CASTELLÓN (EFE). El Ayuntamiento de Castellón ha reiterado su voluntad de retirar la Cruz del Parque Ribalta como último vestigio franquista en un espacio público de la ciudad ante el requerimiento del Ministerio de Justicia, aunque está a la espera de un informe preceptivo del secretario municipal para continuar con los trámites del derribo aprobado ya en sesión plenaria.
El consistorio se ha ratificado en esta intención después de que el Ministerio de Justicia haya instado a 656 ayuntamientos españoles a la retirada de símbolos franquistas, de los cuales 15 son de la Comunitat Valenciana y de éstos, 2 en la provincia de Castellón: la capital y Zucaina.
Desde el Ayuntamiento han asegurado que el equipo de gobierno municipal tiene la voluntad de retirar la Cruz del Ribalta, y para ello se presupuestaron 40.000 euros. El pleno aprobó la retirada de la Cruz y ahora el secretario municipal es el que tiene que elaborar un informe preceptivo para llevar a cabo el derribo.
Se cuenta ya con el proyecto para ejecutarlo y con el proyecto arbóreo que se instalará en el lugar del parque Ribalta que ahora ocupa la cruz, pero no hay plazos fijados para llevarlo a cabo.
En la ciudad de Castellón hay también algunos edificios de viviendas que cuentan con placas con el yugo y las flechas de la época franquista y el consistorio ya ha instado a las comunidades de propietarios a su retirada.
También en dos centros escolares y en la fachada de la Concatedral de Santa María hay placas franquistas, pero son competencia de la Conselleria -en el primer caso- y del Obispado -en el segundo.
Por otra parte, el alcalde de Zucaina, José María Ibáñez (PSPV-PSOE), ha explicado a Efe que el municipio cambió en 2010 los nombres de las tres calles conn nombres franquistas -Avenida Generalísimo, calle general Mola y calle Calvo Sotelo-.
Ibáñez ha agregado que ya han comunicado al Ministerio que en este pequeño pueblo de 160 habitantes no quedan vestigios de la época franquista.