CASTELLÓ. La reciente culminación de los trabajos de restauración del pavimento, de los forjados de madera y de los elementos cerámicos de la segunda planta de la antigua vivienda decimonónica de Pascual Meneu abre, a partir de ahora, un mundo de posibilidades al Ayuntamiento de Betxí para explotar el Palau Castell desde el prisma turístico y municipal.
Alfred Remolar, que gestionó como alcalde todo el proceso de recuperación y hoy es concejal de Obras Públicas de la localidad, explica que ya se han celebrado en el interior del edificio visitas guiadas, bodas, actuaciones musicales de pequeño formato, presentaciones de libros, actos infantiles, la Feria del Comercio, la Feria Medieval e, incluso, mítines políticos.
Para albergar este tipo de actividades, el consistorio aprobó en mayo el cambio de calificación del Palau a un uso educativo, cultural e institucional. Esto ha permitido también dedicar la segunda planta de la casa decimonónica de Pascual Meneu a dependencias administrativas municipales. Los funcionarios se trasladaron a mediados de mayo tras invertir el consistorio 95.753 euros en la compra del mobiliario.
El consistorio pretende aprovechar el atractivo de su emblemático edificio medieval con trazos renacentistas para atraer visitantes a la localidad, además de los atractivos de la Romeria de Sant Antoni y la Transbetxí, aunque tiene el lastre de la falta de alojamientos.
La fase 5.2, última de la restauración del céntrico edificio que ejecutó la empresa Estudio Método de la Restauración a cambio de 407.768 euros, culminó a principios de verano, diez años después de que arrancaran los primeros trabajos, con el desmontaje de todos los elementos impropios del claustro y la recuperación del forjado del patio clásico.
En 2014 se colocó un pavimento de barro cocido en el suelo del patio, se restauró la portada renacentista del acceso principal al Palau y se consolidaron los tres muros perimetrales del claustro que quedan en pie hasta que la falta de dinero obligó a detener los trabajos. También se remodeló la plaza Major, con un uso más peatonal. En 2016 se ejecutó la segunda fase de la restauración del edificio para recuperar su planta baja y abrirla al público.
Entre los años 2017 y 2019 se realizaron al unísono las siguientes tres fases del proyecto: la restauración de la fachada y de la planta baja de la vivienda de Pascual Meneu, los trabajos para evitar el vuelco de la bóveda de cañón del edificio y la recuperación de la primera planta de la vivienda decimonónica, respectivamente. Estos trabajos enlazaron con la recuperación del antiguo teatro liceo para actividades culturales, que culminó en 2021.
El año pasado fue el turno de la recuperación de la portada renacentista y del balcón de la fachada, que estaban en un pésimo estado de conservación. También se completó la restauración del claustro renacentista con la limpieza de la piedra y la reparación de la cornisa. La empresa Estudio Método de la Restauración culminó estos trabajos por 180.000 euros, aunque el Ayuntamiento se vio obligado a inyectar otros 85.482 euros adicionales para cubrir el encarecimiento de las obras en el claustro.
A esa cantidad hay que sumar los 118.459 euros que ingresó el año pasado la empresa Estudios, Asesoría y Obras por las obras de peatonalización de la calle Mossén Manuel Belaire. Los trabajos, sufragados por la Conselleria de Vivienda, dieron continuidad a la remodelación de la plaza Major, de la plaza de la Iglesia y de la calle Major y consistieron en la sustitución del pavimento por el actual adoquín de color terroso.
El Ayuntamiento compró el Palau en 2002 a los herederos de Pascual Meneu. La recuperación del edificio histórico, que había permanecido cerrado durante 40 años, fue una de las prioridades que se marcó Alfred Remolar cuando accedió a la alcaldía en 2011. El munícipe supo jugar muy bien sus cartas ante la Diputación, la Generalitat, el Gobierno de España y la Unión Europea. Según recuerda, la llegada de subvenciones "ha permitido cubrir el 82% del coste económico" de las cinco fases del proyecto de rehabilitación, cercano a los 4 millones de euros.
Ahora, el consistorio ha licitado un último contrato de 138.372 euros para mejorar la accesibilidad de la primera, segunda y tercera planta de la zona gótica del Palau, en la parte norte del edificio. La idea municipal es simultanear las tareas administrativas del Ayuntamiento con otros usos socioculturales. El contrato también incluye un análisis del estado de conservación de las dos viviendas municipales situadas en el edificio residencial anexo al Palau, recayente a la plaza Major, que fue construido en la década de 1970. El Ayuntamiento pretende reformar esos dos pisos y utilizarlos también para fines administrativos.
Completada la rehabilitación del Palau y con las dependencias ya a pleno rendimiento, el consistorio da ahora los primeros pasos para proteger y recuperar la antigua Bassa Seca, un estanque romano situado cerca de la Muntanyeta de Sant Antoni. El ejecutivo que encabezaba Remolar invirtió 20.600 euros en la compra del terreno rústico a finales de 2021. La intención municipal es pedir a la Generalitat que lo proteja como Bien de Interés Cultural (BIC) y rehabilitarlo como zona de ocio.
El antiguo depósito romano embalsaba el agua que procedía del río Millars y del río Seco para distribuirla en el antiguo poblado que había en la falda de la Muntanyeta donde se ubica la ermita de Sant Antoni. El espacio está ahora muy deteriorado y ya se ha perdido un muro. El consistorio de Betxí pretende redactar un plan director e impulsar una primera fase de catas arqueológicas para aflorar los restos romanos que hay en la zona.