CASTELLÓ. Las clementinas, mandarinas y otros pequeños cítricos valencianos pelean también por su cuota en el mercado nacional, donde también ha ido en aumento la presión de las importaciones en las primeras semanas de campaña. La importación de pequeños cítricos procedentes de terceros países se ha disparado en este último mes de septiembre, coincidiendo con el inicio de la temporada en el hemisferio norte. Según los datos oficiales de comercio exterior, en septiembre de 2025 España importó 9.612 toneladas de clementinas, mandarinas y otros pequeños cítricos, más del doble que en el mismo mes del año anterior, cuando se registraron 4.756 toneladas. En valor, las compras se elevaron hasta los 12,2 millones de euros, un 89% más que los 6,47 millones contabilizados en septiembre de 2024.
Este incremento coincide con el inicio de la recolección en la Comunitat Valenciana, una fase especialmente delicada para la salida de los primeros lotes al mercado. Los operadores ya advirtieron de que los lineales europeos estaban saturados de fruta del hemisferio sur y que el arranque de campaña estaba siendo lento y complejo. Las cifras ahora confirman esa percepción.
La mayor parte del aumento responde a la fuerte presencia de Sudáfrica, que ha duplicado con creces sus envíos de pequeños cítricos a España en un solo año. En septiembre de 2025 llegaron 6.455 toneladas procedentes del país africano, frente a las 2.932 toneladas del mismo mes del ejercicio anterior. En términos económicos, el valor de estas importaciones pasó de 3,96 millones a 8,19 millones de euros, un incremento del 106%.
La cuota de Sudáfrica dentro del total de pequeños cítricos importados por España asciende así al 67%, consolidando su posición como actor dominante en un momento crucial para el mercado. La tendencia es coherente con la situación en el conjunto de la Unión Europea, donde el boletín reforzado de seguimiento del Ministerio de Agricultura ya alertaba de que en septiembre las importaciones de pequeños cítricos procedentes de Sudáfrica habían sido un 90% superiores a la media de los últimos cinco años, la cifra más alta desde que existen registros detallados.
La realidad de los datos muestra que los envíos sudafricanos se están concentrando cada vez más precisamente en los meses en los que los citricultores valencianos inician su recolección. No es un fenómeno nuevo: ya en 2023 se produjo una situación similar, y ese mismo octubre entraron en la UE cerca de 90.000 toneladas de cítricos sudafricanos.
El segundo proveedor de pequeños cítricos para España en septiembre fue Perú. El país andino también incrementó sus envíos, si bien en menor medida que Sudáfrica. En total, España adquirió 2.774 toneladas, un 76% más que las 1.571 toneladas registradas en septiembre de 2024. El valor económico ascendió a 3,65 millones de euros, frente a los 2,05 millones del año anterior.
El notable incremento de importaciones se produce en un contexto ya marcado por la sobreoferta de cítricos sudafricanos en Europa y por los altos precios en origen en España, consecuencia de una menor producción nacional en la presente campaña. La combinación de ambos factores ha ralentizado la salida de fruta española hacia los mercados europeos en la primera parte de la campaña, presionando las cotizaciones de las primeras variedades, especialmente la clemenules.
Los exportadores valencianos y castellonenses alertan de que la confluencia entre la llegada masiva de fruta del hemisferio sur y el arranque de la campaña en el hemisferio norte genera un “efecto embudo” que se ha agudizado este año. Los datos confirman que Sudáfrica no solo mantiene, sino que consolida y amplía su presencia en el mercado europeo y también en el español. La intensificación de sus envíos durante el tramo final de su campaña, coincidiendo con la entrada en producción del hemisferio norte, está ejerciendo una presión creciente sobre los productores españoles, que afrontan el inicio de la campaña en un entorno más competitivo y saturado.
El sector reclama medidas
El sector citrícola valenciano considera que esta dinámica erosiona la posición de salida de la fruta española y reclama un refuerzo de los controles fitosanitarios, mayores garantías en cumplimiento de los acuerdos comerciales y medidas que permitan equilibrar una competencia que, según denuncian, tiende a ser cada vez más agresiva.
En este sentido, la Unió Llauradora i Ramadera ha pedido a la Comisión Europea, a través del Ministerio de Agricultura, la implantación de un arancel del 15% a las mandarinas y otros pequeños cítricos importados desde Sudáfrica, aplicable a partir del 1 de septiembre y únicamente cuando las importaciones mensuales superen las 10.000 toneladas. La organización argumenta que esta medida es necesaria para proteger la producción europea y valenciana de variedades tempranas, cada vez más presionada por la creciente entrada de fruta sudafricana en los meses clave del inicio de campaña.
Desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación Económica en 2016, las importaciones de pequeños cítricos sudafricanos a la UE han aumentado de forma muy acusada: un 531% en septiembre y un 4.590% en octubre entre 2016 y 2025. Solo en el último año, septiembre registró un repunte del 39% y octubre del 10%. Esta escalada, según La Unió, provoca una distorsión del mercado, reducción de ingresos para los productores europeos y un impacto directo en el empleo agrícola, especialmente en recolección y confección.
La organización recuerda que estos productos no están incluidos en el acuerdo comercial con Sudáfrica, lo que permite activar medidas correctoras. Además, pide también revisar el tratamiento de la naranja, que sí figura en el acuerdo. La Unió subraya que existen precedentes de aranceles del 10% al 30% aplicados por la UE a otras frutas extracomunitarias y que un 15% sería un nivel medio, suficiente para restablecer la competencia sin generar distorsiones comerciales adicionales.