VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca, dio este miércoles su primer gran paso en la carrera para consolidarse al frente del Palau y convertirse en candidato del PP en las elecciones autonómicas de 2027: el nombramiento del Gobierno valenciano - el quinto de la legislatura - que le acompañará en este año y medio decisivo para su carrera política y también para las siglas que representa.

Ahora bien, sólo el tiempo dirá si el paso dado ayer fue firme y sólido o más bien en falso, puesto que el diseño y protagonistas del Consell escogidos para cumplir su objetivo generó sentimientos dispares incluso en su propia formación.

Y eso que, en la elección realizada, una de las principales prioridades para Pérez Llorca parece haber sido el mantenimiento de los equilibrios internos. La sensación es que el nuevo presidente de la Generalitat, consciente de la fragilidad de su cargo por la propia fórmula aplicada para su llegada al poder -sin elecciones y bajo decisión, no sin dudas, de Génova-, se ha preocupado en buena medida en apostar por un ejecutivo con la mirada puesta en la estabilidad orgánica.

Así, tal y como había informado este diario, existían una serie de claves para medir la distancia que mostraba el nuevo presidente con su predecesor. En este sentido, parece lógico que Pérez Llorca trate de alejarse de la herencia de Mazón, especialmente por las circunstancias negativas y descrédito evidente que han acompañado la salida del ya exjefe del Consell.

Esta premisa, por ejemplo, sí la ha cumplido Pérez Llorca, al menos de momento, con la reforma del núcleo duro de Presidencia. Sin embargo, no ha sido ni mucho menos la línea empleada para los nombramientos del Consell: continuidad de piezas fundamentales designadas por Mazón; incorporaciones que, más allá de su buen perfil, cumplieran también con la mirada orgánica; y tan sólo una salida, la de la titular de Economía y Hacienda, Ruth Merino, una alto cargo de carácter técnico sin peso en el PP cuya marcha ya había planeado el anterior presidente, pese haber sido una apuesta del propio Mazón para el equipo económico de los populares de cara a las últimas elecciones autonómicas.

Prueba de este continuismo se percibe el mantenimiento como vicepresidenta primera de Susana Camarero. Es cierto que pierde la portavocía del Consell y la competencia en Servicios Sociales, pero mantiene el rango y retiene varias áreas que, según el discurso de Pérez Llorca, van a ser protagonistas en lo que resta de legislatura: Vivienda, Juventud y Empleo. Además, le permite conservar Igualdad, un departamento en el que Camarero se ha mostrado especialmente activa. Visto de otra manera, la vicepresidenta pierde responsabilidades, pero responsabilidades de desgaste, mientras sigue manteniendo un gran peso institucional como segunda autoridad del Consell. Sobre esta decisión, fuentes populares apuntaban a que Camarero tiene peso político en Génova, por lo que Pérez Llorca ha preferido no generar tensión y, al contrario, tratar de buscar proximidad con la vicepresidenta, algo que con el anterior equipo de Presidencia había menguado. 

Ahora bien, sorprende en cierto modo, así lo manifestaban dirigentes populares, que el perfil elegido para sustituir a Camarero en la portavocía del Consell haya sido el del titular de Agricultura, Miguel Barrachina, cercano a Mazón. Un parlamentario mordaz que se ha caracterizado en los últimos tiempos por ser uno de los dirigentes populares con un tono más agresivo con la oposición: precisamente lo opuesto al talante dialogante y moderado que ha exhibido Pérez Llorca estos días en Les Corts. Es más, fuentes del PP consultadas opinan que Barrachina es el portavoz que más podría parecerse al estilo de Camarero, y ven en esta designación un interés para que ejerza de "poli malo" del Consell, con el objetivo de que también haya un discurso duro en ocasiones que frene la fuga de votos hacia Vox.

Pero sin duda la designación más llamativa y en cierto modo más continuista fue la de José Antonio Rovira, amigo personal de Mazón, como conseller de Economía y Hacienda, con el añadido de que a esta cartera se sumará nuevamente la Función Pública, después formar parte de Justicia a lo largo el último ejercicio. Apenas dos días después de su comparecencia en la comisión de la Dana en el Congreso y que la Associació Víctimes de la Dana 29 de octubre de 2024 pidiera su dimisión, Pérez Llorca decidía no solo mantener sino reforzar al hasta ahora titular de Educación, con la cartera decisiva para manejar los Presupuestos de la Generalitat, pero también para negociar con los funcionarios.

En este sentido, distintas fuentes populares admitían su sorpresa con esta decisión, no sólo por su mera continuidad, sino por la nueva responsabilidad otorgada y en plena cruzada del presidente por intentar normalizar la relación con las asociaciones de víctimas, que han mostrado en reiteradas ocasiones su malestar con el ahora conseller de Hacienda. En cuanto a los motivos, dirigentes del PP atribuyeron el nombramiento a la buena sintonía personal entre ambos, aunque algún cargo, no sin cierta malicia, se ocupaba de recordar que este movimiento era uno de los previstos por Mazón en su remodelación abortada de principios de noviembre.

José Díez, Elena Albalat y María del Carmen Ortí, las nuevas caras

En el marco de estos equilibrios, el nuevo president ha creado un Consell más extenso que incluye, de igual manera que el ejecutivo que presidió el expresidente popular Alberto Fabra, una Conselleria de Presidencia. El hasta ahora director general de Proyectos Estratégicos, José Díez, pasa a ocupar esta cartera con rango e Vicepresidencia Segunda. Una figura conectada con Alicante, pues fue jefe de Gabinete de Mario Flores en la Conselleria de Infraestructuras entre 2007 y 2011. Según explicaron fuentes cercanas a Pérez Llorca tras el anuncio del nuevo Consell, Díez mantendrá las competencias de proyectos estratégicos en el seno de este nuevo departamento. 

