CRÍTICA DE CINE

'Barbie', un rollo complaciente y con mucho dinero

Greta Gerwig y Margot Robbie tratan de recrear el icono de Barbie en una comedia tan artificiosa como complaciente 

23/07/2023 - 

VALÈNCIA. Cuando se anunció que Greta Gerwig iba a dirigir una película sobre Barbie no me despertó especial interés. No tengo recuerdos de haber jugado con esta muñeca de pequeña (aunque mi madre dice que sí tuve algunas y que las destrozaba), así que el estreno de una película sobre ella me daba un poco igual. Sin embargo, a medida que fueron desvelándose imágenes del rodaje me fue entrando la curiosidad. En ellas, salían Margot Robbie y Ryan Gosling (la pareja protagonista) caracterizados como Barbie y Ken, vestidos con coloridos y llamativos trajes, de vaqueros, de patinaje, en un baile, en escenarios de fantasía, todo parecía muy espectacular, muy a lo grande, como mínimo te entraban ganas de saber de qué iría aquello. 

Cuando faltaba poco menos de un mes para el estreno, ya fue casi imposible no enterarse de la existencia de la película. La gira promocional, con Margot Robbie paseándose por medio mundo con los múltiples modelitos de la muñeca y hoteles que recreaban el universo Barbie, fue retransmitiéndose paso a paso en redes sociales, y, desde entonces, la publicidad de la película está por todas partes, desde en las colecciones de ropa de tiendas como Zara hasta en el mismo Google (si googleas la película o los nombres de Gerwig, Robbie y Gosling te saltan estrellas rosa chicle). En mi caso, el resultado de toda esta hábil y millonaria campaña de marketing promovida por Warner y en la que también está implicada Mattel (la compañía de juguetes propietaria de Barbie) fue que finalmente fuera a ver Barbie con una sensación extraña, con temor a que toda esa expectación creada en torno a la película fuese un bluf, pero sin perder esa curiosidad y esa emoción de ir a ver algo que no sabes muy bien cómo será y que puede sorprenderte. 

Más o menos, la primera media hora de la película me interesó. Como esperaba, la puesta en escena y el vestuario son extraordinarios, todo lo relativo al diseño de producción, el arte y la música recrea de forma original y con cierto encanto el mundo Barbie, la intención de adentrarnos en ese universo teñido de rosa y falsa perfección está conseguida. Margot Robbie está fantástica en su papel de Barbie prototípica (por momentos también su compañero Ryan Gosling), en su voz, su expresión y sus gestos advertimos ese tono de comedia y autoparodia que busca la película. Al principio, hay algunos ocurrentes diálogos que tienen cierta gracia y que coquetean con ese tono. Es interesante la intención de darle un giro a la historia de la muñeca perfecta para abordarla desde el humor y el feminismo y que su pretendido mensaje llegue al amplio público que verá la película. El gran problema es que pronto todo resulta demasiado previsible, prefabricado y aburrido.  

La historia de una Barbie con rasgos humanos en busca de su identidad que finalmente encabezará la lucha feminista contra el patriarcado acaba por desesperarme, se me hace pesada y al final ya nada me sorprende. Esa baza feminista e inclusiva (no dudo que bienintencionada por parte de sus guionistas, Gerwing y Baumbach) resulta demasiado calculada, oportunista y superficial, repleta de clichés e ideas facilonas, sin margen para el matiz ni la complejidad. El mensaje llegará a los millones de espectadores que tendrá la película (lo cual no significa que quede ni que tenga ningún efecto en ellos), pero sin complicarse demasiado, sin hacer mucha sangre (o ninguna), con ciertos aires de sermón y en una versión edulcorada, simplona y complaciente. También resulta curioso que en ese mundo tan diverso que es Barbieland haya Barbie negra, gorda, discapacitada, trans o con el pelo rapado, pero que todos los Ken parezcan salidos del gimnasio. 

En Barbie todo termina resultando agotador. Los números musicales y los diálogos pierden toda gracia, acartonados y sin ninguna emoción. Robbie trata de darle carácter a su personaje, pero sus búsquedas y su fondo resultan tan artificiosos e insustanciales como la película. Al final, lo único que se sostiene es su lograda escenografía, que, de tan cargante que resulta el resto, también acaba pasando a un segundo plano. 

Me hubiera gustado que la película sobre la muñeca creada por Ruth Handler me hubiera sorprendido y divertido, pero tristemente (tristemente para mí, que empecé a desesperarme cuando aún faltaba casi una hora para que terminara), no fue así. Barbie no me dejó ninguna imagen memorable, y aunque me consta que está gustando bastante (esto solo es una opinión personal) tengo la sensación de que muchos de sus espectadores también la olvidarán pronto, que nada quedará en ellos de su “importante y necesario” mensaje, que lo realmente importante de películas como esta (importante para sus promotores), lo que arrastra masas y mueve el dinero, es todo el ruido y el humo que las rodea. 

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