CASTELLÓ. (EP). El castellonense Joan Barreda (Honda) firmó la única victoria nacional de este año y llegó a soñar con el podio final, pero acabó pesando demasiado su lastre de la cuarta etapa, cuando perdió 17 minutos. En esta última etapa, el piloto finalmente ha quedado en séptima posición, el tercer Top 10 de su carrera, por lo que el quinto puesto de 2017 sigue siendo su mejor resultado.
La victoria se la ha llevado Carlos Sainz (Mini), que ha conquistado el Rally Dakar por tercera vez en su carrera tras la disputa este viernes de la última etapa, una especial de 167 kilómetros cronometrados entre Haradh y Qiddiya, mientras que el estadounidense Ricky Brabec (Honda) ha ganado su primer título en motos.
Tras proclamarse campeón en 2010 y 2018, Sainz, siempre con su copiloto Lucas Cruz, redondeó su triplete controlando a la perfección la última jornada, que afrontaba con diez minutos de ventaja sobre Stéphane Peterhansel (Mini) y Nasser Al-Attiyah (Toyota), y confirmando que ha sido el mejor en esta primera edición del rally en Arabia Saudí.
A sus 57 años, el doble campeón mundial de WRC (1990 y 1992) sigue ampliando su enorme palmarés y demostrando que ni la edad ni los éxitos están reñidos con la ambición. Su versatilidad también ha quedado demostrada de sobra, ya que ha ganado el Dakar con tres marcas diferentes: Volkswagen, Peugeot y ahora Mini.
Su tercer entorchado en el Dakar le deja a dos de Marc Coma, el español con más títulos (campeón de motos en 2006, 2009, 2011, 2014 y 2015), y le iguala con pilotos como Nasser Al-Attiyah (Toyota), que un año más ha sido su principal rival. Sainz ha disputado trece ediciones del Dakar, ha finalizado siete y ha ganado tres, aunque este año quizá ha sido cuando más control y regularidad ha exhibido.
Con cuatro etapas en su botín, se situó líder en la tercera etapa y ya no cedió su posición de privilegio pese a la enorme presión de dos especialistas como Al-Attiyah y Peterhansel, Monsieur Dakar, el hombre de los 13 títulos. Ambos fueron demostraron su caballerosa deportividad al ser los primeros en subirlo a hombros en cuanto cruzó la meta.
Los dos aspirantes empezaban la última jornada a más de diez minutos del primer puesto y, si ya tenían pocas esperanzas, tampoco ayudó que la etapa se recortara a la mitad. Al-Attiyah por fin ganó su primera etapa, pero no pudo recortarle ni cuatro minutos al madrileño, que fue sexto y acabó con un tiempo total de 42 horas, 59 minutos y 17 segundos a lo largo de doce etapas. El árabe hizo 6:21 más y Peterhansel fue tercero a 9:58.
Por detrás, Fernando Alonso (Toyota) también se marcha más que satisfecho de Arabia Saudí. Mientras sigue esperando una buena oportunidad para volver a la Fórmula 1, el asturiano afrontaba su primera participación en el raid más duro del mundo casi a ciegas, pero su talento sobre cualquier vehículo y la ayuda de un experto como Marc Coma le han permitido acabar en decimotercera posición final.
Superada la 'novatada' de la segunda jornada, donde perdió más de dos horas y media por un accidente con una roca que hizo planear la posibilidad del abandono, Alonso fue mejorando día a día y se encontró mucho más cómodo sobre las dunas que marcaron la segunda semana de la carrera. Incluso llegó a soñar con el triunfo en la octava etapa, donde fue segundo a cuatro minutos del ganador Mathieu Serradori.
Tampoco le frenó su espectacular vuelco en la antepenúltima jornada, cuando dio dos vueltas de campana al despeñarse con una duna. Siguió rodando sin la luna delantera y acabó contento por vivir otra "aventura", la palabra que más se le ha oído decir estos días y que deja entrever nuevos intentos en el futuro.
Por contra, la cruz fue para Nani Roma (Borgward), segundo en 2019 y que este año ha vivido un calvario para finalizar vigésimo tercero a casi siete horas de Sainz, y para Isidre Esteve (Repsol Rally Team), que por primera vez en sus cinco ediciones con un coche adaptado tuvo que abandonar.
Por su parte, Óscar Fuertes (26º, Ssangyong), Jesús Calleja (34º, Toyota), Cristina Gutiérrez (45ª, Mitsubishi) y Joan Fonta (56º, Toyota) también lograron completaron la odisea saudí, con mención especial para la burgalesa, que ha finalizado sus cuatro participaciones.
Si Sainz fue un líder muy sólido en coches, Ricky Brabec ejerció ese mismo rol en la categoría de motos, colocándose al frente de la clasificación en la tercera jornada y manejando en todo momento una ventaja aún más amplia para conquistar el primer Dakar de su carrera y el primero para su marca desde 1989.
En sus cuatro participaciones anteriores, el norteamericano tan solo había conseguido acabar una -noveno en 2016-, pero esta vez demostró que llegaba con la lección aprendida para hacer buenas las palabras que pronunció justo antes del Dakar: "Sé que voy a ganar pronto".
Dos triunfos de etapa le bastaron para manejar ventajas siempre por encima de los 20 minutos respecto a sus rivales, que se vieron impotentes para inquietarle. Finalmente, Brabec le sacó 16 al chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna) y 24 al australiano Toby Price (KTM), que cedió su corona.
Un total de 12 españoles acabaron sobre las dos ruedas y por décimo año la campeona en categoría femenina fue Laia Sanz (GasGas). Diez finalizaciones en diez participaciones para la catalana y decimoctavo puesto en una edición amarga que ha criticado abiertamente por su peligrosidad y que se cobró una víctima mortal.
Paulo Gonçalves, que disputaba su decimotercer Dakar, sufrió un accidente en la séptima etapa y cuando llegó el helicóptero médico yacía inconsciente con parada respiratoria. El fallecimiento del piloto portugués fue la nota triste del primer Dakar en Arabia Saudí, donde la prueba se disputará al menos durante cuatro años más, según el acuerdo firmado entre el país y la empresa organizadora ASO.