CASTELLÓ. La sectorial de cítricos de La Unió de Llauradors ha hecho balance de la campaña de cítricos a punto de concluir. En ella, a pesar del sensible aumento en las cotizaciones percibidas por los productores (más de un 80% de media), debido al gran descenso de cosecha, sus ingresos únicamente suben un 20% en la relación a la pasada temporada.
Se ha tratado así de una campaña "atípica" y con muchos "altibajos" y en la que el precio medio de la campaña actual ha sido de 0,41 euros/kg, mientras la pasada fue de 0,23 €/kg, lo que arroja un incremento del 82%. Por su parte, los ingresos de los citricultores han ascendido a 841,22 millones de euros, frente a los 701,55 de la temporada 2018/2019. Esto supone un incremento del 20%. Y eso que la caída de la producción no ha sido tan grande como se anunció en un primer momento. La diferencia entre la producción estimada en esta campaña en relación a la comercializada de la anterior es un 17% inferior, cuando a principios de campaña se hablaba de una caída en torno al 25%.
El buen comportamiento en las cotizaciones además no es uniforme en todas las variedades y lo que más ha influido es el momento en el que se hizo el trato de compraventa, destaca la organización agraria. En este sentido, desde la Unió señalan que cuando la campaña funciona mal, los productores se ven obligados a renegociar los precios a la baja, "pero eso no sucede al alza si va bastante bien" la campaña, tal y como ha sucedido en la actual.
De manera general, en las variedades más tempranas los incrementos de precios sobre la pasada campaña han sido insignificantes y no compensaron la reducción de la producción, por ello los ingresos para los citricultores han resultado más bajos, señalan los responsables de la organización agraria.
En cambio, las variedades tardías, sobre todo de naranjas, son las que han obtenido mayores incrementos de ingresos, aunque el productor finalmente no ha podido aprovecharse del todo, puesto que muchos tratos de compraventa se hicieron antes de las subidas de precio.
La crisis sanitaria de la covid-19 ha conllevado en este final de campaña un aumento del consumo, tanto en España como en Europa, y el cierre de fronteras, junto a las dificultades comerciales en algunos países terceros (fundamentalmente Egipto y Turquía), han beneficiado a las variedades tardías de mandarinas y naranjas autóctonas, señala la organización agraria.
En relación a las variedades con mayor producción en la Comunitat Valenciana, las navelinas y clemenules, que son consideradas por las grandes cadenas comerciales como comodities, aunque han tenido incrementos de precio respecto a la pasada campaña, estos no han sido suficientemente relevantes para compensar la reducción de producción. Por lo tanto, los ingresos de los productores en estas dos variedades han sido inferiores a los de la pasada temporada.
Así, a pesar de que siempre se está hablando de reducir su producción, estas variedades viven una paradoja, señala la Unió: al productor le interesa producir cuantos más kilos mejor, pues se ha puesto de manifiesto que con unas reducciones de las producciones que pueden llegar al 50%, las subidas de precios no han resultado lo suficientemente importantes para compensarlas.