VILA-REAL. Cerradas y finiquitadas las cuentas municipales de Vila-real para el próximo año; eso sí, si no hay una nueva sentencia urbanística que vuelva a trastocarlas. El equipo de gobierno ha dado finalmente por bueno el presupuesto de 2022 que, como hace unos días avanzara el alcalde, José Benlloch, ascenderá a 52.550.00 euros, de los que, tal como recuerdan este miércoles fuentes municipales a través de un comunicado, 870.000 euros corresponden al pago de las últimas sentencias urbanísticas heredadas de la etapa del PP. El alcalde, que es también el máximo responsable de la concejalía de Hacienda, ha confirmado que, finalmente, si no se produce ningún imprevisto, el pleno para la aprobación de las cuentas del próximo año se convocará para el 11 de enero con el fin de que “los partidos de la oposición tengan tiempo suficiente para estudiar la propuesta y realizar aportaciones”.
Tal como detallan las mismas fuentes, el documento presupuestario que ha elaborado el equipo de gobierno tiene tres objetivos centrales: garantizar, mejorar y mantener los servicios municipales, incorporando los proyectos que aún no han podido ejecutarse por la ralentización que ha supuesto el virus; la reducción de la deuda municipal, que en este momento supera el 68%; y finalmente, asegurar que el Ayuntamiento esté preparado para seguir luchando contra el virus y sus efectos a nivel económico y social.
Según recuerda Benlloch, “en los últimos diez años -que corresponde a la etapa de alcaldía socialista- hemos ampliado la cartera de servicios que el Ayuntamiento presta a la ciudadanía, así como las instalaciones municipales”, recuerda el alcalde, quien cita como ejemplos la nueva piscina Aigua-salut o el nuevo polideportivo Joan Baptista Llorens. Para el dirigente socialista, garantizar estos servicios y mejorarlos es una de las prioridades de las cuentas de 2022, que incluyen el incremento en los gastos derivados del mantenimiento de instalaciones, la subida del precio de la luz y el gas y del tratamiento de residuos, o los nuevos contratos como la limpieza y recogida de residuos o el autobús urbano gratuito. Benlloch también apuesta por proyectos que el virus ha frenado, como la remodelación del albergue de la Virgen de Gracia, y otras actuaciones en tramitación como la apertura de viales en el antiguo almacén de Herarbo o la segunda fase de acondicionamiento del entorno de la estación, de manera que aquellas obras pendientes de 2021 se incorporarán a las nuevas cuentas.
Respecto a la reducción de la deuda, el alcalde ha explicado que en este momento el endeudamiento municipal supera el 68%, un porcentaje que se reducirá en más de diez puntos a final de 2022, quedando en un 57%. El motivo es que “únicamente vamos a endeudarnos en 870.000 euros para pagar las últimas sentencias del jardín de Jaume I y la avenida Francia, mientras que amortizaremos tres millones de euros”, señala el primer edil, quien incide en que “el nivel de deuda que tenemos en este momento es consecuencia del desastre del urbanismo del PP”.
Las cuentas del Ayuntamiento de Vila-real también pretenden que la ciudad “esté preparada para seguir combatiendo la covid y hacer frente a nuevas contingencias”. “La pandemia no ha acabado y es muy probable que tengamos que adoptar nuevas medidas para ayudar o incentivar a diferentes sectores económicos”, recalca Benlloch, y añade que “de momento ya hemos anunciado que algunas de las actuales medidas, como la exoneración de la tasa por las terrazas, continuarán en vigor”.
Así las cosas, tal como señalan las mismas fuentes, el presupuesto municipal alcanzará los 52,5 millones, de los que, como ya anunció el primer edil, más del 41% corresponde al capítulo de Personal (21.363.770 euros), incluyendo el incremento del 2% en la nómina de los empleados municipales aprobado por el Gobierno central. De los 1,5 millones del capítulo de inversiones, 870.000 euros son para el pago de las sentencias urbanísticas con cargo a un préstamo, mientras que “las pequeñas inversiones que hemos contemplado se financiarán con recursos ordinarios”. El presupuesto “únicamente crece en un 2% respecto al de 2021, la cantidad que destinamos a seguir pagando empastres del PP”. “Estas cuentas demuestran que las subida del IBI un 5%, con arreglo al IPC, era necesaria porque mientras otras poblaciones como Almassora o l’Alcora tienen más de 1.600 euros por habitante, en Onda tienen más de 1.300 euros, en Vila-real apenas tenemos 1.000 euros de presupuesto por habitante”, concluye el alcalde.
La aprobación del presupuesto está prevista para el 11 de enero de manera que “los partidos de la oposición tendrán tiempo de estudiar y analizar el documento” y además porque en esta recta final de año hay otros asuntos urgentes que requieren de mayor prioridad y a los que los diferentes departamentos municipales están dedicando muchos esfuerzos, algo que les agradezco de manera especial”.