VALÈNCIA. Atitlan acelera en el sector agrario. La firma, liderada por Roberto Centeno y Aritza Rodero, amplía su negocio de frutos secos con la adquisición de nuevas hectáreas y, a su vez, salta al cultivo de aguacates reconvirtiendo parte de sus plantaciones de cítricos. Una nueva hoja de ruta que se concreta en alcanzar las 4.000 hectáreas de pistachos, es decir, 2.000 más de las inicialmente previstas, así como sustituir campos de naranjas por clementinas y aguacates. Para ello, acometerán una fuerte inversión de 110 millones de euros.
Lo cierto es que Atitlan está presente en el sector primario desde 2007 cuando entró con la marca Elaia, con más de 20.000 hectáreas de olivo y almendro. También, está presente en cítricos tras comprar en 2019 la empresa Frutas Romu. No obstante, desde el pasado año la firma cambió su estrategia con la venta de sus olivos al grupo andaluz De Prado y su entrada en el pistacho y la almendra, dos cultivos con altas rentabilidades y que acaparaban un fuerte tirón en la demanda de consumo. Para ello, constituyó Atitlan Crops, un holding para agrupar todo su negocio de frutos secos.
A priori, su plan pasaba por desarrollar en los próximos años 2.000 hectáreas de pistacho -de las variedades Sirora y Kerman- y almendras, para lo que había previsto una inversión inicial de 50 millones de euros en los próximos años. Sin embargo, el grupo inversor ha decidido duplicar su capacidad productiva y apostar exclusivamente por el pistacho, más allá de que algunas fincas ya cuentan con almendros que mantendrán. De esta forma, si en septiembre del pasado año ya se había cerrado el alquiler de cuatro fincas con 1.000 hectáreas, ya tiene las otras 1.000 también comprometidas.
"Hemos encontrado tierras antes de lo previsto y, por tanto, a fecha de hoy ya tenemos las 2.000 hectáreas cerradas y distribuidas en diez fincas. Como vamos tan bien hemos tomado la decisión de ampliar en 500 hectáreas adicionales este año e iniciar una segunda fase a partir de 2024 para llegar a las 4.000 hectáreas e invertir hasta 100 millones en la producción de pistacho", explica a este diario Francisco Llopis, director de inversiones y responsable del área de sector primario de Atitlan.
De esta forma, de ese plan inicial de 2.000 hectáreas de pistacho, 900 ya están plantadas y las 1.100 restantes se comenzará entre septiembre y noviembre de este año para culminar el proceso en el primer trimestre de 2024. Adicionalmente, en esta primera fase se ha incrementado la superficie a cultivar en otras 500 hectáreas y 15 millones de inversión adicionales dada la velocidad del proyecto, por lo que Atitlan prevé cerrar 2024 con 2.500 hectáreas de pistacho en producción.
La superficie plantada se divide en 10 fincas, de las que nueve están en Toledo y otra en Aranjuez (Madrid). Son extensiones de terreno a través de contratos de alquiler a largo plazo, entre 35 y 40 años. "Estamos en zonas que a nivel climatológico pensamos que se adaptan mejor. El pistacho tiene que tener unas zonas concretas de frío y de calor y una climatología seca, por lo que Castilla La Mancha es una zona idónea para este cultivo. Buscamos opciones en Albacete y alternativas en Extremadura, pero es una zona estamos estudiando", señala.
Según explica Llopis, su objetivo es acometer inversiones a largo plazo dado que el pistacho, a diferencia de otros frutos como el almendro, tarda una media de entre 5 y 6 años en entrar en producción llegando a máximos rendimientos en nueve años, cuando Atitlan prevé rentabilidades sobre los dos dígitos. "Las tendencias de consumo son muy positivas para este fruto. Además, somos inversores de largo plazo y el pistacho no entra en producción hasta el quinto año y a pleno rendimiento hasta el noveno. Por tanto, eso es un factor diferencial que hay que estructurar muy bien porque lo hacemos con capital propio para que los proyectos sean sostenibles", detalla.
