CASTELLÓ (EFE). Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón ha presentado este miércoles su memoria de 2020, un año en el que han atendido a 16.815 personas, un 16 % más que en 2019, y en el que se ha constatado que "la pandemia ha agudizado la pobreza y vulnerabilidad de los colectivos sociales que ya estaban marginados".
Según han informado fuentes de Cáritas, la pandemia "ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos". Desde la organización han señalado que "frente a la cara negativa del virus, que se contagia y propaga causando muerte, dolor, pobreza..., surge la cara positiva de la solidaridad (fraternidad) que hace ver que tenemos capacidad de ayudar con simples y pequeños gestos".
Esta "fraternidad" es la que ha llevado a la entidad a atender y acompañar a 16.815 participantes (un 16 % más que el pasado año) y a trabajar con 26.432 personas beneficiarias (un 3,5 % más).
Desde Cáritas han indicado que la crisis sanitaria por la covid "ha agudizado la pobreza y la vulnerabilidad de los colectivos sociales que ya estaban marginados, y sus consecuencias, sobre todo en el empleo, han hecho que personas en situación normalizada hayan tenido que recurrir a Cáritas", aunque en el lado positivo han destacado "la ola de solidaridad, con personas dispuestas a ayudar personal y económicamente".
Así, la entidad ha adaptado su labor con iniciativas "novedosas e imaginarias" como la de "Entidades con corazón" que lanzó la campaña #LaCaridadNoCierra-#CadaGestoCuenta y contactó con 600 empresas y entidades cuyas donaciones sumaron 170.464,64 euros, 63.827,67 euros en especie, o el especial acompañamiento y apoyo en la realización de trámites telemático.
El coronavirus afectó especialmente a personas sin hogar para quienes se habilitó un nuevo albergue provisional con 45 camas en el polideportivo Castalia que dio cobijo a 112 personas sin hogar. Hubo 3.240 pernoctaciones y se sirvieron 9.550 comidas.
El desafío planteado ha llevado a Cáritas Diocesana a dedicar el 90 % de sus recursos a los proyectos de Acogida y Acompañamiento, para atender las necesidades básicas y de promoción de una población golpeada por la pandemia y evitar que las personas vulnerables y en riesgo de exclusión "quedaran aún más al margen de la sociedad".
En la respuesta a las necesidades de la pandemia han jugado un papel decisivo las personas voluntarias que han aumentado un 10,5% con 97 nuevas incorporaciones.
El obispo de la Diócesis de Castellón, Casimiro López, se ha referido a la creación del Fondo Diocesano ante lal Covid-19, destinado a prestar ayuda a las Cáritas parroquiales, arciprestales o interparroquiales que no puedan cubrir con fondos propios las peticiones de personas o familias necesitadas (alimentos, suministros, vivienda, medicamentos...). El total de asignaciones en el año 2020 fue de 68.913,45 euros y se atendieron las solicitudes de 195 familias.
El 60 % de las asignaciones fue para pago de alquileres y suministros, por un total de 41.072,42 euros.