VALÈNCIA. El fútbol y sus cosas. Justo en la semana en la que al club le molestó que José Bordalás volviera a estar relacionado con el banquillo de su primer equipo, Rubén Baraja decidió aplicar la misma fórmula que empleó el técnico alicantino el curso anterior, cuando observó que el equipo se le escurría hacía abajo en la clasificación.
Bordalás adaptó el sistema 1-5-3-2 el 6 de febrero, dos días después de eliminar al Cádiz en cuartos de final de la Copa del Rey. El equipo recibía en Mestalla a la Real Sociedad y acabó empatando a cero. Desde aquel momento, donde jugó con Thierry, Foulquier, Cömer, Mosquera y Gayà en ese línea de 5, y hasta el final de temporada, ese dibujo táctico fue el más utilizado por el preparador de Alicante.
Baraja echó mano del mismo sistema nueve jornadas después de hacerse cargo de la plantilla. A la décima, en la visita al Martínez Valero, provocó un cambio ensayado durante la semana en la ciudad deportiva de Paterna, que el técnico de Valladolid le molestó que trascendiera a la prensa.
El equipo dejó la portería a cero y ganó en seguridad. Paulista, que se fundió en un abrazo con el entrenador cuando finalizó el partido, regresó al once. En la tripleta de centrales, el centro fue para Diakhaby, a la derecha se ubicó el hispano-brasileño y a la izquierda lo hizo Cenk. Diakha se retiró con molestias en su tobillo derecho en el descuento pero solo padece una torsión y podrá jugar el jueves ante el Valladolid si el Pipo mantiene el mismo esquema. Cömert es la alternativa.
En los carriles despegaron Foulquier y Gayà. El primero, todo entrega y pundonor, capitalizó de nuevo parte del juego ofensivo de su equipo aunque, limitado técnicamente, sus centros o sus finalizaciones se marcharon al limbo. A Gayà le beneficia el dibujo porque dispone de todo el carril, como al capitán le gusta, para proyectarse en ataque sin otro lateral por delante que lo tapone, y, además, juega más seguro con las espaldas cubiertas por el paquete de centrales.
La pregunta de estos días antes de la jornada intersemanal del jueves en Mestalla, es conocer si el cambio de sistema responde exclusivamente a la bajas con las que contaba el entrenador, al perfil del rival, a la necesidad de agitar el once y el dibujo para provocar una reacción, o a la convicción de que ese diseño táctico va a quedarse hasta el final de curso.
Preguntado por ello en el post partido, Baraja habló de la respuesta de su once al cambio, pero no dijo ni mu sobre la continuidad en el tiempo de ese sistema. "Es un sistema que hemos trabajado y con el que hemos ido variando. Debemos tener solidez, siendo fuertes atrás y contundentes; así siempre tienes opciones de ganar el partido. Ellos lo han entendido así y lo han interpretado bien. Necesitábamos este resultado y se han dado todas las cosas para que se produzca. Esta es una semana crucial para el Valencia y debemos ir a por todas", dijo el Pipo, driblando la pregunta. Este martes empezaremos a salir de dudas, que el técnico está poniendo mucho empeño en que no trasciendan sus ensayos.
A finales de año, José Bordalás en 'Veus Fé-Cé', el programa de cultura de club de Plaza Podcast, explicó porqué había modificado el sistema a mitad de temporada para pasar a jugar con tres centrales. La razón era la fragilidad defensiva y la ausencia de un '6' en el centro del campo.
"Fue porque teníamos dificultades a nivel defensivo, para ajustar esa debilidad que teníamos en mediocampo. Nos faltaban efectivos, nos faltaba consistencia en medio campo. No éramos capaces, nos generaban situaciones con mucha facilidad. Contra tu propia percepción y concepción del fútbol, a veces tienes que cambiar por el bien del equipo. Yo casi nunca había jugado con defensa de tres centrales, pero hemos visto en el Mundial algo impensable como es ver a muchas selecciones jugando con tres centrales y dos carrileros. Queríamos darle consistencia al equipo porque teníamos dificultades en medio del campo", contó Bordalás.