CASTELLÓ. Los balances diarios sobre el impacto de la covid-19 en la población castellonense han convertido esta penúltima semana de enero en la peor desde que estallara la pandemia, a tenor de los más de 3.000 contagios contabilizados, la treintena de muertes registradas y la situación hospitalaria que nota, como nunca lo ha hecho hasta ahora, el estrés asistencial que ha llevado a tener listo el hospital de campaña anexo al General de Castelló y derivar pacientes entre los diferentes centros sanitarios de la provincia.
Solo en estos pasados jueves y viernes se dieron más de la mitad de los casos registrados durante esta semana que termina, con récord continuado de contagios que rozaron el millar en la provincia, hasta alcanzar a finales de esta semana una incidencia acumulada por encima de los 700 casos por cada cien mil habitantes, casi cinco veces más de lo que la OMS considera niveles "soportables".
Los datos sitúan ya a enero, cuando aún falta más de una semana para que cierre, en el peor mes de la pandemia con 972 muertes en el conjunto de la Comunitat Valenciana, superando incluso a los 905 fallecimientos que se contabilizaron en el pasado mes de abril.
En cuanto al estrés asistencial, los datos tampoco son favorables ya que han parado de crecer a lo largo de esta semana hasta alcanzar ya este viernes los 381 los pacientes ingresados a causa de la covid en los diferentes hospitales de la provincia y otros 47 se encuentran en las Unidades de Cuidados Intensivos en un goteo continuo que cualquier recuento siempre resulta inferior al siguiente.