VALÈNCIA. Atitlan pisa el acelerador con su división agrícola. El grupo valenciano se alía con el Banco Santander para la creación de Atgro, una plataforma de inversión global que adoptará la forma de sociedad de capital riesgo y que estará dedicada al desarrollo de proyectos agrícolas. Este fondo arranca con una aportación de 200 millones de euros de la entidad presidida por Ana Botín y de otros 50 millones por parte de la firma de Roberto Centeno y Aritza Rodero. No obstante, la intención es dar entrada a nuevos inversores para alcanzar un tamaño objetivo superior a los 500 millones de euros.
Los proyectos agrícolas que entrarán en esta operación, y en la nueva plataforma, estarán gestionados por Elaia, la filial de Atitlan en el sector 'agro' y de la que Santander ha adquirido el 49% a raíz del acuerdo. No obstante, la entidad financiera no tendrá un rol activo sobre las inversiones, sino que únicamente aportará su amplio conocimiento local en diferentes geografías y su fuerza comercial.
El objetivo final de Atgro es desarrollar una cartera amplia de productos -frutos secos y ‘superfrutas’- y también diversificada en Europa, América, África y Asia. Para empezar, el proyecto nace con las inversiones productivas que Atitlan ya tenía en pistachos, a través del cultivo en 3.000 hectáreas, y con otro proyecto de uva, tras adquirir hace solo unas semanas la empresa peruana Ecosac, el segundo exportador de uva del país. Una operación, de 91 millones, que permitió a Atitlan entrar en el negocio de la uva con cerca de 5.000 hectáreas, que aportará a la nueva plataforma. Adicionalmente, su crecimiento pivotará en torno al desarrollo de nuevos cultivos y a adquisiciones de activos en producción.
Por otra parte, la nueva sociedad estará abierta a inversores institucionales y privados, dado el gran interés existente por este tipo de activos alternativos de alto impacto económico y social, y a su vez con muy baja correlación respecto a otros productos financieros tradicionales, según explican desde la compañía.
La intención es que esta plataforma financiera sea clasificada en el artículo 8 a efectos del Reglamento sobre divulgación de información financiera sostenible de la UE y cuente con una política para diseñar e implementar iniciativas ESG en todo el proceso de inversión.
Con esta alianza, ambas compañías reflejan su apuesta a largo plazo por el sector agroalimentario, una industria en pleno proceso de transformación y donde nuevos retos como el cambio climático, la demografía o la evolución de los hábitos de consumo están impulsando el cambio hacia un modelo de producción más escalable y sostenible. De hecho, Atitlan exhibe una muestra más de su apuesta por el pistacho, cuyo cultivo inició en 2022.
La participación de Santander en Elaia forma parte de la estrategia de Investment Platforms Unit (IPU), la unidad dentro de Santander Asset Management especializada en inversión en segmentos de crecimiento alternativos a la actividad tradicional del banco, como direct lending (Tresmares), private equity (Fremman Capital), venture debt (Atempo), Special Situations Lending (Deva Capital) o venture capital (Seaya, Mouro Capital).
Por su parte, Atitlan está presente en el sector primario desde 2007 cuando entró con Elaia en la explotación de más de 20.000 hectáreas de olivo y almendro. No obstante, en 2022 la firma cambió su estrategia con la venta de sus olivos al grupo andaluz De Prado y empezó así su entrada en el pistacho y otros frutos y cultivos. Ahora su base, además del pistacho, son los cítricos con más de 1.500 hectáreas y sus mercados se centran en España, Portugal y Marruecos. Esta trayectoria le ha convertido en referente en la plantación y gestión de procesos agronómicos, con más de 20.000 hectáreas transformadas.
Fundado en 2005, a lo largo de estos años Atitlan ha invertido más de 1.500 millones de euros en distintos sectores productivos. Su estrategia se caracteriza por inversiones a largo plazo en diferentes sectores que divide en cinco grandes áreas de negocio: la agroalimentaria, donde cuenta con empresas como Elaia, Guillem Export, Sea Eight o Frutas Romu; inmobiliaria (ATDI); energía (Helios); industrial y servicios (Padel Galis, Imex Products, Improving Logistics, Anymore Transport, The Bridge); y otra de soluciones financieras (Terram Capital).
Solo en 2023, la compañía cerró el ejercicio con una facturación de 236,67 millones de euros, un 24% más que el año anterior. El resultado extraordinario por la venta del negocio de olivos y almendros en 2022 disparó el beneficio de la compañía a 73 millones de euros, mientras que en 2023 el resultado extraordinario fue de 'solo' 1,2 millones. En cualquier caso, logró un ebitda recurrente de 15,2 millones en 2023, un 27% superior al del año anterior, con un beneficio neto de 2,3 millones.