CASTELLÓ. Los ayuntamientos de Vila-real, la Vall d’Uixó, la Pobla Tornesa y Peñíscola licitarán el próximo año 2026 los nuevos contratos de abastecimiento de agua potable. En los dos últimos municipios, los trámites preparatorios ya han comenzado.
En el caso de la Pobla Tornesa, la principal novedad es que se unificarán en un solo contrato a 20 años los servicios del casco urbano y de las urbanizaciones, que hasta ahora se prestaban por separado. El Ayuntamiento ha incluido en el pliego de condiciones dos actuaciones prioritarias que deberá asumir a corto plazo la próxima empresa adjudicataria: la instalación de una planta de filtración en el pozo Balaguera para desinfectar el agua y acabar así con los problemas de turbidez en días de lluvia, valorada en 180.703 euros, y la rehabilitación del depósito municipal, con un coste de 78.604 euros, debido a su avanzado deterioro, con grietas y fugas de agua.
La red de abastecimiento de la Pobla Tornesa cuenta con 850 abonados. De ellos, 692 pertenecen al casco urbano y el resto, a las urbanizaciones. El suministro procede de dos pozos más el aporte adicional del Consorcio de Aguas de Pla de l’Arc. El pueblo dispone de una planta potabilizadora, dos depósitos y una amplísima red de 13 kilómetros de canalizaciones debido al gran número de viviendas diseminadas en todo el término municipal.
La Vall d'Uixó
En la Vall d’Uixó, el contrato vigente desde 1996 expirará en abril del próximo año. A la espera de su renovación, el Ayuntamiento ejecuta actualmente las obras de mejora programadas este año en la calle Guzmán el Bueno, cifradas en 389.258 euros.
El año pasado ya invirtió 102.910 euros en la reparación de las vigas de sustentación del forjado superior del depósito Redondo, situado en la parte alta del barrio Carbonaire, que suministra casi toda el agua potable del municipio; otros 38.988 euros en la colocación de dos filtros de sílex en la planta de tratamiento de aguas del manantial Anogueret; 15.719 euros más para instalar un medidor de control de la calidad del agua potable en el depósito del Sector 1C, próximo al paraje de Sant Josep; y otros 11.158 euros para colocar sistemas fijos de extracción rápida de equipos electromecánicos en caso de avería.
Pocos meses después de la Vall d’Uixó, en septiembre, vencerá la concesión en Vila-real vigente desde 1997. La última obra de mejora con cargo a el actual contrato de abastecimiento culminó el pasado verano y consistió en la renovación de la red de agua potable en el cruce de la calzada y la acera frente al Hospital de La Plana con un coste de 28.146 euros. Esa obra se sumó a la que ya se ejecutó el año pasado para sustituir las dos bombas de reimpresión de Carinyena por 21.944 euros. Queda un remanente de 106.759 euros que el consistorio deberá invertir en otros proyectos de pequeña envergadura antes de que venza el actual contrato.
Betxí y Benicàssim
Otros dos importantes municipios de la provincia han renovado sus concesiones este año: Betxí y Benicàssim. En el primero de ellos, el Ayuntamiento ha alargado el nuevo contrato hasta el año 2050 tras rechazar las seis alegaciones que presentó el grupo municipal de Esquerra Unida, que apostaba por municipalizar la gestión del servicio.

En los próximos tres años se ejecutarán en Betxí cuatro proyectos cifrados globalmente en 1.627.343 euros. El más ambicioso, de 888.159 euros, es la construcción de un nuevo depósito de 1.500 metros cúbicos para garantizar el suministro a los 3.258 abonados de la localidad. Se ubicará anexo al actual de cabecera, situado muy cerca del Seminario, que está ya al máximo rendimiento. Otros 546.638 euros permitirán renovar la deteriorada conducción de salida del depósito hacia el casco urbano, de un kilómetro de longitud. Ademas, se invertirán 130.722 euros para modernizar tecnológicamente la planta de ósmosis inversa operativa desde 1997 y alargar así su vida útil. Por último, se instalarán dos puntos de control de calidad del agua potable en la plaza Major y cerca del Centro de Salud por 61.822 euros.
Según la Memoria del nuevo contrato ya en vigor, Betxí cuenta en la actualidad con cuatro depósitos de almacenamiento de agua, cuatro bombeos, tres potabilizadoras y una bomba de captación de de aguas que incumple la normativa sanitaria. El pozo municipal proporcionó 209.987 metros cúbicos y el Consorcio de Aguas de La Plana, los restantes 231.987 metros cúbicos en 2022.
En el caso de Benicàssim, la renovación de la concesión se firmó en febrero de este año hasta 2050. Una de las primeras obras que se ejecutará será la construcción del nuevo depósito de agua potable de 15.000 metros cúbicos en la zona de La Parreta que recibirá el caudal procedente de la desaladora de Acuamed en Cabanes, vital para garantizar el suministro en verano. El Ayuntamiento ya pagó en agosto los 601.455 euros por la expropiación de los terrenos, de 25.775 metros cuadrados.
Nules y Culla
Otros municipios de la provincia que no están en la tesitura de renovar sus contratos pero sí andan inmersos en ambiciosos proyectos de mejora de su sistema de abastecimiento son Nules y Culla. En la localidad de la Plana Baixa, el consistorio culminará en marzo las obras de digitalización del ciclo integral del agua, lo que permitirá detectar fugas con más antelación y reducir los costes de mantenimiento, entre otros aspectos. La colocación del nuevo software y de caudalímetros ultrasónicos en toda la red municipal supone al Ayuntamiento una inversión de 368.197 euros. Nules se abastece actualmente de dos pozos subterráneos más el aporte adicional del Consorcio de Aguas de La Plana.
En el caso de Culla, la Generalitat tramita una concesión demanial que permitirá ampliar y mejorar la red de agua potable en un tramo del término municipal donde discurren dos vías pecuarias: el Azagador del río Molinell y el Azagador del Pou de la Pica. El actual contrato de suministro, vigente desde 1996, vence en 2027.