CULTURA

Antònia Folguera, comisaria de 'Vortex' en Bellver: "Solo empezamos a ver las posibilidades del arte digital"

La muestra propone una experiencia inmersiva en 360º que evoca la lógica profunda y envolvente del mar

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CASTELLÓ (EFE). La comunicadora y comisaria de arte digital Antònia Folguera, que esta semana ha comisariado en Oropesa la puesta de largo del espacio Vortex del Bellver Blue Tech Zone, que considera una "caja de sorpresas única en Europa", asegura que "apenas estamos rascando la superficie" sobre las posibilidades del arte digital. Antònia Folguera (Lleida, 1973) ha desarrollado su carrera en el mundo del arte y la cultura digitales, la comunicación y la música electrónica, una trayectoria en la que se esfuerza en conectar y crear puentes entre disciplinas y cuyo último trabajo ha sido comisariar la creación inmersiva "The Rhythm of the Ocean", una obra del estudio Desilence estudio.

Esta aglutinadora artística recibió el encargo de Bellver Blut Tech Zone, que cuenta con unas instalaciones de divulgación y conservación de fauna marina en Oropesa del Mar y que han apostado por el impulso a la creación artística a través de espacios como la sala Vortex. Folguera explica a EFE que descubrir el nuevo espacio Vortex, una infraestructura única a nivel europeo que ofrece un lienzo de pantallas led de altísima definición (11k) en un cubículo circular totalmente envolvente, fue una "caja de sorpresas".

En este sentido indica que le habían contado que en Bellver había "muchas pantallas" y un espacio especialmente singular, "pero no me lo imaginaba". "Al abrir las puertas de Vortex dices ¡wow!", añade. "Es como entrar en la cápsula del tiempo o en una nave espacial", relata. Esto, a su juicio es "muy inspirador porque te desata automáticamente la imaginación", lo que le llevó a pensar en qué artistas deberían estar creando obras específicamente para este espacio, y "así empezó todo".

La investigación marina

Al recibir la propuesta de hacer una proyección de arte digital para Vortex visitó el sitio, vio su cercanía al mar y la parte del proyecto ligada a investigación y conservación marina e intentó vincular ambas cosas. "El alma del proyecto es la investigación marina y el reto era conectarlo con el arte", señala. Con Desilence dio con la clave, pues ellos ya habían arrancado una propuesta inspirada en el mar y su conservación.

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Folguera destaca la oportunidad de esta conexión y pone como ejemplo otros centros de investigación que están apostando por la misma fórmula como el CERN de Ginebra, donde está el acelerador de partículas y donde tienen un área en la que hay artistas en residencia que trabajan con los científicos para hacer obra artística, explica. "Aquí, a una escala más pequeña, se puede hacer exactamente lo mismo"; constata.

La comisaria no dudó "ni un minuto" en la elección de Tatiana Halbach (Barcelona) y Søren Christensen (Dinamarca), que forman Desilence, por su capacidad de trabajar en el entorno inmersivo, algo que "no saben hacer todos los artistas gráficos", y ellos "han sabido aprovechar hasta el último pixel de la sala" contando además con el atractivo de haber podido contar con la música de una pionera de la música electrónica mundial como es Suzanne Ciani.

Salud y longevidad

En este sentido, ha defendido el sentido que ha tenido contar con una figura como Ciani, ya que "aquí en la casa Bellver tienen una intención de trabajar temas de salud y longevidad", y "qué mejor figura de longevidad artística y física" que la de la artista estadounidense, que sigue trabajando y creando a sus 80 años tras 60 años de carrera. Es una manera de cerrar el círculo súper bonita", apunta. Sobre lo que siente una persona al entrar en la sala, explica que ella personalmente "flipa", porque "cada vez tienes la sensación que el suelo se mueve bajo tus pies y cómo el mundo te da la vuelta, es increíble, es un muy poderoso, a veces da un poquito de miedo".

Tatiana Halbach relata a EFE que, tras la propuesta de Folguera, vinieron a ver el espacio y "dijimos: cuándo hay que hacerlo. Nos volvimos locos, nos encantó, nos tiramos de cabeza". Una sala sí, indica Søren a EFE, es "muy única, primero porque no es cuadrado, sino un cilindro y todo es pantalla: las paredes, el suelo y el techo, y esto hace que tu estés volando en otro mundo y además es led, no es proyección, por lo que tienes color y negro puro, lo que te da profundidad". "Es algo único en el mundo", constata el artista danés, que lo describe como "un lienzo increíble para artistas visuales como nosotros".

La profundidad del color negro

Algo que no suele estar al alcance de los creadores, señala Halbach es que "puedes jugar con la profundidad del negro", otro de los puntos técnicos a destacar del espacio. Para Christensen, lo importante a la hora de hacer creaciones digitales es que el movimiento sea fluido y que el color y el contraste funcionen y que tengas negro, "si cumples estos parámetros es un sueño". Inspirados en el mar, la obra que han creado nace en 2022 a raíz de un directo que Desilence hizo con Suzanne Ciani, y a partir de ahí pensamos que estaría muy bien editar 10 minutos de aquel directo, también inspirado en el mar, e hicimos diferentes versiones de "The Rhythm of the Ocean".

Así ha nacido "The Rhythm of the Ocean Vortex", inspirada en el mar, con componente activista, pero también con la intención de "transmitir lo que se siente cuando estás en el mar", y "aquí se puede transmitir desde dentro, aquí estás pintando desde dentro de un cuadro, no de forma frontal". Una creación que genera "esa sensación de paz pero también de miedo y angustia", añaden los artistas. "Es como una pintura abstracta pero inspirada en el mar", agrega Tatiana. 

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