Fotos: Antonio Pradas
CASTELLÓ. La Asociación Española de Técnicos Cerámicos (ATC) ha hecho entrega este viernes de su Insignia de Oro, que es su máxima condecoración a dos relevantes personalidades de la industria cerámica castellonense como son María José Cabrera, actual directora del departamento de I+D+i de Vidres, y a Carlos Cabrera, director general de la azulejera Ceracasa y heredero de una larga tradición familiar en la industria cerámica que ha hecho historia en la provincia y, de manera muy especial, en la localidad de l’Alcora.
El acto oficial de entrega de las insignias de ATC ha tenido lugar en la cena que ha servido para clausurar el XVI Congreso Internacional del Técnico Cerámico que, además, ha servido para hacer un balance de la actividad llevada a cabo por la entidad en los últimos 12 meses.
Según ha explicado el presidente de ATC, Juan José Montoro, "con la entrega de nuestra Insignia de Oro queremos reconocer de manera pública y oficial el gran trabajo que tanto María José Cabrera como Carlos Cabrera han realizado, a lo largo de sus trayectorias profesionales, en beneficio de la industria cerámica española. Se trata de dos profesionales que, cada uno de ellos desde sus distintos campos de acción, han ayudado a mejorar a nuestro sector", explica el representante del colectivo que agrupa a los técnicos cerámicos españoles, quien añade que el trabajo de ambos “no solo ha beneficiado a sus respectivas empresas, sino al sector cerámico de manera general”.
María José Cabrera, tal como recuerdan fuentes de la ATC, es licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Valencia, trabajó en el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) durante un periodo de 6 años, y 1998 se incorporó a la empresa Vidres donde, en la actualidad es responsable del departamento de I+D+i coordinando desde dicho departamento los proyectos de investigación e innovación que desarrolla la empresa, algunos de los cuales han sido reconocidos por la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio con los premios Alfa de Oro en las ediciones 2006, 2008, 2010, 2012 y 2016.
Carlos Cabrera, por su parte, es un nombre imprescindible en la historia del clúster cerámico castellonense. Se puso al frente de Ceracasa en 1984 y con su trabajo ha logrado convertir la empresa familiar en un claro referente de la calidad y la innovación cerámica al ser pionera en España en la fabricación de gres porcelánico y piezas grandes formatos, así como por el desarrollo de proyectos tan ambiciosos como Bionictile o Emotile, ambos premiado con un Alfa de Oro.