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comercio de emisiones para el periodo 2021-2030

Bruselas mete a las fritas y esmaltes cerámicos en su 'lista de carbono' y ahorra al sector 112 millones

9/07/2019 - 

CASTELLÓ. La Comisión Europea ha incluido al sector de las fritas y los esmaltes cerámicos en la lista de Fuga de Carbono para el periodo 2021-2030, al igual que lo hiciera con la industria de las baldosas cerámicas. Este reconocimiento permitirá a las empresas españolas de este sector -que se concentran prácticamente en su totalidad en la provincia de Castellón- ahorrarse en torno a 112 millones de euros. Es la cifra que, considerando un precio de 30 euros/tonelada de CO2, se estima habría costado la compra de derechos de emisión durante esos diez años a la totalidad del sector, según los cálculos que maneja la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc). Esta decisión comunitaria supone renovar el estatus del que las fritas han gozado en períodos anteriores, desde que comenzara a funcionar en la Unión Europea el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), cuyo fin es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2).

Según salió publicado recientemente en el Diario Oficial de la Unión Europea, las fritas y esmaltes cerámicos han sido reconocidas nuevamente por la Comisión Europea como sector incluido dentro de esta lista de Fuga de Carbono para este próximo decenio. El logro, según ha explicado Anffecc a través de un comunicado,  ha sido fruto de un arduo trabajo por parte de esta asociación, desarrollado a lo largo de el año 2018 y cuyo resultado ha sido finalmente aprobado en 2019. Para dar curso a esta nueva regulación, las empresas han presentado ya la nueva documentación requerida por el Ministerio al efecto, y en estos momentos el sector está a la espera de que la UE emita nueva normativa para el desarrollo de este plan, con el fin de tener una idea clara sobre cuál será la cantidad total de derechos de emisión concedidos y las condiciones de esta próxima etapa.

Para que las gestiones hayan llegado a buen puerto, Anffecc ha trabajado en este proyecto durante meses junto a los técnicos de las empresas, consultoría especializada, el Ministerio y la Comisión Europea, con el fin de elaborar un informe específico relativo a las particularidades de este sector, muy concentrado en España y con unas características muy concretas, para renovar su condición de ‘fuga de carbono’ ya que, dada la especificidad del producto, ésta no se producía de forma automática.  Según explica el presidente de la asociación, Joaquín Font de Mora, “conseguirlo en esta ocasión ha supuesto un trabajo muy importante por parte de Anffecc, pues somos un sector muy especializado y pequeño en Europa y había que demostrar que cumplimos con creces los requisitos cada vez más exigentes que solicita la Unión Europea”.  

El comunicado emitido por la asociación destaca que, pese a que las fritas y esmaltes españolas siguen siendo líderes mundiales por su calidad e innovación, poder contar con derechos de emisión gratuitos es importante pues la competencia en países emergentes está al alza. Así, se recuerda que en estos países los costes de energía y mano de obra son mucho más bajos, y además en ellos no hay obligación de implementar medidas de protección medioambiental.

La compra de derechos es obligada si hay excesos

Esto no implica, no obstante, que la industria no deba hacer un esfuerzo, según se entiende desde el sector ya que el cálculo para la concesión de derechos es cada vez más restrictivo, y a ello hay que sumar el desconocimiento de las particularidades del nuevo plan, cuyos borradores se están siguiendo de cerca, o la posible imposición de un coeficiente corrector que paulatinamente vaya reduciendo derechos concedidos año a año, como ha sucedido en otros períodos.

Así, aunque la clasificación conseguida es muy importante, no exime a las empresas de verse obligadas a comprar derechos en el caso de que algún año se excedieran en sus emisiones con respecto a las concedidas. Por ello, afirma Font de Mora “es muy importante continuar realizando inversiones en eficiencia energética, con el fin de ir reduciendo paulatinamente las emisiones”. En este sentido, destaca que, como así ha reconocido tanto Ministerio como Conselleria, desde que comenzó el sistema en el año 2005, “el sector siempre ha ido reduciendo el ratio de emisiones por tonelada de frita producida, no solo de CO2 sino también de muchos otros contaminantes, en una apuesta consciente por la protección de la salud y el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático”.

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