ambas trabajan en el reparto de los principales cargos a la espera de incorporar a lluís gandia

Barrachina y Ballester negocian ya la letra pequeña del acuerdo en el PPCS "sin vencedores ni vencidos"

8/04/2021 - 

CASTELLÓ. El empeño de Génova por propiciar un pacto de integración entre Marta Barrachina, Carmina Ballester y Lluís Gandia empieza a variar el rumbo de los acontecimientos en el PP de Castellón con vistas a su XV Congreso Provincial, programado para el próximo 8 de mayo. Si hasta hace unos días todo hacía indicar que la presidencia provincial se resolvería en unas primarias, ahora la posibilidad de consensuar una candidatura única parece la alternativa más plausible ante la necesidad de trasladar a la opinión pública un mensaje de "unidad, sin vencedores ni vencidos", según fuentes del Partido Popular.

De hecho, las dos primeras negocian ya la letra pequeña de su acuerdo tras retirar la segunda, alcaldesa de Onda, su precandidatura este miércoles para "sumar fuerzas" con la primera munícipe de Vall d'Alba. Aunque las conversaciones se encuentran en una fase embrionaria, ya que cada equipo todavía debe designar sus interlocutores definitivos, lo cierto es que existe aquiescencia respecto a qué criterio ha de primar en la negociación: la equidad. Al menos, en lo que se refiere al reparto de los cargos orgánicos más importantes dentro del Comité Ejecutivo y la Junta Directiva Provincial.

Si Barrachina se postula como la presidenta del PPCS, Ballester se vislumbra como la nueva secretaria general (o alguien de su entorno). Fuentes populares señalan que ese orden tiene que prevalecer con la designación del resto de puestos de responsabilidad, desde la portavocía provincial, pasando por el coordinador general, hasta llegar a las cuatro vicesecretarías.

En este encaje de bolillos está por ver qué papel jugará Gandia en el caso de que al final renuncie a seguir adelante con sus aspiraciones al objeto de privilegiar esa unificación. Por el momento, el Comité Organizador del Congreso (COC) proclamó este miércoles su candidatura y la de la alcaldesa de Vall d'Alba al superar el trámite de los 75 firmas.

"Nadie me ha llamado, aunque indirectamente sí que ha habido contactos. Estoy abierto a hablar para llegar a un acuerdo. Si lo hacemos, bien; si no, serán los afiliados los que decidan", sostiene el vinarocense, que no descarta nada en los próximos días. "Nos presentamos porque es importante modernizar el modelo de partido, descentralizándolo para apostar por una línea coral, que no sea presidencialista y en la que los portavoces y concejales tengan voz, no solo los alcaldes", agrega. Así, admite que "mi proyecto no se presenta para ganar, sino para plantear otra forma de hacer política en el PP".

No obstante, y como consecuencia del nuevo escenario, Gandia reconoce que "no estoy para perder el tiempo", en alusión a una hipotética derrota en la primera votación del 19 de abril, en la que participarán los afiliados. Con el pacto Barrachina-Ballester, hay una gran probabilidad de que en ese plebiscito la lista de ambas gane con más del 50% de los sufragios y por una diferencia superior a los 15 puntos, lo que eliminaría a Gandia del proceso congresual, sin opción de acudir a la segunda vuelta del 8 de mayo, en la que decidirán los compromisarios.

El protagonismo de históricos

A nadie se le escapa que tanto la alcaldesa de Vall d'Alba como la munícipe de Onda acaparan buena parte de los apoyos de la afiliación en la provincia. Barrachina, con la anuencia de Madrid, posee el respaldo de históricos del PPCS como Vicent Aparici, Carlos Fabra o Alberto Fabra, que además se prestan a hacer campaña con el propósito de convencer a aquellos militantes que aún siguen dudosos. Ballester, por su parte, aglutina la corriente de simpatizantes del segorbino Miguel Barrachina y Javier Moliner, lo que significa el aval de varias agrupaciones de municipios de más de 20.000 habitantes. Este panorama deja al citado Gandia en una clara situación de inferioridad. 

Todos estos movimientos internos, en realidad, trascienden del ámbito competencial del PPCS. En clave autonómica, la pretensión de Génova de auspiciar una candidatura de regeneración en la provincia supone órdago para la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, decidida a presentarse a la reelección para conservar su cuota de poder en la Comunitat. Sin el soporte de su principal valedor en Castellón (el mentado Miguel Barrachina), la balanza se podría inclinar hacia otro lado a medida que se vaya aproximando el cónclave regional.

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