CASTELLÓ. La destrucción del paro parece ralentizarse en Castellón. Los 1.435 desempleados que se inscribieron el mes pasado en las listas del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) en la provincia no son una cifra exagerada. De hecho, en septiembre de 2016 se registró una persona más, 1.436. Pero sí es indicativo el hecho de que se va reduciendo la diferencia de personas que, respecto al año anterior, están inscritas en las oficinas del Sepe.
De esta manera, al cierre del noveno mes de este 2019, hay 39.384 personas buscando trabajo a través del Sepe en las comarcas castellonenses, tan solo 515 menos que en el mismo mes de 2018. Esta es, al cierre del noveno mes, la cifra más baja de los últimos años.
Y parecido sucede con la afiliación a la Seguridad Social, el verdadero indicador de la evolución del empleo (al menos el reglado) en la provincia. Las 3.708 personas que dejaron de trabajar en septiembre respecto a agosto es un dato en la línea de los años anteriores. De hecho, en 2018 la caída fue algo mayor: 3.969 personas.
Por aquel entonces había 5.051 personas más trabajando que un año antes. Ahora, aunque ha aumentado la cifra de cotizantes a la Seguridad Social (son 229.756, frente a los 225.720 de septiembre de 2018), la diferencia se reduce, y son solo 4.035 más las personas afiliadas.
Esto también parece indicar una ralentización en la creación de empleo. Con ello, parece difícil que se cumpla, hacia noviembre, la predicción del director provincial de la Seguridad Social, Bernardo Castelló, quien pronosticó que este otoño se alcanzarían los datos de afiliación previos a la crisis.