A día de hoy, el 90% de la producción mundial de pistacho se concentra en EEUU e Irán, por lo que el objetivo del grupo valenciano es hacer un producto de proximidad y erigirse como el mayor productor a nivel europeo. "Desde España podemos conseguir buenas producciones y de calidad, además de ser muy eficientes a nivel de costes", destaca Llopis.
Y, para conseguir ese hito, ya preparan una segunda fase: 1.500 nueva hectáreas de este fruto de cáscara a desarrollar entre 2024-2025 y 50 millones más de inversión. "Este plan nos permitirá alcanzar las 4.000 hectáreas en 2025, invertir 100 millones y ser el mayor productor de pistachos de Europa. Queremos hacerlo en dos años, pero tenemos un equipo que conoce muy bien las zonas y es muy eficiente y quizás vayamos más rápido de los previsto como nos ha pasado en la primera fase", remarca el directivo.
Con esta división, la intención final de la firma inversora es acometer la primera fase de la producción y superar los 2.500 kilos por hectárea para, posteriormente, entregar el fruto a empresas comercilizadoras que lo venderán a la gran distribución."Nosotros lo que queremos es la integración industrial solo en la primera fase del proceso, es decir, el secado y calibrado del pistacho", explica Llopis.
Por otro lado, su división 'agro', bajo la marca Elaia, también cuenta con una rama de cítricos, tras la compra de la empresa Frutas Romu, que operan más de 1.300 hectáreas en Huelva, Comunitat Valenciana y la Región de Murcia. Actualemnte cultivan diferentes variedades de naranja y mandarina, pero ahora quieren transformar parte de este negocio. Así, van a dedicar 100 hectáreas para probar con el cultivo de aguacate y otras 300 que van a reconvertirlo en clementina de royalty. Unos cambios que también justifican por los cambios en el consumo actual.
"La tendencias que detectamos es de una menor demanda de la naranja y mayor tirón de la clementina. Hay variedades que se están quedando obsoletas y lo que estamos haciendo es una reconversión varietal hacia la clementina de royalty, principalmente. Por tanto, vamos a transformar 300 hectáreas que ahora eran de naranja y, a su vez, otras 100 vamos a destinar para probar con el aguacate", señala el responsable de esta división. Para esta proyecto, invertirán otros 10 millones de euros.
"Teníamos fincas que por su ubicación, clima, suelo y agua eran idóneas para el cultivo de aguacate. Se trata de una de las 'superfrutas' actuales y, como teníamos la posibilidad de producirla, decidimos apostar por ello. Por ahora, es solo una prueba y, en función de como se desarrolle, ampliaremos su cultivo", apunta Llopis. Entre marzo y abril plantaron las 50 primeras hectáreas de aguacate en una de sus fincas de Huelva y la otra mitad se hará en el mes de octubre.
También han empezado con la reconversión varietal y sus previsiones es superar los 50 millones de kilos de producción anual en el negocio citrícola. "Al final, estamos con importantes proyectos tanto para ampliar a 4.000 las hectáreas de pistacho como con esta reestructuración de fincas y transformación de cultivos. Con todo ello vamos a invertir 110 millones entre 2022 y hasta 2025. El proyecto va a un ritmo mejor del que preveíamos y eso nos da pie a seguir creciendo", subraya.
Actualmente, la división agraria representa un tercio de las inversiones de Atitlan y su intención es seguir explorando nuevas oportunidades. "Para nosotros es importante que la agricultura no va relacionada con los ciclos económicos y, además, es una inversión a largo plazo y rentable", resalta el responsable de la división en la firma.
De hecho, además de sus planes en cítricos y frutos secos, la compañía llegó en 2020 a un acuerdo con Guillem Export, uno de los principales exportadores de cítricos a los mercados europeos, para comercializar los productos de Frutas Romu en el mercado exterior. "En Atitlan fuimos pioneros porque empezamos en 2007 en el sector primario. Esto nos ha permitido tener un buen equipo de 160 personas y que podamos hacer proyectos de forma tan rápida y eficiente", destaca su responsable.
Asimismo, la compañía está presente en otras ramas del sector primario a través de Sea8, especializada en la acuicultura sostenible de lenguado. También lanzó Future Farming para reforzar la estrategia de sostenibilidad del grupo con el desarrollo de prácticas de agricultura regenerativa tanto en fincas propias como de terceros.