CASTELLÓ. Peñíscola se ha puesto manos a la obra en la digitalización de su ciclo integral del agua. El Ayuntamiento ha licitado por un valor de 409.562,97 euros (IVA incluido) un proyecto financiado con fondos europeos, enmarcado dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y que contará con un plazo de ejecución de 10 meses una vez firmada el acta de replanteo.
El objetivo de las actuaciones no es otro que el de reducir las pérdidas en la red, promover la transparencia en el control del uso del agua, mejorar la calidad de los vertidos de aguas residuales, ahorrar en el consumo de agua y aumentar la garantía de suministro. El sistema, actualmente, tiene una longitud total de 84.686 metros dividida en diez sectores y suministra un volumen anual de 2.906.869 m³.
De las 10 partes en las que está distribuida la instalación, todas disponen de un caudalímetro que registra el volumen suministrado y tres de ellas cuentan con una válvula de regulación, mientras que solo una no está integrada en el sistema de telemando. Por otro lado, ninguno de los tres puntos de vertido ni de las 19.188 zonas de la red secundaria están correctamente digitalizadas, por lo que las actuaciones previstas en el proyecto tratarán de poner fin a ello.
Más sensores de control de caudal y herramientas para garantizar la calidad
Son muchas y diversas las actuaciones que se llevarán a cabo en la red de agua de Peñíscola para su correcta digitalización. Entre ellas está, no solo la integración de sensores de control de caudal y nivel en el sistema de telemando del servicio municipal de abastecimiento, sino también la instalación de sensores para el control de la calidad del agua en la entrada de aportes externos y en la red de distribución.
En el ámbito del saneamiento, se instalarán limnímetros en las estaciones de bombeo de aguas residuales. Además, una de las herramientas fundamentales para garantizar la calidad del agua y del servicio es el control en "tiempo real" de las instalaciones de abastecimiento, alcantarillado y saneamiento, monitoreando variables clave como presión, caudal y calidad del agua. La posesión de información al instante permitirá la detección inmediata de averías y una reacción más rápida, mejorando la calidad del servicio y proporcionando un conocimiento global del funcionamiento de las redes para corregir deficiencias.
La sectorización de la red de abastecimiento, que implica dividirla en sectores hidrométricos aislados con válvulas de corte y contadores, es otra de las medidas cruciales, pues gracias a ella se podrá conocer el rendimiento hidráulico, caracterizar la curva de demanda, detectar fugas rápidamente, comprobar resultados de campañas de búsqueda o detectar fraudes y errores de medición entre otras funciones. Pero no solo eso, pues también se implementarán controles rutinarios de la calidad del agua de consumo, incluyendo la instalación de equipos de medición continua en puntos de muestreo para determinar turbidez, conductividad, pH y concentración de cloro en tiempo real.
Finalmente, las actuaciones propuestas también buscan una reducción del consumo medio de energía del sistema de distribución. Esto se logrará mediante la instalación de medidores de nivel en pozos, que permitirán conocer el punto de funcionamiento de las bombas y corregir desviaciones de eficiencia automáticamente, así como la instalación de contadores de telelectura para detectar y reparar fugas con mayor inmediatez, lo que resultará en un ahorro energético significativo.