Entre los nuevos fichajes se encuentra el de Elena Albalat como consellera de Servicios Sociales, Familia e Infancia. En este sentido, Servicios Sociales se desliga de la Vicepresidencia encabezada por Camarero y pasa a un área dirigida por la que venía siendo secretaria autonómica del Sistema Sociosanitario. Albalat, natural de Onda, es una figura muy cercana al secretario general del PP en Castellón y portavoz adjunto del PP en Les Corts, Salvador Aguilella, así como de la presidenta de la Diputación de Castellón, Marta Barrachina. 

Un nombramiento en el que, de nuevo, Pérez Llorca trata de mantener los equilibrios en este nuevo Consell. Por un lado, el president guarda una buena relación con Aguilella de esta etapa en el Parlamento autonómico; mientras que, por otro, la designación de Albalat puede interpretarse como un 'guiño' a la presidenta provincial en el interés del nuevo jefe del Consell de sumar fuerzas de cara a las próximas elecciones autonómicas. De hecho, la propia Barrachina publicó un mensaje a través de su perfil en la red social 'X' en el que consideró que "nadie mejor" que Albalat para estar al frente de este departamento. "Estoy segura de que seguirás dándolo todo en esta nueva etapa como consellera", valoró la presidenta provincial, evidenciado su cercanía con Albalat. 

Tras el movimiento de Rovira al área económica del Consell, Pérez Llorca ha confiado la cartera de Educación, Universidades y Cultura a María del Carmen Ortí, funcionaria de carrera del cuerpo de Inspección de Educación de la Generalitat, que actualmente ocupaba la dirección de la Universidad Popular del Ayuntamiento de València. Se trata de una figura próxima a la alcaldesa de València, María José Catalá, lo que evidencia el interés del nuevo president de configurar un Consell en el que equilibrar todas las facciones del partido. 

Entre las novedades también cabe destacar que Pérez Llorca pasará a integrar en Presidencia el área de Política Lingüística, y, por tanto, las acciones del ejecutivo en materia de uso y promoción del valenciano. Todo ello en un momento en el que la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) se sitúa en el foco por la reiterada voluntad de Vox - socio que permitió la investidura del nuevo president - de eliminar este órgano estatutario. De hecho, esta es una de las escasas discrepancias que escenificaron el nuevo jefe del Consell y el síndic de Vox, José María Llanos, a lo largo del debate de investidura celebrado el pasado jueves. 

Pérez Llorca reconoció que "hay cosas a cambiar" en materia lingüística, pero aseguró "creer" en la AVL. "Se creó para defender el valenciano, protegerlo y defenderlo ante el mal concepto del pancatalanismo. No creo que sea un chiringuito, es una institución que debe protegerse", expresó el jefe del Consell antes de reconocer "una desviación en los últimos años sobre lo que debe ser la academia" y asegurar que "no se trata de recortar, sino de poner más orden". Por ahora, la presidenta de esta institución, Verònica Cantó, consideró este mismo miércoles que, "de momento, no es mala noticia" que Presidencia asuma Política Lingüística y se mostró "a la expectativa" de las acciones que emprende el Consell en esta nueva etapa. 

Presidencia también mantendrá las competencias en materia de Deportes, que se asumió el expresidente Mazón tras la salida de Vox del gobierno valenciano. Según explican fuentes cercanas a Pérez Llorca, el nuevo jefe del Consell aboga por la continuidad de Luis Cervera como director general de Deporte. Por otro lado, la llegada de Vicente Ordaz como nuevo secretario autonómico de Comunicación, en el marco de la remodelación del núcleo duro de Presidencia, implica un cambio en la presidencia de À Punt.

Desde el entorno del president deslizan la voluntad de abrir una negociación con PSPV y Compromís para que la oposición entre al consejo de administración de la radiotelevisión pública y los socialistas recuperen la vicepresidencia segunda de la Mesa de Les Corts, al tiempo que se pacta la renovación de los órganos estatutarios. Un extremo incipiente sobre el que el PSPV se muestra a la expectativa, mientras en la coalición valencianista se limitan a reclamar que se vuelva a garantizar "la independencia de todos los órganos". 

Gómez, Cano y Valderrama se mantienen sin cambios

Respecto al resto de figuras y departamentos que se mantienen en el Consell, un total de tres seguirán sin apenas cambios. Se trata de la Conselleria de Sanidad, encabezada por Marciano Gómez; la de Industria, Turismo, Innovación y Comercio, liderada por Marian Cano; y la de Emergencias e Interior, dirigida por Juan Carlos Valderrama. La única modificación en estos departamentos es que las competencias de Energía - hasta ahora en Industria - pasarán a estar en la Vicepresidencia Tercera y Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras, Territorio y de la Recuperación, liderada por Vicente Martínez Mus. 

En este último departamento se mantendrá el hasta ahora secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida, que pasa a ser el comisionado del Consell para la Recuperación. De esta manera, Mérida, que venía siendo una de las figuras más destacadas de esta conselleria en la reconstrucción tras la Dana, será la cabeza visible del Consell en la recuperación, con importantes retos por delante, como es el caso de la reclamación de una comisión mixta Consell-Gobierno. 

Por su parte, Nuria Martínez se mantiene al frente de la Conselleria de Justica, en la se incorporan las competencias de Transparencia y Participación tras devolver Función Pública a Economía y Hacienda. Miguel Barrachina, por su parte, seguirá como conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, aunque ahora también asumirá la portavocía del Ejecutivo valenciano.