VALÈNCIA. La gestión de la crisis sanitaria a la que se enfrenta medio mundo, España y también la Comunitat Valenciana exige decisiones por parte de los dirigentes políticos. En la Generalitat, se está apreciando un carácter netamente presidencialista a la hora de afrontarla, algo que se antoja lógico y especialmente esperable atendiendo a la personalidad del jefe del Consell, Ximo Puig, un responsable político al que le gusta tomar las riendas de las situaciones y ocuparse de hasta el más mínimo detalle ante cualquier escenario.
No es de extrañar, por tanto, que el presidente de la Generalitat decidiera este sábado -publicado en un DOCV con carácter urgente- la creación de la comisionada de la Presidencia para la coordinación de los suministros para afrontar esta crisis sanitaria.
Un puesto que recayó en la secretaria autonómica de Modelo Económico y Financiación, María José Mira, perteneciente a la Conselleria de Hacienda. Además, el resto de miembros designados para de este órgano fueron la secretaria autonómica de Economía Sostenible, en manos de la socialista Rebeca Torró; el subsecretario de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, David Fernández; la directora general de Diálogo Social, Zulima Pérez; y la directora general del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace), Júlia Company.
De todos ellos, esta última es la única dirigente situada a instancias de Compromís -todos los demás son vía PSPV- en esta comisión, que ha causado cierto malestar en la coalición valencianista al considerar que desde Presidencia trata de centralizar en torno a Puig todo el trabajo que venía haciéndose en el sector industrial valenciano para paliar la crisis derivada del coronavirus. Una circunstancia a la que algunos unen que la vicepresidenta del Consell y referente de Compromís, Mónica Oltra, no haya sido invitada a las distintas reuniones del gabinete de crisis que ha celebrado Puig.
En este sentido, el presidente de la Generalitat viene rodeándose de sus colaboradores de confianza en el Palau como el secretario autonómico de Presidencia, Andreu Ferrer, y el secretario autonómico de Promoción Institucional y Cohesión Territorial, Alfred Boix, además de repescar para estos difíciles momentos a su exjefe de Gabinete y conseller de Obras Públicas, Arcadi España.
Pero la imposición de este órgano para las compras no solo ha causado cierto malestar en Compromís. En Sanidad tampoco ha gustado que se les haya arrebatado la coordinación de las gestiones en este ámbito pasando a convertirse en actores secundarios con la irrupción de Mako Mira, cuya imposición llega de la mano del propio presidente de la Generalitat.