CASTELLÓ. La eficiencia energética se ha convertido en un eje transversal presente en la mayoría de las actuaciones que desde hace cuatro años materializa Castelló con inversión europea. Proyectos que miran también a la ampliación de espacios verdes y la reducción del tráfico rodado como reguladores térmicos para perfilar un entorno urbano más resiliente a los efectos del cambio climático, como la ola de calor de este verano.
Trece proyectos de sello europeo, con una inversión total que roza los 37 millones de euros, contribuyen a la protección ambiental y a paliar las altas temperaturas. El impacto positivo sobre la ciudadanía de estas actuaciones encaja con algunas de las acciones recomendadas por la ONU en el manual Beating the Heat: A Sustainable Cooling Handbook for Cities presentado durante la Cumbre del Clima de Glasgow en 2021, para una refrigeración urbana sostenible y equitativa que reduzca las emisiones y aumente la resistencia al calor. La creación de zonas verdes, el control del tráfico rodado y de los sistemas de iluminación figuran en este listado, y saltan también al espacio urbano castellonense.
Así, la renovación integral de la red de alumbrado urbano de Castelló por tecnología LED, con la consiguiente reducción de emisiones y de contaminación lumínica, se une a otras acciones para combatir el estrés térmico. La ampliación de zonas verdes como la ligada a la remodelación de la avenida Lidón o las actuaciones que buscan pacificar el tráfico rodado y fomentar los medios de transportes blandos "son ejemplos de esta apuesta por un modelo de ciudad que busca el equilibrio entre la calidad de vida y el respeto por el entorno", destaca la alcaldesa, Amparo Marco.
Tomando como referencia la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), que proyecta 20,2 millones de euros en proyectos de impacto social, ambiental y tecnológico, el 33,5% del total (6,7 millones de euros) van dirigidos a materializar actuaciones que buscan conservar y proteger el medio ambiente y promover la eficiencia de los recursos, y el 23% (4,6 millones de euros) tiene como objetivo favorecer la transición hacia una economía baja en carbono en todos los sectores.
Así, más de la mitad de los proyectos cofinanciados por FEDER, el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, en el marco de EDUSI (11,3 millones de euros) contribuyen a paliar el impacto del cambio climático y a proteger el planeta. Además, otras de las actuaciones con inversión del FEDER (remodelación integral de la avenida Lidón y del Camí la Ratlla) y de los fondos Next Generation (Zona de Bajas Emisiones) se unen a esta acción global contra la deriva climática.
"En un contexto de emergencia climática como el que vivimos, este tipo de intervenciones urbanas con perfil sostenible y de gestión responsable de los recursos que estamos llevando a cabo junto a Europa son grandes aliadas contra el calentamiento global", asegura Marco.
La actuación que lidera la apuesta por la eficiencia energética es la transformación integral del alumbrado urbano con la implementación de la tecnología LED. Se han cambiado 25.500 puntos de luz a través de sendos proyectos cofinanciados por FEDER (el 10% en el marco de EDUSI y el 90% a través del IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) que liberarán a la atmósfera de 7.500 toneladas de dióxido de carbono y reducirán notablemente la contaminación lumínica. El cambio es además inteligente, eficiente y económico: las nuevas luces duran más del doble que sus predecesoras de vapor de sodio, reducen el consumo energético en 14,3 Gwh e implicarán un ahorro en el coste.
"Con 10,5 millones de euros de presupuesto, esta renovación del alumbrado urbano tiene un impacto positivo en la salud, el planeta y el consumo", ha indicado la alcaldesa.
Precisamente esta renovación de la red lumínica municipal se integra en un proyecto de eficiencia energética más amplio que ha renovado la flota municipal con vehículos eléctricos, junto a la instalación de energía fotovoltaica en instalaciones deportivas y de surtidores eléctricos en varios puntos de la ciudad.
Medidas para mejorar la sostenibilidad son también los que incluyen otras operaciones de sello europeo como la mejora peatonal y ciclista de la avenida Lidón, con 3,3 millones de euros de presupuesto. Con ella, Castelló ganará una superficie verde de 1.800 metros cuadrados anexa a los 36.000 metros del parque Rafalafena, creando un amplio espacio ajardinado abierto a la ciudadanía. Además, con su rediseño el vial incorporará un sistema de drenaje sostenible y sumará más arbolado y biodiversidad (de 419 a 734 ejemplares), además de ampliar la superficie verde en más de 4.587 metros cuadrados mediante la plantación de arbustos.
La actuación contribuirá de forma notable a reducir la huella de carbono al descender el tráfico pesado. Se estima en casi un 40% la caída global de emisiones de gases de efecto invernadero en todo el vial, un porcentaje que rebasaría el 80% en algunos tramos.
Su carril bici de 1,5 kilómetros entre el centro urbano y la basílica fomenta la movilidad sostenible, como los más de 7 nuevos kilómetros de carriles bici que se han materializado en los últimos años de la mano del FEDER: los de avenida Casalduch, Ciudad del Transporte, Gran Vía o Pascual Asensi; los 3,3 kilómetros de vía ciclopeatonal del renovado Camí La Plana; o el que incorpora el nuevo Camí la Ratlla, que abrirá en escasas semanas.
La pacificación del tráfico rodado es lo que persigue la remodelación de la plaza de la Paz o la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. Esta última actuación está financiada a través del Plan de Recuperación y Resiliencia Next Generation y contempla la ampliación de las áreas peatonales y más carriles bici. La previsión es dejar que solo circulen 10.060 vehículos (de los más de 50.000 actuales) por esta supermanzana de 745.000 metros cuadrados para rebajar la contaminación por encima de un 80,50% y aminorar también la saturación acústica.