CASTELLÓ. La miel era denominada en la Antigua Grecia como “el alimento de los dioses” y se vinculaba con la inmortalidad. Sus propiedades y beneficios para la salud y la ausencia de caducidad, pueden estar relacionados con la condición 'divina' que se le otorgaba a este néctar que ha ido de la mano del ser humano desde hace miles de años. Se podría decir que la abeja, encargada de la producción, es uno de los primeros seres vivos 'domesticados' por los humanos, que con el paso del tiempo han ido perfeccionando las técnicas de recolección.
Muchas familias que vivían en masías y en zonas rurales de las comarcas de Castellón en el siglo XX mantenían esta tradición milenaria y tenían colmenas para producir miel para familia y amigos, siendo este un alimento más de los que cosechaban junto con los de la agricultura o de la ganadería destinados al consumo del hogar. Los antepasados de Teresa Lázaro y Tomás Piñero, actuales gestores de la marca de miel El Molinar de Bejís, eran un ejemplo de la supervivencia de esta tradición. Ella de Bejís y él de Albacete, son la cara visible de una firma que en los últimos años ha ampliado su visión de negocio, y de la que también forman parte sus hijos Álex e Iván.
Teresa explica que fue en 2007 cuando decidieron que hasta entonces había sido un hobby para mantener un número pequeño de colmenas para consumo propio, familia y vecinos, pasara a ser la principal fuente de ingresos familiar. “Tomás trabajaba en una fábrica, pero no le gustaba estar todo el día encerrado, no le hacía feliz, le ilusionaba más el mundo de las abejas, así que decidimos dedicarnos al negocio de la apicultura, que era un sector que conocíamos, y vimos que podía ser rentable”, asegura Teresa.
Cerca de 800 colmenas
En la actualidad, El Molinar cuenta ya con casi 800 colmenas que le permiten alcanzar una producción de entre 15 y 20.000 kilos anuales de miel si se dan las condiciones metereológicas adecuadas, de los cuales la mayoría se venden a mayoristas que luego distribuyen la miel por distintos mercados. Poco a poco se han ido modernizando y en la actualidad utilizan colmenas verticales denominadas dadant. “Con este tipo de colmenas es más fácil la extracción y recolección de la miel, el control de las colmenas es más espaciado en el tiempo y además es más eficaz para la producción de miel monovarietal”, comenta Teresa.
Las colmenas de El Molinar se encuentran en el término de Bejís, “aunque después del incendio de 2022, hemos tenido que desplazarlas a otras zonas vecinas. Seguramente, este año próximo ya volveremos a Bejís, ya que con la lluvia de este año ya ha comenzado a florecer el romero y pronto el tomillo”, señala Teresa. Los responsables de la firma también practican la trashumancia en verano, para evitar que el fuerte calor haga mella en los enjambres. El destino de las colmenas es Burgos, concretamente una zona en la que se recolecta, sobre todo, miel de roble, que es junto a la de romero, tomillo, azahar y de montaña, las variedades que comercializa la marca El Molinar, cuyo nombre es un homenaje a los familiares de Teresa que nacieron en esa pequeña aldea que se encuentra cercana al paraje de Los Cloticos.
Desde sus inicios en 2007, Teresa y Tomás Piñero venden la mayor parte de su producción la venden a empresas mayoristas, pero desde hace poco más de un año han creado la marca para comercializar miel en tiendas y comercios de proximidad, además de hacerlo en mercados y online a través de las redes sociales. “La idea es que el producto de calidad que elaboramos también se quede en el territorio y favorecer el comercio de proximidad”, argumenta Teresa, que defiende la miel de la zona respecto a otras que llegan de otros países y que en muchas ocasiones son vendidas como miel de España. La nueva estrategia de la firma de Bejís se desarrollará poco a poco, con la idea de potenciar los productos del territorio. De momento, se puede adquirir en algunas tiendas de Castellón y Valencia, además de en las instalaciones de la misma marca.
