CASTELLÓ. Pensaba Birgit Weiss que aunque vivir en una ciudad tan pequeña como Castelló no es una milla de oro para trabajar como guía turística, sí guarda esta muchas historias y peculiaridades que son dignas de contar. Austriaca de nacimiento, pero desde hace 18 años instalada en la capital de la Plana, Birgit Weiss empezó hace cuatro meses a organizar itinerarios para conocer mejor la ciudad. Rutas que para nada son lo que una podría encontrar en una búsqueda rápida en Google. "No voy a enseñarte la ciudad en tres horas. Lo que propongo seguramente no le interesante a alguien que viene a ver la ciudad rápido".
En efecto, si algo ha provocado la pandemia, y más en una ciudad pequeña como Castelló, es que el turista extranjero ha dejado de ser el centro de atención. Ahora, los guías están esforzándose por ganarse a sus vecinos. Un público más local que, sin embargo, no conoce tanto como creería el lugar que habita.
"Me formé como guía turística en Austria y hace alrededor de un año que me reconocieron el título en la Generalitat. Entonces pensaba que me dedicaría a hacer rutas en alemán o inglés. Pero, con el covid, no hay mucho turismo en la ciudad y por eso empecé a desarrollar un pequeño programa de rutas con una perspectiva más contemporánea y hechas en español", explica Weiss, quien lleva con esta aventura desde septiembre.
En su último itinerario, lo que se proponía, por ejemplo, era mirar Castelló desde sus edificios más altos. Quién podría imaginar que daría para tanto la skyline de la ciudad, pero Weiss fue capaz de trazar un recorrido por los grandes proyectos urbanísticos de la Plana, tanto los edificios que se han realizado como los no implementados. El Capitolio, en la calle Asensi, de 25 plantas, y el Edificio de Castalia, en la calle Herrero, de 23, son las fincas más altas. "Fue divertido y la respuesta de la gente fue muy buena. Hay quien sabe mucho de historia pero les gusta conocer otras perspectivas de la ciudad".
Así, otros temas que ha tratado la profesional en sus visitas es la relación de la ciudad con el agua, como parte esencial de nuestras vidas y también del espacio urbano. "La necesitamos para beber, cocinar, lavar y mucho más. Abrimos el grifo y ahí está. En la ciudad, el agua a veces nos molesta cuando llueve o cuando el sistema de alcantarillado apesta. Pero también, disfrutamos de las numerosas fuentes que hay ahora en Castelló", recalca la vienesa que ideó un recorrido basándose en la lluvia, el agua potable, el alcantarillado y el riego. "Mirábamos de dónde viene el agua y la relación que tiene con la ciudad".
En octubre, la ruta se centró en aquellas expresiones artísticas con las que nos podemos topar por la ciudad sin entrar en un museo. Esculturas, pinturas, fuentes y más instalaciones que habitan en el espacio. Y un mes después, fue la música la escogida. Santa Cecilia, como patrona de los músicos, guiaba esta ruta en la que se buscaba cualquier rastro de música por Castelló. Desde dónde se forman los estudiantes de música, hasta dónde se puede contemplar música en la actualidad y dónde se hacía en el pasado.
"Creo que como tengo la ventaja de ver la ciudad desde fuera, porque no llevo aquí toda la vida, se me ocurren temas que aquí no son convencionales. En mis itinerarios también nos topamos con la historia, porque esta es importante para conocer la ciudad, pero lo abordo de una manera más fresca", expone Weiss. Antes del proyecto que ha lanzado, 'Smart Guides Castelló', ya intentó explicar el territorio de manera diferente con una ruta llamada 'La cara B de Castelló'. La 'b' venía a referirse a su belleza. "Siempre se dice que la ciudad es fea y hay muchos elementos que son para lucirlos y para desarrollar un poco de orgullo propio. No todo es feo, pobre o pequeño. También hay arquitectura y arte en la calle".
Con todo, para Birgit lo más importante es que sus visitas no se confundan con las de un "audiolibro". Todavía se cree que un guía turístico se limita a reproducir de manera automática un texto memorizado, pero las visitas, además de ser narradas, piden el feedback del cliente. "Ahora mismo no se puede vivir del turismo. Mi principal negocio es una academia de idiomas. Por eso, para mí las rutas cobran otro significado. Las hago porque sé que hay quien busca cosas diferentes de la ciudad y es mucha la gente de Castellón que no conoce nada la provincia".
Aunque organizar rutas se ha vuelto de nuevo complicado por la variante Ómicron, Birgit ya planea los siguientes trayectos. El 30 de enero se volverá a ofrecer una ruta de arte al aire libre y el 13 y 17 de febrero el público tendrá otras dos oportunidades de descubrir las diferentes alturas de la ciudad a través de un itinerario por los edificios más elevados de Castelló. Mientras tanto, marzo estrenará nueva ruta, dedicada esta vez a las mujeres. "Nos dedicaremos a seguir los rastros femeninos de nuestra ciudad. Por ejemplo, exploraremos las historias de las mujeres detrás de los nombres de las calles y hablaremos de otras mujeres ilustres de Castelló", avanza la profesional. Estos encuentros están previstos para el día 6 y 13, aunque cabe la posibilidad de concertar otras fechas.
Por otra parte, también le gustaría a Weiss implicar a artistas locales en futuros encuentros. "Depende de la implicación que ellos quieran tener, pero también sería interesante", puntualiza la profesional, quien asegura que, por el momento, ya se está organizando algo para la Nit de l'Art de Castelló.