CASTELLÓ. El desorbitado precio del gas natural ha supuesto desde finales de 2021 el principal lastre para la industria cerámica. La escalada del coste del gas desde la invasión rusa de Ucrania, con los picos de 300 euros MWh alcanzados en agosto de 2022, han asfixiado a un sector que ha visto quintuplicada su factura energética en dos años.
Pero el gas no es el único coste de la cerámica que ha ido aumentando en los últimos años. Y es que el coste de los derechos de emisiones de CO2 ha pasado de los 25 euros/Tn en 2020 a los más de 80 euros de media en 2022. De hecho, la factura sectorial por la compra de derechos de emisión en 2020 fue de 11 millones de euros, mientras que el pasado 2022 supuso más de 102 millones de euros, un incremento que desde Ascer consideran "escandaloso". En los últimos cuatro años el precio del carbono ha aumentado un 700%.
Además, los derechos de emisión gratuitos que se otorgan a la industria para mantener competitividad frente a los rivales de fuera de la UE se están reduciendo cada año. De hecho, Bruselas ya ha afirmado que quedarán eliminados por completo para 2034. En este sentido, el Consejo y el Parlamento europeos han acordado aumentar hasta el 62 por ciento la reducción de emisiones para 2030 en los sectores cubiertos por este régimen. Sobre esto, desde Ascer aseguran que trabajan con el horizonte de 2030, fecha en la que calculan que ya tendrán que pagar por el 100% de sus emisiones si no consiguen una alternativa energética.
"Hace un par de años el mercado de derechos de C02 era uno de nuestros principales problemas y ahora, pese a que la situación ha empeorado, ha quedado relegado a un segundo plano porque los costes energéticos preocupan todavía más", reconocía en diciembre de 2022 el vicepresidente de Ascer, Miguel Nicolás.
Lo cierto es que 2023 ha traído una estabilización en el precio del gas, sin embargo, los precios del Co2 no dejan de aumentar, superando ya los 90 euros de media en el último mes. Además los expertos advierten que la entrada de nuevo de fondos de inversión en el mercado de emisiones puede hacer que los precios no bajen de los 90 euros al menos en el corto plazo.
Y es que precisamente esta es una de las reivindicaciones de Ascer y de muchas industrias emisoras que vienen denunciando que la especulación de fondos de inversión en el mercado de emisiones hace aumentar los precios. El pasado verano, la gran industria, entre la que se encuentran sectores como el papel, la química, el cemento o el refino, pidió a la UE reformar el mercado de dióxido de carbono (CO2) para evitar la especulación y asegurar una "transición energética justa".
En este sentido, el sector cerámico defiende que a día de hoy no existe un vector energético capaz de sustituir al gas natural en la producción cerámica a corto plazo y han reiterado que el sector "ha reducido un 60% sus emisiones desde 1980". Por el momento todo apunta a que la factura del sector por derechos de emisiones no dejará de aumentar, una piedra más en el camino de una industria que aunque caracterizada por su resiliencia, afronta un momento delicado de crisis de demanda derivada de sus altos costes.
Algunos países han vuelto a recurrir al carbón como Alemania, cuyos pasos podrían seguir otros estados del norte de Europa con un importante impacto