay”, explica Diego. “Que te llamen “maricón”y digas: ¡pues sí!; como si te llamaran Pepe”, añade Azucena entre risas.
Malabbabba surge de la necesidad de Azucena, Diego y Javier de encontrar alguna manera de materializar sus gustos y vivencias. “El grupo es como una extensión de nosotros mismos -cuenta Javier-. En nuestras canciones mostramos lo que somos en la realidad. Me parece maravilloso que la música exista como vehículo para plasmar todo eso. Libera un montón, te deja enseñarle a la gente quién eres”. Y por si hubiera duda, Azucena explica quiénes son: “No solemos hablar de temas como el desamor, ni cosas así. Las experiencias que plasmamos suelen ser de fiesta. Creamos música para que la gente se lo pase bien”.
Malabbabba nació hace dos años, cuando un día como cualquier otro, Azucena y Javier quedaron en un parque de su pueblo (Quart de Poblet). “Estábamos allí, y nos dijimos: todo el mundo está haciendo música, ¿por qué no nosotros?”, narra Javier. Después de aquello hicieron una canción, pero pronto se dieron cuenta de las grandes dificultades que entraña la producción musical. “Para nosotros dos era imposible, pero un día, en el cumpleaños de un amigo en común, conocimos a Diego. Le enseñamos la canción y le gustó. Al mes ya estaba con nosotros”. Todo fue muy rápido y lo cierto es que no supieron muy bien qué es lo que estaban haciendo exactamente hasta que grabaron Venenosa.
Hasta ahora, Azucena ha definido siempre a Malabbabba como un grupo de “completos indefinidos”. “Es techno, electrónica, reggaeton...”, pero si tiene que escoger una palabra para delimitarse es, sin bromas, 'mamoneo'. “Malabbabba es mamoneo. Creo que es la mejor forma explicarlo”.
No obstante, de aquí en adelante es muy posible que esta indefinición torne hacia un estilo más específico. La banda ha estado parada durante los últimos seis meses, y eso ha dejado tiempo a los chicos para reflexionar. “La verdad es que los tres hemos vivido un bloqueo creativo”, explica Azucena. “No es que antes tuviéramos un sonido claro, pero sí mucho menos que antes del parón. Íbamos haciendo canciones,teníamos algunas ideas, pero nada nos convencía, no sabíamos en qué estilo centrarnos. Nuestras canciones tienen que tener ese punto de 'mala baba'”, concreta.
Y parece que ya han llegado a ese punto. “A partir de ahora nos queremos centrar un poco más en sonidos de la Ruta del Bakalao. Seguiremos haciendo cosas aleatorias”, pero siempre con ese nexo de unión. “Ya no queda música que no se haga -añade-, y creemos que ese es el toque de 'mala baba' que nos estaba costando conseguir”.
En cuanto a sus referentes, Azucena se queda con Mueveloreina. “Es un grupo del que me encantan tanto sus letras como la forma en que lo hace todo”. Javier se queda con la artista italiana Missketa, y Diego habla de “los sonidos industriales” que está empezando a introducir en Malabbabba y que ya ha utilizado en un par de canciones. “No tienen mucho que ver con nuestro estilo, son diferentes -dice Azucena-, pero los vamos mezclando y cogemos algunas cosas de ellos”.
Ante la situación de confinamiento, Malabbabba ha tenido que cancelar algunos conciertos. Por otro lado, están preparando un EP: “la idea era sacarlo a finales de año, pero con todo esto, ya veremos qué pasa” afirma Diego. “Con el EP queremos dar visibilidad a la música de la Ruta del Bakalao llevándola a nuestro terreno, que ya no se escucha tanto como antes, y es maravillosa”.
Finalmente, los integrantes de Malabbabba se ríen contando una anécdota. Ocurrió en un concierto que dieron en Razzmataz, cuando compartían camerino con el grupo de rock psicodélico The King Gizzard and the Lizard Wizard. “Se dejaron en el camerino un billete de veinte euros -cuenta Azucena mientras Javier y Diego se carcajean-. Pensé: ¿me lo guardo?”. Se pasó un rato dándole vueltas y decidió quedárselos. No obstante, al final de la noche, Azucena perdió su riñonera, con los veinte euros y todo lo que llevaba dentro. “Fue el karma”, dictamina.