VALÈNCIA. En la tarde del martes 29 de octubre y en tan solo unas horas, la inmensa Dana que asoló buena parte de la provincia de Valencia bloqueó multitud de calles, destruyó railes, cortó carreteras y dejó a los habitantes de diversas localidades con graves dificultades de movilidad. Semanas después, y gracias a los datos de telefonía publicados recientemente por el Ministerio de Transportes, es posible conocer al detalle el impacto de la riada en los desplazamientos de quienes residían en esas poblaciones, que realizaron en la semana posterior al desastre, entre el lunes 4 y el viernes 8 de noviembre, en torno a 600.000 trayectos diarios menos de lo habitual para un día laborable.
Las cifras del Ministerio, que provienen de los registros anonimizados de miles de líneas móviles, constatan que en los diecinueve días laborales previos a la Dana se contabilizaron, de media, unos 5,5 millones de trayectos al día con origen y destino en alguno de los municipios dañados por la riada. No obstante, durante las jornadas hábiles de la semana siguiente el número se redujo hasta los 4,9 millones, y el lunes 4 de noviembre la movilidad cayó incluso a poco más de 4,5 millones de desplazamientos.
Esta situación fue todavía más acusada en los días inmediatamente posteriores a la riada, aunque Transportes informa de que, precisamente por las terribles consecuencias del agua y el fango, que provocaron también varios centenares de muertes en la provincia de Valencia, los registros de esas jornadas pueden presentar anomalías. Aun así, es más que probable que dichos problemas, acontecidos en un contexto de caída de líneas telefónicas y otras incidencias que dejaron incomunicadas a muchas personas, agravaran la escasa movilidad de entonces.
De este modo, los datos proporcionados por el Ministerio muestran que durante la primera jornada tras la Dana, el día 30 de octubre, uno de cada cuatro desplazamientos esperados en un día laborable habría dejado de realizarse. Un escenario que, sin embargo, se acentúa en las poblaciones más castigadas y que tiene su máximo exponente en Paiporta. Allí, y según las cifras de Transportes, se habrían registrado poco más de 13.300 trayectos por los más 75.700 que eran frecuentes en los días hábiles previos a la riada. Así, la caída en este caso sería superior al 82%.
Otras localidades de l’Horta Sud que quedaron anegadas y prácticamente incomunicadas evidencian de igual forma importantes descensos en la movilidad durante ese primer día tras el temporal. En Massanassa, la bajada de los trayectos respecto a la cifra media habitual en una jornada laborable también se ubicó por encima del 80%, mientras que tanto en Sedaví como en Alfafar la disminución fue superior al 70% y en Catarroja de casi la mitad. Además, otras poblaciones de distintas comarcas, como Riba-roja de Túria (El Camp de Túria) o Algemesí (La Ribera Alta) padecieron igualmente esta congelación de los desplazamientos tras la Dana.
Por otro lado, los datos del Ministerio muestran además cómo durante la segunda Dana que sufrió la provincia en menos de un mes, localizada entre el miércoles 13 y el jueves 14 de noviembre y que se saldó con muchas menos incidencias, los desplazamientos cayeron en su conjunto aún más que en los días posteriores a la descomunal riada de finales de octubre. Además, y en un contexto ya marcado por las trágicas consecuencias de esa catástrofe y las constantes advertencias de distintos organismos desde los días previos a este segundo evento meteorológico, el nuevo desplome de la movilidad se aprecia justo durante los días en los que transcurrió esa Dana, mientras que en el primer caso la gran caída se produjo sobre todo en las jornadas posteriores.
En concreto, los sesenta municipios contemplados por los datos del Ministerio encajaron en total, durante el 13 y el 14 de noviembre, una disminución de los trayectos habituales de en torno al 29% respecto a las jornadas laborables previas a la primera Dana. El 30 de octubre, no obstante, la reducción fue de casi el 27%. Por municipios, este escenario es más frecuente en aquellos que padecieron los efectos del temporal parcialmente, como es el caso de València, que por volumen es además la localidad con mayor influencia sobre la cifra global de trayectos realizados, y en otros poco afectados como Paterna o Bétera, aunque también se aprecia en algunas poblaciones muy golpeadas como Picanya.
Por su parte, en muchos de los municipios que sufrieron las peores consecuencias de la riada, como Paiporta, Massanassa, Benetússer, Alfafar o Riba-roja de Túria, los mayores retrocesos de la movilidad sí se registraron tras el 29 de octubre. En el caso de Alfafar, por ejemplo, la caída de la movilidad llegó a situarse entonces por encima del 70%, mientras que en el día 13 noviembre fue algo superior al 60%. Y en Paiporta, donde el desplome durante la segunda Dana llegó al 50%, el descenso se quedó en comparación muy lejos del 82% que presentó en el día posterior a la primera.
A su vez, los días laborables de la primera semana completa de diciembre, en la que el viernes 6 fue festivo, arrojan para todos los municipios incluidos por el Ministerio en sus datos unos 140.000 trayectos diarios menos en relación a los días hábiles previos a la Dana. Una cifra menos abultada que las registradas a lo largo del mes de noviembre, y que solo se encuentra un 2,6% por debajo de lo habitual. Sin embargo, y de nuevo, esta es una situación que oscila en función de la localidad, puesto que si bien en poblaciones como Picanya ya se registran valores muy similares a los anteriores a la riada, en muchas otras no es todavía así.
Es el caso, por ejemplo, de Alfafar, donde la reducción de los desplazamientos en un día laborable todavía sigue muy cerca del 40% más de un mes después de la Dana. Por su parte, también se aprecian casos similares, aunque no tan extremos, en Catarroja, Massanassa o Sedaví, donde aún se registran de media entre un 15% y un 20% de desplazamientos menos al día que antes de la riada.