CASTELLÓ. La Conselleria para la Recuperación Económica, Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio va a llevar a cabo el sellado y la restauración ambiental del vertedero de residuos urbanos de Benicarló. El contrato para la ejecución de la obra cuenta con un presupuesto base de licitación de 3.794.465,69 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de 8 meses.
La instalación cerró sus puertas el 30 de mayo de 2011 y, desde entonces, no ha vuelto a abrir. Tras la clausura, fue la propia Conselleria la que impulsó la redacción del proyecto de las actuaciones para, en 2018, reformular las soluciones propuestas y optimizar la coordinación con otros organismos, adecuar el sistema de eliminación de biogás a la actualidad, así como actualizar los términos económico-administrativos en relación a las condiciones de mercado y a la legislación en materia de contratación.
Tras ello, en 2022 se revisó de nuevo el plan y, en 2023, se adecuaron tanto los precios como la normativa aplicable. Ahora, en 2025, se ha sacado a licitación el proyecto definitivo, por lo que las empresas interesadas en hacerse cargo de las obras tienen de plazo hasta el 19 de diciembre para presentar sus ofertas. El objetivo de la actuación no es solo el de sellar superficialmente el vertedero, sino también el de desarrollar el plan de control y vigilancia post-clausura que tiene una vigencia de 30 años desde que cerrara la instalación situada en Benicarló.
Según fuentes de la Conselleria para la Recuperación Económica, Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio consultadas por Castellón Plaza, la obra tratará de "devolver el espacio al entorno con todas las limitaciones evidentes. En el sellado del vertedero se incorporarán los sistemas impermeabilizantes necesarios y se utilizará una capa de tierra para la integración paisajística y la realización de plantaciones". "Era una promesa hecha y estaba contemplada en los presupuestos de este año", insisten.
Las cinco áreas clave de la obra
Cinco serán las actuaciones principales que se acometerán en el espacio ahora en desuso: el sellado superficial, la gestión de los lixiviados, la gestión de los gases de vertedero, la gestión de las aguas pluviales y la recuperación y reutilización del terreno. Para la primera, se impermeabilizarán y confinarán los residuos existentes para evitar la infiltración de agua y la generación excesiva de lixiviados. Así mismo, para la gestión de los lixiviados se impermeabilizará toda la superficie del vertedero con el objetivo de reducir al máximo la entrada del agua de la lluvia y anclar las láminas impermeables en el pie de los taludes con hormigón armado.
Por lo que a los gases de vertedero respecta, dado que no existe un sistema de extracción de gas, se implementará una nueva red de captación y tratamiento de biogás con una producción máxima de 246,16 Nm³/h (metros cúbicos normales por hora). Así mismo, la gestión de aguas pluviales se llevará a cabo mediante la creación de pendientes y la construcción de un sistema de drenaje. El objetivo no será otro que evacuar el agua de la lluvia de la superficie sellada del vertedero para evitar infiltraciones y la generación de lixiviados.
Por último, la recuperación y reutilización del terreno consiste en extender una capa mínima de 60 centímetros de tierra vegetal en las superficies llanas y de 30 centímetros en los taludes. De este modo, se realizarán plantaciones de especies arbustivas (tomillo común, salvia roja, lavanda dentata y romero) y especies arbóreas (almez) para minimizar el impacto visual.